La propuesta de estatizar los fondos de jubilación en Argentina ha causado revuelo financiero tanto en el propio país sudamericano como en el mercado de valores de Madrid. Las principales empresas afectadas, a las que incluso se tiene bajo investigación por diversos cargos, son de origen español. Por otra parte, diarios como La Nación documentan una larga serie de episodios similares a lo largo de la historia argentina. El Dr. Stefan Engelsberger ha representado durante años a inversionistas alemanes que intentan hacer efectivos compromisos adquiridos por el gobierno de Argentina. En entrevista con DW WORLD, expone su punto de vista sobre todo este complejo panorama en torno de la propuesta de ley para estatizar el sistema privado de jubilaciones en Argentina.

DW WORLD: La presidenta argentina, Cristina Kirchner, dice que esta estatización de los fondos de jubilación es una salvación contra el saqueo. Pero la oposición argentina asegura que es el gobierno argentino el que saquea con esta medida. Usted conoce bien el sistema financiero argentino. ¿Cómo describiría esta controvertida estatización de los llamados AFJP? ¿Se trata de una decisión puramente económica, o hay destinatarios precisos?

Stefan Engelsberger: Es una medida con orientación precisa que, al mismo tiempo, tiene un carácter económico. La oposición reconoce, de manera acertada, que el gobierno argentino necesita dinero a corto plazo para tapar los vacíos. Eso es un hecho. El gobierno argentino fracasó ante los productores agrícolas este año, al intentar elevar los impuestos a las exportaciones. Luego pretendió hacerse de fondos através del Club de París al reclamar el aval de naciones industrializadas. Ahí fracasaron porque Argentina no está en una posición de cumplir sus compromisos.

De acuerdo con la versión del gobierno, la estatizacion de las jubilaciones debía restituir la confianza en la economía argentina. Pero ha ocurrido exactamente lo contrario. El índice riesgo-país ha llegado a niveles comparables a los de 2001…

¡Naturalmente! Con este tipo de acciones sólo se pueden tapar vacíos a corto plazo. Podemos hacer una comparación con Alemania. Existen aún las llamadas Rentenfremdenleistungen: el Estado ha tomado millones y millones de los fondos de jubilación y los ha destinado, por ejemplo, a la construcción de infraestructura en Alemania del Este, tras la reunificación. Quizá recuerda al ex ministro del Trabajo, Norbert Blüm, quien dijo que los fondos de jubilación estaban asegurados. Esto pasó a la historia de Alemania como la Rentenlüge (la mentira de las pensiones). En Argentina pasa algo similar. Los afectados obtienen una supuesta indemnización con el pago de bonos estatales muy mal valorados. Así, se trata de una estatización sin indemnización. Pero a largo plazo el daño es gigantesco. Si Argentina no logra tapar los huecos presupuestales, en dos o tres años se verá de nuevo en la necesidad de fondos. Y éstos no vendrán, porque ahora todos saben que Argentina jamás pagará.

En este caso, se habla de 23.000 millones de euros…

Y Argentina no consigue construir confianza a largo plazo. A los inversionistas alemanes a los que represento, el ex presidente Kirchner los insultó permanentemente. “No nos sacarás nada, eres un pillo”, me decía, mientras se reía en mi cara. Entonces supe que jamás nos pagaría. Hemos hecho propuestas de inversión muy productivas. Pero no les interesa. Sólo quieren saquear. Los productores agrícolas se defendieron con éxito así que, esperemos. Quizá esta iniciativa también fracase en el Congreso.

Usted mencionó el tema de la deuda con el Club de París. Argentina canceló hace poco su deuda con esa institución…

¡Señor López, ninguna deuda ha sido cancelada! En septiembre se anunció que dicha deuda sería pagada. La semana pasada dijeron que no lo harían. No ha habido pago alguno. No es más que un show, pero por desgracia muchos argentinos no lo entienden así.

Para finalizar vuelvo al tema de los fondos de jubilación. Si la propuesta de ley pasa, ¿qué consecuencias podría traer consigo a largo plazo?

Argentina no obtiene hoy ni un centavo más, de nadie. Nada de dinero fresco, ni siquiera de los propios argentinos, ni de Brasil, ni de China, ni de Estados Unidos. La estatización de las jubilaciones solamente refuerza este hecho. Hoy, los países industrializados no tienen más fondos para regalar a los argentinos. El Banco Interamericano de Desarrollo también dejará un día de prestarles. Se acabó. El juego se acabó. Y la administración Kirchner parece ser la única que no se ha percatado de ello.