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El dilema en torno a Chen Guangcheng

Autores: Matthias von Hein / Evan Romero-Castillo1 de mayo de 2012

La fuga del disidente chino Chen Guangcheng, que presuntamente buscó refugio en la embajada estadounidense de Pekín, complica las relaciones entre Washington y el país asiático a pocos días de una importante reunión.

Imagen: China Aid Association/AP/dapd

Estados Unidos y China le dan un gran valor a sus relaciones bilaterales. De ahí que, cuando estas potencias mundiales se reúnen, sus emisarios le presten particular atención a los factores que podrían obstaculizar el entendimiento. Este 3 de mayo, cuando la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, el ministro estadounidense de Finanzas, Timothy Geithner, y otros 200 representantes de Washington se encuentren con sus homólogos chinos en el cuarto Diálogo de Estrategia y Economía, la manzana de la discordia podría ser Chen Guangcheng.

Chen Guangcheng es el activista de derechos humanos de la provincia china de Shandong que violó su arresto domiciliario la semana pasada y, según las declaraciones de varios correligionarios, se refugió en la embajada estadounidense de Pekín. El episodio en cuestión no ha sido cubierto por la prensa local, pero los medios internacionales lo describen como una humillación para el estamento chino. Y es que Chen Guangcheng burló a los guardias que vigilaban su casa a pesar de ser ciego.

Un tópico ineludible

Desde ese momento, el activista político se convirtió en un punto más de la rebosante agenda del diálogo sino-estadounidense. Washington defiende a Chen Guangcheng desde hace años, pidiendo su liberación reiteradamente y documentando los atropellos padecidos por él y por su familia. Pero fue durante un discurso celebrado en noviembre de 2011 cuando Clinton mencionó explícitamente por primera vez el nombre del activista, para criticar la forma en que el Gobierno de Pekín trata a los disidentes.

Tras la fuga de Chen Guangcheng, el Ministerio estadounidense de Exteriores ha asumido un perfil bajo.Imagen: AP

Tras la fuga de Chen Guangcheng, el Ministerio estadounidense de Exteriores ha asumido un perfil bajo. De hecho, la presencia del activista chino en la misión consular norteamericana no ha sido confirmada todavía. Y esto dificulta aún más las de por sí complicadas relaciones entre Estados Unidos y China. “Pekín tiene mucha desconfianza. Los chinos temen que Washington esté involucrado en la fuga de Chen y no quieren dar la impresión de que están cediendo frente a la presión estadounidense”, explica Willy Lam, conocedor del acontecer chino en entrevista con Deutsche Welle.

Precedente de otra era

La última vez que un disidente chino buscó refugio en la embajada estadounidense fue en 1989. Tras la represión del movimiento democratizador y la masacre de la Plaza de Tian’anmen, el físico Fang Lizhi pidió asilo en la misión consular. Fang estuvo viviendo en la embajada un año entero, hasta que las autoridades chinas autorizaron su emigración a Estados Unidos. Sin embargo, el mundo ha cambiado mucho desde entonces: China era apenas un país en vías de industrialización en aquel momento y hoy es la segunda economía más grande del mundo.

Fang Lizhi, activista político chino asilado en Estados Unidos a principios de los noventa.Imagen: AP

Autores: Matthias von Hein / Evan Romero-Castillo
Editor: José Ospina Valencia

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