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El comercio electrónico está cambiando las ciudades

Lisa Stüve
22 de enero de 2024

La gente compra cada vez más por internet. El mercado del comercio electrónico va viento en popa, pero esto plantea nuevos desafíos, en especial para las ciudades y los centros urbanos.

Almacén y centro de distribución de Amazon.
Las compras por internet son rápidas y cómodas para los clientes. Y la avalancha de paquetes sigue aumentando.Imagen: Aaron Chown/empics/picture alliance

La Navidad pasada volvió a convertirse en esa época del año en la cual los empleados de logística que entregan paquetes estaban por todas partes. Como todos los años, las cajas vacías y llenas se amontonaban en los pasillos, delante de los buzones y las puertas de las viviendas.

Y es que comprar por internet se ha vuelto muy fácil: basta solo hacer un clic para que los zapatos soñados, los cargadores de móvil, los comestibles, o los regalos para el cumpleaños de un ser querido lleguen a la puerta de casa. Según cifras preliminares, el volumen de ventas del comercio electrónico en 2023 fue de casi 6 billones de dólares en todo el mundo. En comparación, en 2017 fueron 2,3 billones de USD. Según pronósticos, ese crecimiento continuará, especialmente en el mercado asiático.

Un mercado para conceptos innovadores

Esa es la perspectiva global. Pero, ¿qué importancia tiene el comercio electrónico a nivel local? Comprar desde la comodidad del sofá es rápido y efectivo para los clientes. Sin embargo, esto tiene consecuencias de gran alcance para urbanistas, proveedores y empresas de gestión de residuos.

Una preocupación generalizada es que si el dinero se gasta a través de internet en lugar de las tiendas físicas, los centros de las ciudades quedarán desiertos. Y los clientes se encontrarán de repente con escaparates vacíos, tristes y grises. Pero, ¿realmente tiene que ser así? "Es un mercado en el que están pasando muchas cosas, en el que se prueban cosas y se aplican conceptos innovadores, por eso es tan interesante investigarlo", dice a DW Heleen Buldeo Rai, de la Universidad de Bruselas. Rai investiga el impacto del comercio electrónico en la sostenibilidad y la logística de las ciudades.

Nuevas soluciones también para las compras en línea

Comprar, desempaquetar, desechar cajas: un principio común que produce contenedores de papel desbordados en Alemania y otros países de Europa. Cada ciudadano de la UE desechó embalajes por valor de 246 kilogramos en 2021. Alrededor del 40 por ciento son paquetes de cartón y papel, según un estudio de Eurostat. Casi todo eso se recicla. Al menos eso.

Una mirada a las cifras y previsiones revela que es más probable que aumenten las compras en línea lugar de que disminuyan. "Utilizar embalajes reutilizables debería ser hoy tan natural como separar nuestra basura", afirma Carina Koop, experta en economía circular que investiga medidas de prevención de residuos en el Instituto Wuppertal.

El principal proveedor logístico alemán, DHL Group, está desarrollando actualmente un sistema de cajas reutilizables para comercio electrónico. De momento sólo para el sector B2B, es decir, entre las empresas. Sin embargo, si la fase de prueba tiene éxito y aumenta la demanda de este tipo de soluciones, se ampliará la gama, explicó Jessica Balleer, portavoz de Sostenibilidad del Grupo DHL, en respuesta a una consulta de DW.

La compañía UPS realiza entregas en Múnich con una bicicleta eléctrica de carga.Imagen: FrankHoermann/SvenSimon/picture alliance

Modelos virtuales contra las devoluciones

Koop, experta en prevención de residuos, no sólo ve potencial en los envases: "Las devoluciones son un problema enorme en el comercio electrónico, por lo que necesitamos soluciones sensatas, incentivos y un cambio de conciencia entre los clientes". En Alemania se devuelve uno de cada siete paquetes.

La última innovación del mercado asiático podría ayudar. La idea consiste en que modelos virtuales personalizados pueden probarse camisetas, zapatos u otros productos. Heleen Buldeo Rai cree que la principal razón de las devoluciones es que la gente suele pedir dos o tres tallas a la vez, por pura indecisión. El problema podría resolverse con el procedimiento de click&collect, que permite recoger las compras de manera física o presencial luego de encargarlas en internet, o con el de showrooming, que posibilita que los clientes prueben los productos en una tienda física, y que luego puedan comprarlos online, de una forma más económica y menos técnica. 

Y también hay muchas empresas emergentes que están desarrollando soluciones para un reparto rápido, sin complicaciones y sin emisiones, utilizando drones y robots, o sistemas de tuberías subterráneas. Sin duda, el comercio electrónico cambiará la fisonomía de nuestras ciudades a largo plazo, en términos de movilidad, oferta de puntos de venta estacionarios, y en cuanto al uso y distribución del espacio urbano.

(gg/cp)

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