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El principal cómplice de Genaro García Luna

12 de octubre de 2020

Durante años, el ex jefe policiaco mexicano Luis Cárdenas Palomino se acostumbró a una impunidad total. Hoy las cosas parecen cambiar para él, escribe Anabel Hernández en su columna para DW.

Mexiko l Luis Cárdenas Palomino, ehemaliger Staatssicherheitsoffizier
Imagen: Zuma Press/Imago Images

En marzo de este año, luego de haber usado todas sus influencias -que peligrosamente aún son muchas- y toda su capacidad histriónica, el ex jefe policiaco Luis Cárdenas Palomino se presentó en persona ante autoridades de la Secretaría de Hacienda para buscar que el eficiente e incorruptible doctor Santiago Nieto, de la Unidad de Inteligencia Financiera, descongelara las cuentas bancarias de él y su familia.

Dichas cuentas fueron aseguradas en diciembre pasado luego de la detención en Estados Unidos de Genaro García Luna, ex Secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Felipe Calderón, y de quien Cárdenas Palomino -conocido en el bajo mundo policiaco como "El Pollo”- había sido brazo derecho en todo, incluyendo sus actividades criminales.

La cita se le dio conforme a la ley, como a muchos otros inconformes por el congelamiento de cuentas por operaciones irregulares o claramente de lavado de dinero: familiares de narcotraficantes, empresarios, jugadores estrella del fútbol, cantantes, actores y actrices, rectores de universidades, etc. Pero, por sus influencias, "El Pollo” esperaba un trato preferencial.

Trabajaba todavía para el empresario Ricardo Salinas Pliego como director de su empresa de seguridad privada Adamantium, y había sido ampliamente recomendado por dirigentes de organizaciones no gubernamentales  que habían sido usadas por García Luna y "El Pollo”  como "porristas” durante el sexenio de Calderón para tratar de limpiarse la cara cuando eran señalados por alguna tropelía. A cambio entregaban cuantiosos donativos a las ONG's y sus dirigentes.

Explotación en vez de protección

La persona que más abogó, suplicó y defendió a Cárdenas Palomino ante las autoridades hacendarias para que le dieran la cita fue la ex diputada panista Rosa María de la Garza, mejor conocida como Rosy Orozco, por el apellido de su marido Alejandro Orozco. "Rosy” fue legisladora federal del PAN del 2009 a 2012, y se le considera muy cercana al ex presidente Calderón y a su esposa, Margarita Zavala. Es cabeza de la ONG Comisión Unidos contra la Trata creada para proteger a personas víctimas de ese crimen; sin embargo, en 2015 fue denunciada por miembros de su propio partido por  explotar a las jóvenes que habían sido rescatadas: las usaba como secretarias, cocineras, asistentes y demás.

Usando el pretexto de ayudar a las víctimas, ella y su marido se beneficiaron de su desgracia. Durante el sexenio de Felipe Calderón obtuvieron lujosas residencias incautadas para usarlas en su beneficio personal, y no de las víctimas.

Anabel Hernández, periodista y autora de esta columna

Al inicio del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, el gobierno le retiró al menos dos de las propiedades. Pero, pese a haber perdido sus comodidades, Rosy Orozco se siente protegida porque cuenta con el apoyo y amistad del Secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch  y su madre, la actriz María Sorté, de quien Orozco es muy amiga desde hace años.

De hecho, fue ella quien presentó a García Harfuch con Cárdenas Palomino en 2008 y, gracias a ese encuentro, García Garfuch ingresó a la Policía Federal sin cumplir con los requisitos de ley y se convirtió en un hombre inseparable de "El Pollo”.

"El pollo" y su compadre

Sin duda, el apoyo de Orozco y García Harfuch hicieron creer a Cárdenas Palomino que podía  resolver todo el tema con el discurso de que no se le podían congelar cuentas solo porque su ex jefe García Luna estaba preso en Nueva York, acusado de tráfico de drogas y de proteger al Cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva . En esa reunión, "El Pollo” intentó desvincularse de su compadre García Luna y dijo que hacía años que no lo veía ni sabía nada de él.

Pidió que se descongelaran cuentas bancarias que tenía en Europa, con las cuales pagaba la colegiatura de la escuela de uno de sus numerosos hijos. A raíz del congelamiento de cuentas no podía pagar más su educación, y su hijo se había visto obligado a regresar a México. Culpó a las autoridades de que el anuncio público del congelamiento de sus cuentas estaba causando desprestigio a su familia, cuando en realidad el desprestigio había sido causado por sus actividades criminales.

Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública en México, es llevado a juicio en Nueva York.Imagen: Reuters/T. Bravo

Lo que "El Pollo” no sabía es que el congelamiento de sus cuentas no fue porque había sido el brazo derecho de García Luna, sino porque en las investigaciones de la Unidad de Inteligencia Financiera se encontraron en sus cuentas bancarias y en las de familiares triangulaciones con personas y empresas relacionadas al lavado de dinero, entre ellas, las mismas empresas que le habían ayudado a mover el dinero ilícito a García Luna.

Aún con el congelamiento de cuentas, Cárdenas Palomino hacía creer a los cercanos que no había nada de qué preocuparse. Las cosas se resolverían a su conveniencia como siempre había ocurrido, incluso en el triple homicidio en el que participó cuando apenas tenía 18 años. Gracias a su padre, también jefe policiaco en aquella época, no había siquiera durado una noche detenido.

Giro en la corte de Nueva York

Las cosas cambiaron en julio pasado cuando en la Corte Federal de Nueva York, donde se lleva la acusación penal contra García Luna, se hizo una acusación formal contra "El Pollo”  y otro ex policía, Ramón Pequeño, coacusados de los mismos delitos que su ex jefe: narcotráfico, complicidad con el Cartel de Sinaloa y los Beltrán Leyva  en una "empresa criminal continuada”.

A partir de entonces quienes vieron a Cárdenas Palomino lo describen como un "manojo de nervios” y en actitud paranoica, intoxicado por las medicinas y sustancias que consume para tranquilizarse. El exceso de confianza con el que solía conducirse comenzó a abandonarlo. Hasta un hombre acostumbrado a la impunidad total como "El Pollo” podía distinguir que había llegado el fin.

Luis Cárdenas Palomino, en imagen de archivoImagen: Agencia EL UNIVERSAL/Miguel Espinosa/RML/Zuma/Imago Images

Tras darse a conocer los cargos que se le imputan en Nueva York, no se le ha oído decir que es inocente. Y de acuerdo a la información obtenida, aún no decide colaborar con la Fiscalía de Nueva York y declarar contra su amigo y cómplice García Luna, pero se lo está pensando. ¿Cómo sería su encarcelamiento allá?, ¿Tendría acceso a su pareja y medicinas? El tema principal es que dicen que tiene mucho miedo. Sabe que el grupo al que pertenece no le perdonaría una traición, y no me refiero al Cartel de Sinaloa o los Beltrán Leyva, sino a la otra organización criminal encabezada por importantes políticos y empresarios del viejo sistema a la que ha servido y de la que se ha servido.

Para colmo, el 24 de septiembre un juez mexicano ordenó la detención de Cárdenas Palomino por haber torturado a Mario Vallarta Cisneros en 2012, y lo acusó falsamente de pertenecer a una banda de secuestradores cuando era titular de la División de Seguridad Regional de la Policía Federal.   

El alud de cuentas pendientes le llueve a "El Pollo” y la cofradía de policías corruptos a la que pertenecen él y García Luna. Luego de años de investigar a Cárdenas Palomino imagino que el dilema de éste es cómo pierde menos: ¿Colaborando o huyendo?

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