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Netanyahu viaja a Europa, y un artículo domina el debate

24 de agosto de 2009

Soldados israelíes venden los órganos de palestinos muertos, acusa un periodista sueco y el viejo debate sobre la libertad de prensa se convierte en cuestión de Estado y en posible peligro para la paz en Oriente Próximo.

Benjamin Netanyahu pide a Suecia que condene un artículo publicado en el diario "Aftonbladet".Imagen: picture-alliance/ dpa/ DW-Fotomontage

"De nuestros amigos suecos", declaraba el ministro Social israelí, Isaac Herzog, refiriéndose con ello al Gobierno del país escandinavo, "esperamos que levanten la voz contra un artículo con semejante contenido. Como alguien que conoce personalmente a Carl Bildt, estoy seguro de que es un hombre de honor que encontrará el modo de expresar su descontento por ese texto", añadía.

Carl Bildt, ministro de Exteriores sueco.Imagen: AP

Sin embargo, no parece que el honor de Carl Bildt, el ministro de Exteriores sueco, le fuerce a las manifestaciones de desagrado que tan por sentadas da su colega. Eso iría en contra de la tradición nórdica en el trato a la opinión: no es al Estado a quien le corresponde juzgar lo que se publica en la prensa, sino que en cualquier caso a los tribunales. A los temas candentes que aparecen en los periódicos no se les contraponen condenas gubernamentales, sino como mucho el debate público. El mundo árabe ya tomó cuenta de estas premisas cuando un rotativo danés decidió publicar las caricaturas de Mahoma, sólo que en entonces la indignación afectaba a los musulmanes.

"Nadie puede pedirnos que violemos nuestra Constitución", recordó el primer ministro sueco, Frederik Reinfeld; a lo que su homólogo israelí, Benjamin Netanyahu, replicó que la crítica verbal demandada por Tel Aviv no infringe, según su parecer, ninguna ley, y que también en su día el ex jefe de Gobierno israelí, Ehud Olmert, condenó un reportaje anticristiano emitido por la propia televisión.

Y así prosigue una discusión que ha durado todo el fin de semana y amenaza con no terminar ni con la llegada del lunes, ni con el inicio de la gira de Netanyahu por Europa. Tal vez incluso continúe entrado septiembre y domine, si no se anula, la visita de Bildt a Israel. Malas perspectivas para los temas de los que realmente tiene que hablarse, y que no son otros que los ya de por sí difíciles pasos a dar en el proceso para reanimar las negociaciones de paz en Oriente Próximo.

En situación delicada

La situación en Gaza, desplazada por el nuevo debate.Imagen: AP

Benjamin Netanyahu no se encuentra en una situación fácil. El cambio de Administración en la Casa Blanca augura tiempos más duros que los vividos bajo el Gobierno de Georg W. Bush. Cada vez resuenan más las exigencias de la comunidad internacional para que Israel detenga la construcción de asentamientos en territorio palestino, peticiones a las que Netanyahu sólo podrá acceder levantando las iras de sus propios socios de coalición.

El jefe del Ejecutivo israelí se entrevistará este martes en Londres con el primer ministro británico, Gordon Brown. El miércoles conversará con George Mitchell, el enviado de Estados Unidos para Oriente Próximo. El jueves se desplazará a Berlín, donde se reunirá con la canciller alemana, Angela Merkel. A todos ellos les hará llegar personalmente las condiciones que Tel Aviv le ponen a la paz: que los palestinos reconozcan el derecho de existencia de Israel y, a la vez, que el Estado que formen en el futuro sea uno desmilitarizado. Y la espinosa cuestión de los asentamientos, para la que Netanyahu podría proponer el cese de las nuevas construcciones a cambio de que los proyectos en marcha puedan concluirse.

Pero, además, el primer ministro, que habla de como van menguado las diferencias con el Ejecutivo estadounidense, espera ayuda de Europa. El Viejo Continente debe utilizar sus buenas relaciones con el mundo árabe para que éste se implique más en el proceso de paz, y no bajar la guardia ante el programa nuclear iraní. Aparte, se planea romper una lanza a favor de la mejora de las relaciones euro-israelíes.

Difícilmente podrá contribuir un conflicto diplomático en trono a lo escrito en un periódico a alcanzar estos fines. Suecia ostenta este semestre la presidencia de turno de la Unión Europea. Y el Gobierno sueco no está dispuesto a implicarse en la pugna: "esto no es cosa nuestra, es cosa del Aftonblades [el diario editor]", declaró Bildt. "Si se empieza a castigar colectivamente a los periodistas suecos, negándoles acreditaciones o la entrada a Israel, vamos a protestar", advirtió la presidenta de la Asociación de la Prensa sueca, Agneta Lindblom Hulthen.

De racista a antisemita

Más allá de que Suecia se decida o no a pronunciar la tan reclamada condena al artículo del Aftonblades, el Gobierno israelí ha anunciado que tomará medidas legales contra el diario y el Ministerio del Interior ha procedido ya a congelar el permiso de residencia y de trabajo del freelance autor del texto.

Pruebas del robo de órganos a muertos palestinos por parte de soldados israelíes, hilvanando el caso con el de un rabino que está siendo investigado en Estados Unidos por este tipo de tráfico, no presenta el periodista un su escrito. Éste se limita a citar a las familias de las supuestas víctimas- "los órganos de nuestros hijos están siendo saqueados", portaba por título el discutido artículo- y a narrar lo que el freelance asegura haber visto con sus propios ojos: un cadáver recompuesto a base costuras y en el que la causa de la muerte resultaba tan evidente que una autopsia no servía, a ojos del periodista, como explicación factible.

De practicar "puro racismo" acusa un rotativo israelí al Aftonblades; el ministro de Justicia de Israel, Juval Steinitz, tilda el artículo de "antisemita" y su colega a cargo de la cartera de Exteriores, Avigdor Liebermann, no duda en equiparar la postura del Gobierno sueco al "silencio", según sus palabras, del país escandinavo ante el genocidio nazi.

Ahora que Netanyahu se decía dispuesto a retomar las conversaciones de paz a partir de mediados del próximo septiembre, la situación en la franja de Gaza y los asentamientos judíos quedan desplazados en la agenda política por la pregunta "¿libertad o difamación?", un tema tan viejo como emocional y recurrente.

Autor: Tim Aßmann/ Albrecht Breitschuh/ Luna Bolívar/ dpa/ap/ afpd

Editora: Emilia Rojas

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