Para la alta política la jornada de este miércoles en la capital alemana ha sido maratoniana. Al mediodía se reunían en Berlín el ministro alemán de exteriores, Frank-Walter Steinmeier, y el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon. A las dos de la tarde, Steinmeier recibía a Condoleezza Rice, la secretaria de Estado estadounidense, quien a su vez estaba citada a las tres con la canciller alemana, Angela Merkel.

Y todo en preparación del verdadero encuentro del día: el que se producía a las seis de la tarde y sentaba en una misma mesa a Steinmeier, Ban, Rice y Sergej Lawrow, el ministro ruso de Exteriores, haciendo coincidir por segunda vez en lo que llevamos de ajetreado principio de 2007 a los miembros del famoso, hasta ahora infructuoso y en proceso de reanimación, Cuarteto para Oriente Próximo.

Objetivos milenarios y carreras de armamento

Con tanto apretón de manos entre personalidades destacadas, ciertos temas tenían que hacer rebosar el tintero. En su papel de secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon no podía sino aprovechar la ocasión para recordarle a la comunidad internacional que la mitad del tiempo que se concedió para cumplir los llamados "objetivos del milenio" finaliza con este 2007.

Teniendo como invitados a Condoleezza Rice y a Sergej Lawrow, la mención al último contencioso ruso-estadounidense, cuyo guión se escribe al más puro estilo de la Guerra Fría, se hacía inevitable. Un sistema de misiles estadounidense en Polonia y la República Checa, antiguos países de la que fuera "órbita soviética", a una distancia de Rusia incómoda para Moscú, despiertan viejos escepticismos y encienden olvidados discursos.

No hay motivo para la exaltación, aseguró Rice en Berlín. Los misiles no puntan al Kremlin sino que se destinan a proteger a Estados Unidos de Irán y posibles ataques terroristas. Además, Polonia y la República Checa son "Estados independientes", dijo la secretaria de Estado. Rice declaró que su país informó por lo menos en 10 ocasiones a Rusia de sus planes en Europa del este.

Oriente Próximo: cada cual en su postura

En relación a Oriente Próximo, ciertas premisas van tomando forma de principios aceptados por las terceras partes en el asunto, es decir, las naciones no directamente implicadas: la única solución al conflicto entre palestinos e israelíes pasa por que a los primeros se les conceda un Estado propio; este Estado debe ser aceptado por Israel, del mismo modo que todos los palestinos, y ello incluye a la organización radical Hamás, tienen que reconocer el derecho de existencia del vecino israelí.

El problema reside ahora en la aplicación de estos principios, y en determinar quién es el que los viola. El último encuentro en la ciudad santa de la Meca, por el que los dos bandos palestinos enfrentados en lo que casi es una guerra civil decidieron formar un gobierno de unidad nacional, fue calificado por Ban Ki Moon como un acto "valiente". Rice opina, sin embargo, que la decisión carece de relevancia porque no se logró un compromiso de respeto abierto hacia Israel por parte de los miembros de Hamás.

Los rusos, por su parte, consideran que Israel debe relajar las sanciones económicas con las que castiga por su voto a Hamás a los palestinos, del mismo modo que Hamás insta a los países occidentales a "dar un paso" que reduzca la presión sobre la clase política palestina. En contra de menos sanciones están los estadounidenses y, por supuesto, los israelíes.

Amigos en el mundo árabe

La próxima reunión del Cuarteto se llevará a cabo en un país de Oriente Próximo, anunció Ban tras el encuentro de los cuatro en Berlín. Tanto él como Steimeier se dijeron satisfechos de poder contar con "socios en el mundo árabe que apoyan en proceso de paz en la región".

Ya lo había advertido Steimeier antes de que diera comienzo la charla del Cuarteto: la conversación despertaba muchas expectativas, pero no había que sobrevalorar el poder de estos diálogos.