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Antártida: las dudas y temores por primer brote de COVID-19

23 de diciembre de 2020

Los primeros casos detectados en la Antártida, reportados por el Ejército de Chile en una de sus bases, alertan sobre el peligro de que el virus se difunda en el continente helado y afecte las expediciones en curso.

En la base del ejército chileno Bernardo O´Higgins, en la Península Antártica fueron detectados los primeros casos de coronavirus del continente helado.Imagen: Ashley Cooper/Reuters

No está claro todavía qué falló en los protocolos. Se sabe que el buque Sargento Aldea, de la Armada chilena, estuvo entre el 27 de noviembre y el 10 de diciembre en una operación de abastecimiento y desembarco de personal en la Base General Bernardo O'Higgins.

Se trata de una base del Ejército chileno, de ocupación permanente, ubicada en un islote del extremo norte de la Península Antártica. Muy cerca, a sólo unos 30 metros, se encuentra la Estación Alemana de Recepción Antártica GARS O'Higgins.

Tras la detección de los primeros dos casos positivos entre personal militar que retornó a Punta Arenas, el 14 de diciembre, la Armada aplicó tests a los tripulantes del buque y se identificaron tres contagiados.

A esas alturas, las sospechas sobre la presencia del virus en la Antártica, eran cada vez más fuertes. A través de un comunicado, el Ejército confirmó que personal de la base había presentado síntomas asociados al COVID-19, por lo que fue evacuado y llevado a la ciudad de Punta Arenas. "Un control médico y a la administración de una prueba PCR permitió constatar que 36 hombres resultaron ser positivos para COVID-19", señaló la institución.

Entre ellos hay 26 militares y 10 civiles de una empresa contratista que estaban realizando trabajos de manutención. Los contagiados están en aislamiento bajo supervisión médica y, hasta el momento, "con un diagnóstico favorable y sin ningún tipo de complicación asociada", informó el Ejército.

El Ejército, la Armada y el Instituto Antártico Chileno investigan cómo pudo llegar el coronavirus a la Antártida, la cual se había mantenido libre de la pandemia hasta ahora.Imagen: Getty Images/AFP/V. Rojas

Los 208 tripulantes del buque, en tanto, se encuentran en cuarentena preventiva a bordo de la nave, la cual arribó a Talcahuano, su puerto base. Autoridades de salud de la región informaron que habría actualmente 21 casos positivos.

Según informaciones del periódico La Prensa Austral, de Punta Arenas, existiría un segundo brote en la Isla Rey Jorge. El medio indica que personal del Servicio de Salud de esta región viajó hasta el lugar, donde se encuentran la Villa las Estrellas, la bases Presidente Frei de la Fuerza Aérea, y Profesor Julio Escudero, del Inach, además de otras instalaciones militares. Allí se habría practicado más de cien test PCR a efectivos de las fuerzas armadas, científicos y de una empresa aérea.

Según afirma el diario, entre los testeados se controló a un grupo de "nueve personas que había llegado de la estación Yelcho y que eran parte de un grupo de ciencias del Inach. Allí hay un caso positivo enviado a cuarentena, al igual que los ocho contactos estrechos, todos los cuales fueron evacuados el lunes a Punta Arenas".

El misterio de la ruta del virus

La gran pregunta es cómo pudo introducirse el virus en un continente que, por su aislamiento natural y protegido por estrictos protocolos sanitarios, era el único libre de la amenaza de la pandemia. Las hipótesis apuntan al traslado de personal con el buque Sargento Aldea, aunque las autoridades no han confirmado qué pudo haber fallado, en medio de los estrictos controles sanitarios impuestos por las Fuerzas Armadas y los protocolos del Instituto Antártico Chileno (Inach), organismo a cargo de regular las expediciones científicas en el continente blanco.

Consultado por DW, el Inach declinó hacer declaraciones sobre estos brotes y la continuidad de las expediciones de esta temporada. El organismo está reuniendo la información para emitir un pronunciamiento oficial.

Todas las investigaciones se centran en verificar cómo pudo ingresar el virus a la Antártida, a pesar de los estrictos protocolos nacionales e internacionales. Ya desde inicios de la pandemia, los países con presencia en el continente blanco recogieron las recomendaciones de la asociación internacional Council of Managers of National Antarctic Programs (COMNAP), que reúne a todos los programas antárticos del mundo.

Por tratarse de una región de difícil acceso, sin hospitales de alta complejidad y con dificultades para la evacuación de pacientes, la expansión del coronavirus sería un escenario de máxima gravedad. Por ello, era clave evitar un escenario como el actual, que además amenaza la continuidad del trabajo científico.

El buque científico alemán Polarstern viaja en estos momentos rumbo a la Antártida para iniciar su temporada de verano en el hemisferio sur.Imagen: Patrik Stollarz/AFP

Protocolos de seguridad

Para los viajes a la Antártida, el Inach exige, entre otras medidas, tener un test PCR negativo hecho 72 horas antes de ingresar a la ciudad de Punta Arenas, hacer una cuarentena preventiva de 14 días en la ciudad antes de viajar a la Antártida y un nuevo test negativo dos días antes de terminar la cuarentena. Y, por supuesto, no presentar síntomas.

El aislamiento debe ser estricto: en pieza individual, con servicio de comidas en la habitación, sin salir de ella ni del hotel. Esto especialmente considerando que la región de Magallanes es una de las más afectadas por la pandemia en Chile. Según el informe del Ministerio de Salud, su capital Punta Arenas tiene una incidencia de 9.858 casos por cien mil habitantes.

Se desconoce si el contagio se debió al incumplimiento de alguna de las normas o también podría explicarse por un "falso negativo", es decir, un test que entrega un resultado negativo, a pesar de que la persona sí está contagiada.

La Armada asegura que "previo al zarpe desde Punta Arenas el 24 de noviembre, toda la dotación del buque tuvo que someterse a un examen PCR" y que una vez conocido su resultado y confirmado que todos los resultados eran negativos, la unidad zarpó hacia el continente antártico.

Durante el invierno en el hemisferio sur, el continente estuvo naturalmente aislado y todo hacía pensar que, siguiendo los protocolos, sería posible reiniciar la temporada de reabastecimiento, recambio de personal y proyectos científicos. La distancia entre bases y la prohibición de contacto entre ellas, aseguraría también que el coronavirus no se expanda por la Antártida.

Con todo, algunos países como Turquía y Perú habían cancelado sus expediciones y el resto hizo ajustes reduciendo viajes y participantes. En estos momentos, el buque científico alemán Polarstern, se dirige precisamente rumbo al continente blanco para su programa de verano en el mar austral. Está por verse si el brote de COVID-19 logrará ser contenido o si alterará los planes de este y otros proyectos en curso.

(ju)

 

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