COVID-19: Los pueblos indígenas, en riesgo de desaparecer
Judit Alonso
8 de agosto de 2020
En al menos 163 pueblos indígenas se han detectado casos de coronavirus. Con más de 27.000 casos confirmados y un millar de fallecidos, las comunidades se encuentran en alto riesgo, incluso de desaparecer.
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Los pueblos indígenas son una de las comunidades más vulnerables a infectarse de coronavirus en América Latina. "Salvo en Belice, El Salvador y Uruguay, todos los demás países de la región confirman casos de personas indígenas contagiadas”, dijo a DW Myrna Cunningham, presidenta del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe (FILAC).
Pobreza, falta de agua y la existencia de enfermedades previas como el dengue, la malaria o la tuberculosis "debilitan seriamente a los pueblos ante la llegada de un virus desconocido", explicó. Asimismo, en los pueblos con poca población, "la llegada del virus no solo pone en riesgo la salud de las personas, sino que puede dar lugar al exterminio de culturas enteras”, alertó.
Por ello, junto al Foro Indígena de Abya Yala y cerca de una treintena de organizaciones indígenas de la región, crearon la Plataforma Indígena Regional Frente al COVID-19 "Por la Vida y los Pueblos”. El pasado mes de mayo presentó un primer informe sobre "Los Pueblos Indígenas frente al COVID-19”. En él, se apuntaba que al menos 163 pueblos indígenas en Latinoamérica, estaban contagiados con el virus.
En los últimos tres meses, la pandemia se ha ido expandiendo. "Lamentablemente hemos visto que, en muchos casos, los estados nacionales han ignorado a sus conciudadanos indígenas o simplemente han tratado de expandir sus medidas estrictas, esencialmente diseñadas para zonas urbanas al área rural, que han demostrado no ser efectivas”, dijo a DW Georg Dufner, Director programa regional Participación Política Indígena de la Fundación Konrad Adenauer (KAS).
Una tendencia al alza y un riesgo creciente
Según datos del FILAC, hasta el 5 de agosto se habían contabilizado 58.630 positivos y 2.024 fallecidos. Asimismo, el riesgo de extinción acecha al pueblo indígena Yuqui, en Bolivia. "Con apenas 342 miembros es considerado con alto riesgo de vulnerabilidad debido a enfermedades como la tuberculosis, fibrosis pulmonar, anemia, desnutrición y otros”, recalcó la presidenta del FILAC que también alertó del estado del pueblo Siekopai, entre Ecuador y Perú. "Con una población de solo 744 personas, atraviesa una grave situación ya que casi el 10% del total de sus miembros han sido contagiados”, agregó.
Por otro lado, según los últimos datos de la Organización Panamericana de Salud (OPS), los pueblos Waorani y Secoya en Ecuador, Guaraní en Bolivia y Tikuna, Andoque, Mokana y Andoque en Colombia, con una población inferior a 1.000 habitantes, son los más afectados. Además, la organización apunta que en México, hasta el pasado 26 de julio, fueron confirmados 5.413 casos, incluidas 766 defunciones. "Actualmente en el Istmo de Tehuantepec, que pertenece al estado de Oaxaca, las autoridades de salud reportan 1.130 casos y 171 defunciones”, dijo a DW Diana Manzo, de la etnia zapoteca. "Los contagios han afectado a la comunidad mayor, son los que han fallecido, aunque también a la comunidad de 35 a 50 años de edad”, agregó.
"Ya han fallecido nueve abuelos que se han llevado todo el legado ancestral que no puede ser transmitido a las generaciones. Es una pérdida invaluable para nosotros y no tienen una muerte natural, si no por un virus que no es propio del territorio”, dijo a DW Vanessa Teteye, indígena Bora del clan Iñeje, en Colombia.
Resiliencia indígena contra la inacción estatal
"Aunque en general las respuestas estatales no han sido las necesarias, ni en cantidad ni en calidad”, consideró la presidenta del FILAC, el informe de la plataforma indígena recoge algunas de las acciones que están llevando a cabo los gobiernos de la región. Así, destacó el caso de México que "desde el primer momento han desagregado datos relacionados con los pueblos indígenas, publicando información sobre contagios, fallecidos y recuperados”. "Otros estados, como Perú, aprobaron normas jurídicas específicas sobre pueblos indígenas y pandemia y protocolos sobre salud en Bolivia, Colombia o Ecuador”, agregó.
