La cinta fue estrenada en la sección Generation, para un público infantil y adolescente, en la edición 68 del Festival Internacional de Cine de Berlín y aspira al galardón a la mejor ópera prima. Alessia Chiesa, que participó en el programa "Talents", para jóvenes cineastas en 2010, vuelve a Berlín con una historia que explora la sensibilidad infantil con la actuación de niños que no son actores.

Fan (Lara Rógora), de 9 años, es la voz cantante entre sus hermanos Tino (Mateo Baldasso) de 7 y la pequeña Claa (Mila Marchisio) de 5. Se encuentran sin sus padres en una casa de campo aislada del mundo exterior y su diversión es dar paseos por el bosque con su perro, Coco. Ahí escuchan de Fan el cuento de Hansel y Gretel, y la bruja que habita en un bosque que quiere comérselos.

Los niños en primer plano

La cineasta, que ha dirigido cinco cortometrajes que exploran el mundo infantil, contó en conversación con DW, que siempre le han intrigado los niños y su manera de comportarse. No quería actores profesionales, ni que los niños acabaran comportándose como robots según un guion. "Me di cuenta de que lo que tenía que hacer era acercarme a una infancia real para que los niños pudieran interpretar mi historia". La película está basada en los propios recuerdos de la niñez de Chiara, y es interpretada por chicos no actores que aportaron sus propios diálogos en la película.

Fan cuida a sus hermanos, les lee cuentos, no siempre los mejores para conciliar el sueño, y les hace de comer con lo que encuentra, platillos que provocan risa y exclamaciones en el público infantil. También es la que impone las reglas. La convivialidad entre los tres se va volviendo tensa a medida que la ausencia de los padres es cada vez más aguda.  "La película se va cargando de emociones y de imágenes alegóricas como son la oscuridad, los ruidos de la naturaleza, son símbolos básicos que nos dan miedo a todos".

Pero en medio de esa inhóspita cotidianidad, no ocurre algo inesperado como podría esperarse. "Lo lindo de este proyecto es que está mucho más cercano a la vida real. En realidad no pasa nada, lo que está pasando es la ausencia de los padres, cada vez más opresiva y sensorial", explica la cineasta.

Jerarquía infantil

En la película Tino comienza a rebelarse frente su hermana mayor, y lo mismo hace Claa, pero Fan trata de disuadirlos con sus propios argumentos, "Soy la mayor, además yo se leer y ustedes no", les dice. "Ella es el personaje conflictivo, más que los dos más chicos. Primero por la edad. Está pasando a la adolescencia y empieza a priorizar el entendimiento, la razón y también es la mayor. Además es la que sabe leer y es un poder que los otros dos no tienen". Ella es la que entiende la situación en la que están, mientras que los dos más pequeños afrontan el día a día con inocencia infantil.

La cineasta afirma que su película tiene un elemento antropológico. Hay una jerarquía, un orden, y un juego de poder que aprenden los chicos de lo que ven en los mayores.  "Eso que Fan decía, eran sus propios argumentos. Pero en un momento dado, pierde totalmente su autoridad. Los otros le ganan la partida y conquistan su libertad".

Al final de la cinta se ve a Fan con una maleta partiendo sola hacia el bosque. "Es el final de un día, con una chica que camina hacia lo desconocido. Tiene todo por delante, es el paso a otra cosa. Ahí no importa ya la ausencia de los padres que no estuvieron en toda la película, ese duelo ya se hizo".

"El día que resistía" es una historia que transita del mundo real a la fantasía infantil, que como en los cuentos de fábulas y de hadas, ocurren cosas terribles y al mismo tiempo son muy simples. "Los chicos tienen un mundo imaginario que a veces excede lo que nosotros podemos comprender de ellos", afirma Chiara. 

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