Bolivia ha ido del júbilo al terror tras la renuncia de Morales. Pero entre los sentimientos encontrados, en las calles predomina una exigencia a los líderes del país: diálogo.
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La ciudad estalla en júbilo y dos mujeres que apenas se han visto se abrazan con lágrimas en los ojos. Sobre la avenida Arce retumba a una voz el grito: ‟¡Sí se pudo!”. El líder opositor, Luis Fernando Camacho, se sube a un auto y espeta vítores emocionados a través de un megáfono. ¡Viva Bolivia! Repite la multitud. ¡Viva Bolivia!
Así transcurrieron los primeros instantes en las calles de La Paz, tras conocerse la noticia de que el hasta entonces presidente Evo Morales acababa de renunciar. La multitud agolpada frente a las instalaciones del Tribunal Supremo Electoral improvisó una caravana de victoria encabezada por Camacho, quien -siempre sobre el mismo auto- ondeaba la bandera boliviana, mientras era aclamado como un héroe olímpico, y recorría las principales avenidas de la ciudad, hasta llegar a las inmediaciones de la Plaza Murillo, sede del Gobierno central.
"Sentimientos encontrados: feliz y triste"
‟¡Lo que ahora está pasando en Bolivia es algo que debió ocurrir hace varios años. Nosotros tenemos un límite, y este es el límite, señor Morales”, dice Franklin Bracho, un estudiante paceño al día siguiente de la dimisión. ‟Tengo sentimientos encontrados: por un lado estoy feliz de que hayamos recobrado nuestra democracia, pero por otro lado estoy muy triste por los actos vandálicos que han ocurrido”, continúa, haciendo referencia a los saqueos y destrozos que tuvieron lugar durante la noche del domingo (10.11.2019) en todos los departamentos del país. Y es que a las celebraciones de la tarde le siguieron horas de tensión extrema. Una primera noche que dejó un saldo de decenas de tiendas desvalijadas, oficinas destrozadas, más de sesenta buses quemados, e incluso residencias privadas destruidas, como la de Waldo Albarracín, rector de la Universidad Mayor de La Paz, y la del propio expresidente Morales en Cochabamba.
‟Como todos los bolivianos de este país no puedo sino estar triste, porque el pueblo paceño es el que más ha sufrido estos atropellos tan vandálicos, hasta psicológicamente lo hemos sufrido”, dice Aura Ferrano, ama de casa. Luego, hace una pausa y agrega: ‟Pero al mismo tiempo estoy alegre, porque este es un triunfo que ha conseguido toda mi Bolivia amada, porque no podíamos estar sometidos por un dictador. El señor Evo Morales era un dictador. Sí, es cierto que hizo cosas buenas, pero se convirtió en un dictador”.
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Un país con visiones antagónicas
Las horas que han seguido a la tarde del domingo transcurren en Bolivia en un clima de tensa quietud. La Paz, por ejemplo, luce apacible de día pero en la noche las calles quedan desiertas y se instala sobre la ciudad una zozobra que casi puede tocarse con la mano. Los canales de televisión local han suspendido sus transmisiones noticiosas a causa de amenazas contra periodistas, y lo mismo han hecho varios medios impresos. Un temor que afecta por igual a cadenas públicas y privadas.
‟Todavía estamos temerosos, porque sigue en marcha toda la organización maquiavélica de Evo. Y eso tenemos que irlo desarticulando poco a poco. Hay mucha gente que creía que con él las cosas iban a mejorar, pero ahí siguen igual”, opina Alberto Rada, quien viajó desde Santa Cruz para asistir a las manifestaciones del fin de semana.
