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El dólar toca los cielos en Cuba y llega a los 400 pesos

13 de agosto de 2025

El límite simbólico de los 400 pesos cubanos fue alcanzado esta semana por el dólar. Yoani Sánchez comenta en su columna las implicaciones de este hecho.

Esta semana, el dólar de EE. UU. alcanzó los 400 pesos, límite con una fuerte carga simbólica para los cubanos, dice Yoani Sánchez.Imagen: Guillermo Nova/dpa/picture alliance

Hasta hace poco, cuando los cubanos evocaban la crisis económica de los años 90, uno de los recuerdos más comentados de aquel colapso, tras el fin del subsidio soviético, era el ascenso del valor del dólar hasta los 150 pesos. Esas historias se han quedado pequeñas esta semana, cuando la moneda estadounidense alcanzó los 400 pesos, una devaluación del dinero nacional que marca el ritmo de la vida cotidiana, agujerea los bolsillos de los jubilados y mantiene en jaque a las oficinas bancarias.

Este lunes (11.8.2025), el también llamado popularmente "fula" alcanzó un valor que evidencia la pérdida galopante del poder adquisitivo de los billetes nacionales frente a una divisa que establece el compás para casi todo lo que se compra y se vende en Cuba.

Con la aparición de tiendas privadas, gestionadas por micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) la presencia de productos importados se ha extendido en la red comercial. A esas mercancías se le establece inicialmente un precio en dólares y luego se calcula su equivalente en la moneda nacional. Una subida de los verdes trae aparejada, sí o sí, un aumento en el número que los clientes leen en las pizarras de los mercados y en las cartas de las cafeterías.

La dolarización, que emprendió el propio Gobierno cubano parcialmente a inicios de este año, también ha dado alas a la moneda estadounidense. En esas tiendas estatales se ofertan cárnicos, lácteos y granos que ya no se asoman, hace muchos años, en el mercado racionado y subvencionado. Si se quiere comprar huevos, leche o un pedazo de lomo de cerdo habrá que pagar con esos billetes que llevan el rostro de Washington y Lincoln o, sumergirse en el entramado particular y aceptar el cambio informal entre el fula y esos papeles con apenas valor que llevan la estampa de José Martí y de Camilo Cienfuegos. 

Incertidumbre financiera

Lo que ha ocurrido esta semana va más allá de un vaivén monetario. La barrera de los 400 pesos era un límite con una fuerte carga simbólica para los cubanos. Superar esa línea roja no solo se expresa en las carteras sino que alimenta aún más la desesperanza. La gente siente que el dólar no tiene límite en su vuelo y que la moneda nacional no cuenta con frenos que detengan su caída. La baja productividad, la dependencia creciente de las importaciones y la falta de confianza en las entidades bancarias han cavado la tumba de esos papeles de colores con los que pagan los salarios y las pensiones en la Isla.

La ruptura de la confianza en el dinero de un país también se expresa en la fuga de capitales, cuando muchos emprendedores se llevan sus ganancias al extranjero y los inversionistas foráneos intentan poner también a buen recaudo sus divisas. Pero, sobre todo, esta pérdida de certeza financiera aviva la inestabilidad social. Por mucho que se extienda el estado policial y las amenazas contra los que se manifiestan en las calles, el bolsillo ha demostrado ser una fuerte motivación para saltarse el miedo.

Cuando en agosto de 1994 ocurrieron en La Habana las protestas conocidas como el "Maleconazo", el dólar alcanzaba por aquellos días un pico histórico. Este verano el panorama se repite con mayor gravedad y el régimen está consciente del malestar que el valor de los verdes provoca. El rostro de Benjamin Franklin desde un papel es ahora el peor enemigo del castrismo. 

(ms)

 

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