Programas de asistencia, mensajes en lenguas indígenas en Perú, Guatemala y México, son otras acciones que han llevado a cabo los gobiernos. No obstante, "los Pueblos Indígenas han demostrado una notable capacidad de reacción y resiliencia ante la llegada de la pandemia”, subrayó apuntando a medidas de protección de sus territorios y la aplicación de conocimientos tradicionales.
Además del impacto sanitario, la pandemia también ha afectado a la economía local de las comunidades que deben buscar alternativas para mantenerse económicamente. En Guatemala y México se retomaron prácticas de intercambio de productos alimenticios. "Yo vendo pescado y lo cambio por pan y café, porque los mercados se cerraron, al igual que la venta en línea a través de redes sociales con servicio a domicilio”, explicó la joven zapoteca.
Una iniciativa parecida se ha creado en Costa Rica con un ‘Estanco indígena de trueque virtual'. "A través de WhatsApp se intercambian los productos para poder tener una distribución más equitativa”, apuntó a DW Levi Sucre, Coordinador ejecutivo de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques. No obstante, la iniciativa pretende llegar "a una comercialización de productos a público no indígena y poderlo incluirlo dentro del sistema de comedores del Ministerio de Educación para que se abastezcan de los productos de las familias indígenas y así poder generar algún ingreso”, avanzó.
La inseguridad alimentaria es una de las acciones urgentes que se deben abordar, según la Plataforma Indígena Regional. Por ello, el apoyo que ofrecen las organizaciones no gubernamentales e internacionales es muy útil. "Nuestra ONG repartió paquetes de emergencia con alimentos locales, productos de higiene, instrucciones…”, dijo a DW Jens-P. Bergmann, presidente de la ONG alemana Chance e.V. que coopera en el departamento de Cerro de Pasco, en la Amazonía peruana. "Financiamos el camión que recoge la cosecha de todos los comuneros y solo dos se trasladan al mercado para vender los productos de todos”, agregó.
JU
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La diversidad de los pueblos indígenas en América Latina
Según datos de UNICEF, en América Latina existen actualmente 522 pueblos indígenas. México, Bolivia, Guatemala Perú y Colombia aglutinan el 87% de los pueblos indígenas de América Latina y el Caribe.
Imagen: Christopher Pillitz
Amazonia, fuente de diversidad
Según el Atlas Sociolingüístico de Pueblos Indígenas en América Latina de UNICEF, la Amazonia es la región con mayor diversidad de pueblos indígenas (316 grupos), seguida por Mesoamérica, la cuenca del Orinoco, los Andes y la región del Chaco. Brasil (foto) es el país con más diversidad de pueblos indígenas con un total de 241. Colombia es el segundo con (83), seguido por México (67) y Perú (43).
Imagen: DW/T. Fischermann
Diversidad de pueblos y lenguas
Cinco pueblos agrupan varios millones de personas: Quechua (foto), Nahua, Aymara, Maya yucateco y Ki'che; y seis aglutinan entre medio y un millón de habitantes: Mapuche, Maya q'eqchí, Kaqchikel, Mam, Mixteco y Otomí. Cerca de una quinta parte de los pueblos indígenas perdió su idioma nativo en las últimas décadas. De 313 idiomas indígenas, el 76% es hablado por menos de 10.000 personas.
Imagen: picture-alliance/Robert Hardin
Cada vez más urbanos
Aunque más del 60% de la población indígena de Brasil, Colombia, Ecuador, Honduras y Panamá todavía vive en zonas rurales, más del 40% de la de El Salvador, México y Perú reside en áreas urbanas. En Chile (foto) y Venezuela, la población que vive en ciudades supera el 60% del total. Éstos tienen 1,5 veces más acceso a electricidad y 1,7 veces más acceso a agua corriente que los de zonas rurales.
Imagen: Rosario Carmona
Conviviendo con la pobreza
Según un informe del Banco Mundial, la pobreza afecta al 43% de los hogares indígenas, más del doble de la proporción de no indígenas. El 24% de todos los hogares indígenas vive en condiciones de pobreza extrema, es decir 2,7 veces más que la proporción de hogares no indígenas. En 2011, en Guatemala, tres de cada cuatro habitantes de zonas con pobreza crónica pertenecían a un hogar indígena.
Imagen: picture-alliance/Demotix
Educación superior: un privilegio para muy pocos
El reporte del Banco Mundial 'Latinoamérica indígena en el siglo XXI' apunta que la finalización de estudios primarios entre indígenas urbanos es 1,6
veces mayor que entre los que habitan en zonas rurales, mientras que los que terminan la educación secundaria es 3,6 veces mayor y los que cursan estudios superiores es 7,7 veces mayor. El acceso a la universidad es un privilegio para muy pocos.
