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El difícil camino de la jatropha

8 de enero de 2013

La jatropha no necesita mucho cuidado. Y con sus nueces oleaginosas se puede producir biodiésel. ¿Será la jatropha el futuro de los combustibles regenerativos, o fracasará como otras plantas energéticas?

Imagen: Live Energies GmbH/George Francis

El vuelo de Lufthansa de Fráncfort del Meno a Hamburgo fue operado con biocombustible durante medio año. La fase de prueba se completó a principios de 2012. Sin embargo, la reputación de los biocombustibles ha decaído en toda Europa. Inicialmente se planeaba agregar un 10 por ciento de biocombustibles en la generación de energía, pero es probable que la cantidad llegue como máximo a un cinco por ciento.

La planta jatropha entra en la discusión. El debate sobre la utilización de tierras fértiles para generar combustibles en vez de producir alimentos ha provocado un nuevo debate, ya que nadie quiere desperdiciar el valioso suelo. ¿Llegó el futuro del biodiésel a su fin?

En estos acalorados debates se habla principalmente del etanol a base de maíz o de caña de azúcar, y de biodiésel de aceite de colza y de aceite de palma. Pero la jatropha es una planta muy diferente que no sirve como alimento porque sus frutos son venenosos, pero contienen semillas altamente oleaginosas. Por otra parte, los arbustos de jatropha crecen incluso en suelos pobres que no son adecuados como tierras de labranza. De ahí que la planta parezca predestinada a ser utilizada en los suelos agotados de los países en desarrollo. Los pequeños agricultores podrían tener un ingreso adicional mediante la venta de las semillas. En la India y en Ecuador, entre otros, la jatropha se cultiva como planta energética. ¿Pero es el aceite de jatropha una alternativa válida en la práctica?

Decepción de agricultores en India

En la década de los 90, los medios de comunicación expresaron su entusiasmo por la jatropha. Así lo recuerda George Francis, director general de Live Energies, empresa que gestiona proyectos de agrocombustibles. Él es natural de la India, e hizo su doctorado en la Universidad de Hohenheim, en el sur de Alemania. Allí, Francis estudió junto con otros investigadores si era posible extraer biodiésel de alta calidad de las semillas de jatropha. Los experimentos pronto tuvieron éxito.
Sin embargo, la segunda parte del proyecto fue considerablemente más difícil: debían determinar el rendimiento de la planta en suelos pobres. Para ello, se cultivó jatropha en la India. "Pero no fue tan fácil", dice Francis. La jatropha necesita alrededor de tres años para desarrollar su productividad. Durante los primeros años solamente se pueden extraer unos pocos cientos de gramos de semillas por planta. Más tarde, en buenas condiciones, una sola planta puede aportar más de tres kilos de semillas, con un contenido de aceite del 30 al 35 por ciento, muy similar a la producción de otras plantas oleaginosas.

Existen muchas variedades de la planta jatropha.Imagen: CC/Ton Rulkens

"En 2008, fui a la India para trabajar con una organización", dice Francis. "Yo era un poco ingenuo y pensaba que los agricultores no tenían nada que perder. Solo les pedimos que sembraran jatropha en los terrenos baldíos. Nosotros les dimos las plantas”. Y sin embargo, los agricultores participaron con reticencia. “No era nada personal contra de nosotros, pero en el pasado estas personas tuvieron muy malas experiencias implementando los consejos de organizadores extranjeras que prácticamente les impusieron nuevas variedades de plantas. Les prometieron además grandes cosechas y compradores seguros; promesas que al final nunca se cumplieron ", dice.

Francis también tuvo que constatar que durante los veranos extremadamente secos las plantas de jatropha sí necesitaban algo de riego. Sin embargo, es justamente durante estos veranos cuando los campos labrados no rindieron nada, y los campesinos se fueron a las ciudades a trabajar. En los veranos buenos, sin embargo, los agricultores mantuvieron los campos en buenas condiciones, pero descuidaron las plantaciones de jatropha. "De ahí que los cultivos dieran únicamente un kilo de semillas". Una cantidad menor a un tercio de lo que sería posible en buenas condiciones.