Cuando conversamos con la gente, muchas personas comienzan a aglomerarse en torno nuestro, frente al atrio de la Universidad Mayor de San Andrés. Tal parece que todos quieren hablar, todos tienen algo que decir en estos días convulsos en los que Bolivia define su futuro. ‟Yo veo a este país confuso”, dice Álvaro, de unos sesenta años. ‟Yo vivo en los Estados Unidos y llegué hace poco de visita. No reconozco a mi país. ¿Por qué siguen a este señor, Camacho? Él es un burgués”, dice, y alguien entre la gente le responde: ‟Usted dice eso porque no vive en Bolivia”, y él le reponde: ‟¡Déjeme hablar! Y si quiere, después usted habla, pero ahora déjeme hablar”.
El momento es una fotografía del estado actual de Bolivia, un país con dos visiones antagónicas de su nueva realidad. ‟Andan diciendo que los destrozos de los últimos días son culpa de Evo. No señor: esta es una reacción natural de la gente”, afirma y alrededor suyo la tensión crece, pues la mayoría rechaza su opinión.
"Todos queremos paz"
‟¿Puedo hablar?”, pregunta una joven estudiante. Se acerca y dice: ‟Como bolivianos tenemos que unirnos. No debemos bajar la fuerza que tenemos, la unión. Yo quisiera pedirle a todos los bolivianos que nos pongamos en el lugar del otro: estos saqueos nos pueden tocar a todos. Tenemos que ayudarnos: todos somos bolivianos. Han quemado la casa de opositores y de masistas, eso debe parar, porque lo que todos queremos es paz”. La joven termina sus palabras y los demás la aplauden, como si en aquella esquina se hubiera improvisado un foro público de quince minutos, tal vez una breve catarsis colectiva.
En cualquier caso, también allí está una instantánea fiel de este país que demanda ahora de sus líderes una cosa: diálogo. Evo Morales ya ha abandonado Bolivia, pero la coyuntura interna solo podrá superarse cuando oficialistas y opositores, con urgente responsabilidad política, se sienten en torno a la crisis para encontrarle una salida definitiva.
(rmr/rml)
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Bolivia: hitos de una crisis política
Tras renunciar Evo Morales, en medio de protestas contra un presunto fraude electoral y tras perder apoyo militar, Bolivia vivió casi un año de crisis y transición hacia lo que se perfila como un nuevo gobierno del MAS.
Imagen: Ueslei Marcelino/Reuters
Dijeron que no, pero...
La crisis se propició tres años antes. El 21 de febrero de 2016 se realizó un referéndum constitucional en Bolivia para evaluar una modificación a la Carta Magna, que permitiera al jefe de Estado reelegirse en dos ocasiones sucesivas. El "No" ganó con el 51,3 % de los votos, lo que significaba que Evo Morales quedaba imposibilitado de competir en las presidenciales de 2019. No obstante, compitió.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Bolivia's Communication Ministry/R. Martinez
Derecho humano a ser candidato
Morales argumentó ante la Justicia que si no podía competir en las elecciones se coartaba el "derecho humano" de todo ciudadano a elegir y ser electo. El Tribunal Constitucional dio por buena esta premisa y Morales inscribió su candidatura ante el Tribunal Supremo Electoral en diciembre de 2018. Las protestas opositoras no se hicieron esperar.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Carlos Mesa vuelve al ruedo
Carlos Mesa, expresidente del país y una de las voces más críticas con Morales, dijo que la decisión de la Justicia era una "herida de muerte a la democracia". Otros opositores incluso hablaron de un "golpe de Estado" institucional y del comienzo de una "dictadura". El 6 de octubre de 2018, Mesa anunció que enfrentaría a Morales en las elecciones e inscribió su candidatura en noviembre de ese año.