Imagen: Uskam Camey
Brecha digital: exclusión social
A pesar de la aparente familiaridad de este miembro de la tribu Kayapó (Brasil) con la tecnología, los miembros de pueblos indígenas no se han beneficiado de su masificación. Estos tienen cuatro veces menos acceso a internet que los no indígenas en Bolivia y seis veces menos acceso en Ecuador. Asimismo, los indígenas tienen la mitad de acceso a un computador que los no indígenas en Bolivia.
Imagen: AP
Implicados en la vida política
Los pueblos indígenas participan activamente en la vida política de sus comunidades, ya sea a través de parlamentos locales o nacionales, en los municipios o a nivel estatal. Sus líderes están involucrados en partidos políticos nacionales o han creado sus propios partidos. Así, existen partidos indígenas muy influyentes en Bolivia y Ecuador, pero también en Venezuela, Colombia y Nicaragua.
Imagen: Reuters/J. L. Plata
Empoderamiento ciudadano
Con una población de más de 800.000 habitantes, principalmente de origen aymara (foto), El Alto (Bolivia), comenzó a organizarse en juntas vecinales. A través de éstas, exigieron tener acceso a sus propios recursos financieros y ejercer control sobre ellos. Las Juntas se crearon con el objetivo de que éstas planificaran, financiaran y construyeran infraestructura básica y proporcionaran servicios.
Imagen: picture-alliance/dpa/EPA/BOLIVIAN INFORMATION AGENCY
Protección vulnerada
Cerca del 45% de cuenca del Amazonas está protegida en el marco de diversas formas legales. A pesar de que 15 de los 22 países de la región han ratificado el Convenio Nr. 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a menudo se vulnera el proceso de Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI) que pretende garantizar su participación en cambios que pueden afectar su estilo de vida.
Imagen: Survival International
Indígenas en el punto de mira
Los representantes de pueblos indígenas son víctimas de criminalización y hostigamiento y suelen sufrir amenazas, violencia e incluso la muerte al posicionarse en contra de la instalación de grandes infraestructuras en su territorio. En la fotografía, miembros de las comunidades indígenas en contra del proyecto hidroeléctrico Las Cruces, ubicado en el río San Pedro Mezquital, en Nayarit (México).
Imagen: AIDA/C. Thompson
Minería: fuente de conflictos
La minería también es una amenaza para los pueblos indígenas y provoca migraciones y conflictos. Se calcula que una quinta parte de la cuenca amazónica tiene potencial minero: 1,6 millones de kilómetros cuadrados, 20% de los cuales están en tierras indígenas. La extracción ilegal de oro también se ha propagado en la región, provocando deforestación, contaminación de los ríos y violencia.
Imagen: Jorge Mario Ramírez López
Defendiendo el territorio
Los Munduruku (foto), que cuentan con una población de entre 12.000 y 15.000 personas que viven en la orilla del río Tapajós, en los estados de Pará, Amazonas y Mato Grosso (Brasil), sufren el peligro de ambas actividades. Durante tres siglos, han tratado de demarcar oficialmente su territorio, una área de 178.000 hectáreas amenazado por actividades de extracción y proyectos hidroeléctricos.
Imagen: DW/N. Pontes
Socios clave en la lucha contra el cambio climático
El reconocimiento y la protección de los territorios indígenas es una estrategia eficaz para prevenir la deforestación y combatir el cambio climático. Entre 2000 y 2012, la deforestación en la Amazonia brasileña fue de 0,6% dentro de los territorios indígenas protegidos legalmente, mientras que fuera llegó al 7%, lo que produjo 27 veces más emisiones de dióxido de carbono.
Imagen: Ádon Bicalho/IPAM
Los grandes desconocidos
Algunas comunidades indígenas siguen negándose a tener contacto con el mundo exterior y viven en áreas aisladas, usando lanzas y dardos envenenados para cazar monos y aves. Es el caso de los Waorani (foto) que viven en la selva amazónica, en Ecuador. En las últimas décadas, muchos de ellos han pasado de vivir como cazadores a asentarse en el Parque Nacional Yasuní.
Imagen: AP
Contacto mortal
Lamentablemente algunos de los que han sido contactados han sufrido las consecuencias. Los indígenas matsés o “mayorunas” que viven en la ribera del río Yaquerana, en la frontera entre Brasil y Perú, conocidos como “el pueblo del jaguar" (foto) fueron contactados por primera vez en 1969. A raíz de este encuentro muchos murieron por enfermedades como tuberculosis y hepatitis.