2012 fue el año de la caída del euro. La Unión Europea estuvo al borde del colapso y muchos países se vieron sumidos en una grave crisis de deuda. El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, se vio obligado a actuar. Su promesa de que el BCE haría lo necesario para sostener el euro, surtió efecto.
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Desde entonces, la moneda europea no ha hecho más que revaluarse. Tanto, que se ha vuelto demasiado fuerte.