Imagen: AFP/A. Raldes
Un giro sorpresivo
Finalmente, el 20 de octubre de 2019 se realizaron las elecciones generales. El 88,31 % de los votantes participó del proceso, cuyos resultados se fueron entregando a cuentagotas, lo que despertó sospechas en la oposición y en organismos internacionales. En un comienzo, Morales no logró los votos necesarios para ganar en primera vuelta, pero un giro sorpresivo le dio finalmente el triunfo.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/J. Karita
Triunfo estrecho
Tras varios días, se entregaron por fin los resultados definitivos: Morales obtuvo el 47,08 %, contra el 36,51 % de Carlos Mesa. Con esas cifras, el mandatario superaba por más de 10 puntos a su principal rival y cumplía con la norma que da el triunfo en primera ronda a quien venza por esa cantidad de votos a su más cercano perseguidor. La oposición acusó fraude y salió a las calles.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/J. Karita
Llamados a manifestaciones
Carlos Mesa llamó a sus seguidores a defender los votos y forzar la realización de una segunda vuelta. "Todos nosotros tenemos que estar decididos, sin ningún tipo de reparo, a salir a la calle para demostrar que no aceptamos el fraude", dijo el exmandatario. Las protestas y los enfrentamientos comenzaron poco después de las elecciones, y fueron ganando violencia con el paso de los días.
Imagen: Reuters/K. Pfaffenbach
La rabia no cede
El gobierno de Evo Morales y la OEA acordaron la realización de una auditoría, una medida que no aplacó la rabia en la calle. Poco después, el jefe de la misión de la OEA renunció y las protestas arreciaron nuevamente en distintas ciudades del país. Al 9 de noviembre se contaban 3 muertos y casi 350 heridos, en un ambiente de creciente polarización.
Imagen: Reuters/K. Pfaffenbach
Surgen nuevos líderes
A la figura de Carlos Mesa se sumaron otros liderazgos. Quizás el más convocante fue el de Luis Fernando Camacho, líder del comité cívico de Santa Cruz. Camacho logró convocar a distintas organizaciones para pedir la renuncia de Morales. "Nosotros hemos asumido una posición totalmente ciudadana. No queremos segunda vuelta, queremos un nuevo proceso eleccionario", exigía Camacho.
Imagen: Getty Images/AFP/D. Walker
Rebelión policial
Al ya agitado ambiente se sumaron la noche del viernes 8 de noviembre de 2019 los policías, que en distintas regiones del país se amotinaron. Un agente dijo a la prensa que "no podemos seguir con este narco-gobierno, con esta democracia injusta". Si bien el Gobierno dijo que no desplegaría militares para enfrentar la rebelión, Evo Morales sí denunció que había un golpe de Estado "en marcha".
Imagen: Reuters/L. Gonzalez
Renuncia
El 10 de noviembre de 2019, tras 14 años en el poder, Evo Morales renunció. La presión de las protestas, y la pérdida del apoyo de las Fuerzas Armadas y la Policía, apuraron su decisión. Morales aseguró que su salida fue causada por un "golpe de Estado". Los disturbios se extendieron en varias ciudades tras su renuncia, con incendios, saqueos y ataques a viviendas como la del propio exmandatario.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Karita
México concede asilo político a Evo Morales
Tras la renuncia de Morales, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, informó en rueda de prensa que el político boliviano había aceptado la oferta de asilo ofrecida por México. Ebrard expresó que México "ha decidido conceder asilo por razones humanitarias" a Morales "en virtud de la urgencia que afronta en Bolivia, donde su vida e integridad corren peligro".
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Granados
Presidenta interina
El 12 de noviembre, la senadora Jeanine Áñez fue proclamada nueva presidenta interina de Bolivia. Tras la renuncia de todos los que constitucionalmente podían suceder a Morales, la abogada de 52 años pasó de segunda vicepresidenta a presidenta del Senado, accediendo así a la vía sucesoria. Desde México, Morales aseguró que este era "el golpe más artero y nefasto de la historia" de su país.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Karita
De México a Cuba, y a Argentina
En diciembre de 2019, el exmandatario boliviano viajó a Argentina en un operativo secreto, para ser acogido como refugiado, con la condición -luego incumplida- de no hacer declaraciones políticas. Morales viajó a Buenos Aires desde Cuba, donde se hizo un chequeo médico. Lo acompañaron el exvicepresidente Álvaro García Linera, la exministra de Salud Gabriela Montaño y el excanciller Diego Pary.