Las vallas naturales de Manabí

Las excesivas esperanzas en la India han servido como una advertencia en el otro extremo del mundo. Ecuador adoptó un enfoque diferente: no habrán campos sembrados con jatropha y el aceite no se transformará en biodiésel. Desde 2009, el Ministerio ecuatoriano de Electricidad y Energía Renovable apoya a pequeños agricultores en la provincia costera de Manabí. Allí los agricultores cultivan la jatropha desde hace generaciones para demarcar sus terrenos agrícolas y para mantener a distancia a los animales, gracias al veneno natural de la planta.

"Sin embargo, fue difícil animar a los agricultores a cosechar las plantas de jatropha en sus cercas de plantación", dice Gabriela Campuzano, quien trabaja en el ministerio y es la ingeniera del proyecto. "Hemos tenido que explicarles cómo deben cuidar las plantas para incrementar la productividad de las semillas". Antes, los agricultores simplemente cortaban las ramas sobresalientes y conectaban los tallos principales por medio de alambres para formar una valla. Ahora, las ramas laterales también pueden crecer. Y los arbustos son podados en forma de abanico para maximizar el rendimiento de las nueces.

De este modo, el proyecto fue aceptado por la población ecuatoriana. En el primer año participaron solamente 50 familias, y cosecharon 24 toneladas de nueces de jatropha. En 2012, 1.500 familias ya eran parte del proyecto, y se han cosechado 215 toneladas de nueces. Estos agricultores, que viven una de las zonas más pobres del país, venden su cosecha al gobierno y obtienen un buen ingreso adicional. "En la época del año en la que los niños regresan a la escuela después de las vacaciones, no hay otra cosa que hacer aparte de la cosecha de jatropha", dice Campuzano. "Así que muchas familias recolectan las nueces y, con los ingresos, compran material escolar. La cosecha de jatropha se vuelve una gran fiesta; incluso se puede ver a la gente montada en asnos con enormes sacos llenos de nueces de jatropha".

El proyecto ecuatoriano de jatropha se llama ERGAL, Energias Renovables para las Galápagos. El gobierno ecuatoriano tiene planeado para el año 2020 el suministro de energía en las Islas Galápagos cambie por completo a energías renovables. Ya en 2012 fue posible abandonar completamente la electricidad generada a partir de combustibles fósiles en Floreana, una de las islas más pequeñas. Un generador que antes funcionaba con diésel ha sido modificado y ahora funciona con aceite vegetal de jatropha prensado en frío. "Ahora queremos aumentar la producción de aceite, de modo que se pueda generar electricidad en las islas más grandes de las Galápagos", dice la ecuatoriana Campuzano. "La jatropha tiene un gran futuro en este país".

A pesar de las complicaciones iniciales, en India no se ha abandonado el cultivo de jatropha. Los científicos están trabajando para optimizar su rendimiento. Entretanto, Arup Ghosh, del Instituto Central de Investigación de Sal y Química Marina, dice que en el estado de Gujarat se han multiplicado las plantas más fuertes por medio de estacas. La jatropha se seguirá cultivando en terrenos baldíos, pero con el espacio adecuado entre las plantas, la poda y los nutrientes y apropiados. "En todos nuestros campos experimentales nuevos hemos logrado un rendimiento de semillas alto y consistente ", dice Ghosh. Y los autobuses para turistas en el Parque Nacional de Gir, en Gujarat, ya funcionan con biodiésel de jatropha.

Autora: Laura E. Hennemann / CS
Editora: Lydia Aranda Barandiain

La jatropha es una planta venenosa, oleaginosa y muy fácil de cultivar.Imagen: Live Energies GmbH/George Francis
La planta produce más de tres kilos anuales de nueces oleaginosas.Imagen: Live Energies GmbH/George Francis
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