Imagen: picture alliance/ZUMA Wire/M. Ramos
Incendios, pandemia, corrupción, denuncias contra Morales
Entre cambios drásticos en política exterior, acusaciones de persecución a partidarios del MAS, escándalos de corrupción en el manejo de la pandemia de COVID-19, declaración de desastre nacional por incendios forestales, denuncias contra Evo Morales por "estupro", "asesinatos y torturas", Áñez llegó a cumplir su tarea como presidenta interina: el llamado a nuevas elecciones, pospuesto dos veces.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. P. d. Carpio
Nuevas elecciones, casi un año después
Tras dos fechas pospuestas, por la pandemia mundial de coronavirus, el electorado boliviano votó finalmente en nuevas elecciones este 18 de octubre de 2020, para elegir otro presidente y vicepresidente. Casi un año después de la renuncia de Evo Morales, que el exmandatario aún achaca a un "golpe", los bolivianos eligieron también a 130 diputados y 36 senadores, para renovar el Congreso bicameral.
Imagen: Martin Mejia/AP Photo/picture-alliance
Arce celebra el retorno del MAS, a boca de urna
Pasada la medianoche de la jornada electoral, se conoció que las encuestas a boca de urna otorgan más del 50 % de los votos al candidato del MAS, Luis Arce. Le seguirían Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, con más del 30%, y Luis Fernando Camacho, de Creemos, con alrededor del 14 %. Arce celebró en La Paz un triunfo que dio por seguro, mientras el recuento oficial iba por alrededor del 7%.
Imagen: Ronaldo Schemidt/AFP/Getty Images
Evo: "Tarde o temprano vamos a volver"
Evo Morales, que dirigió desde Argentina la campaña electoral del MAS, también celebró el triunfo. "Tarde o temprano vamos a volver" a Bolivia, afirmó. Sin embargo, dirigentes del MAS como la presidenta del Senado y la Asamblea Legislativa de Bolivia, Eva Copa, manifestaron que aún "no es el momento adecuado" para su regreso, porque Morales todavía tiene "problemas que solucionar".
Imagen: Manuel Cortina/NurPhoto/picture-alliance
Mesa será "cabeza de oposición"
Con el recuento oficial de votos aún en curso, Carlos Mesa, líder y candidato presidencial de Comunidad Ciudadana, compareció en La Paz ante los medios, para reconocer que los sondeos a boca de urna auguran un "claro triunfador en primera vuelta": el exministro Luis Arce, del Movimiento Al Socialismo (MAS). Comunidad Ciudadana ejercerá de "cabeza de la oposición", informó en Twitter.
Imagen: Luis Gandarillas/AFP/Getty Images
Presidenta interina felicita y pide esperar resultados oficiales
También la presidenta interina del país, Jeanine Áñez, que había retirado su candidatura tras verse relegada en las encuestas, reconoció que (aún sin el cómputo oficial) la victoria del MAS parece segura. Felicitó a sus candidatos, pidiéndoles "gobernar pensando el Bolivia y en la democracia". A los ciudadanos y partidos, les pidió "paciencia" y "madurez" para esperar los resultados oficiales.
Imagen: Presidencia de Bolivia/AFP/Getty Images
Felicitaciones de Trump, Maduro, la OEA, la UE y la ONU
Los principales aliados regionales del expresidente Evo Morales -los presidentes de Venezuela, Cuba, Nicaragua, México, y Argentina- fueron los primeros en celebrar el retorno del MAS al poder en Bolivia. Pero también EE. UU., la OEA, la UE y la ONU felicitaron al virtual futuro presidente, Luis Arce. Washington anunció su disposición de trabajar con el nuevo gobierno.