El discurso de Donald Trump sobre política exterior tenía como meta disipar los miedos de los aliados de Estados Unidos con miras a una eventual presidencia del precandidato republicano. No obstante, el intento fracasó.
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Donald Trump intentó presentarse con una actitud presidencial y echó mano de una retórica moderada. De ahí que evitara mencionar en su discurso su polémica propuesta de construir un muro en la frontera con México pagado por el país latinoamericano. Es más, ni siquiera mencionó a los mexicanos. Con ayuda del teleprómpter, el precandidato presidencial republicano trató de esbozar un convincente concepto de la política exterior a la Trump.
Una Europa horrorizada
No obstante, observadores europeos reaccionaron con horror ante las propuestas del magnate. “Debo admitir que empecé a sentir náuseas”, dice Federiga Bindi, que en la Universidad Tor Vergata de Roma imparte clases de integración europea. “Trump es un populista ejemplar que en su discurso logra unir el lema de 'Estados Unidos ante todo' con un ultrapacifismo, un militarismo amargado y con ingenuidad”, dice.
Tampoco el ministro de Relaciones Exteriores Frank-Walter Steinmeier se anduvo con tapujos. Hoy día, los conflictos internacionales solo se pueden solucionar si las grandes potencias, como EE. UU. y Rusia, se alían, dijo el jefe de la diplomacia germana en Berlín. “Ningún presidente estadounidense se salva de esta realidad en la arquitectura internacional de seguridad. Por ello, el 'America First' no es realmente una respuesta”.
La versión estadounidense de Le Pen
“Soy europeo y escuché la versión estadounidense de Le Pen, Orban y todos los demás populistas europeos que nos quieren hacer creer que la cooperación a través de la entrega de soberanía es la causa de todos los males”, señaló Josef Janning, director de la oficina berlinesa del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
“Para alguien como yo, que estudia la historia de la diplomacia estadounidense, es sumamente inquietante y perturbador escuchar al probable candidato presidencial del Partido Republicano mencionar e insistir reiteradas veces en el lema 'primero Estados Unidos', dijo Vincent Michelot, politólogo de la Universidad Sciences Po en Lyon. “Y es que ese lema hace referencia a uno de los periodos más sombríos del populismo estadounidense en cuanto a política exterior”, explica.
Problemas para Europa
En caso de que el discurso de Trump haya sido un intento por volver a tender un puente hacia el establishment de la política exterior del Partido Republicano, que el mes pasado lo criticó en duros términos en una carta abierta, entonces ese intento también fracasó. “Si se supone que esto debía ser un discurso serio en materia de política exterior, entonces no funcionó”, aseguró Matthew Kroenig, experto en defensa de la Universidad de Georgetown en Washington y asesor de política exterior del candidato presidencial republicano de 2012, Mitt Romney. “Tras este discurso no deberíamos estar menos, sino más preocupados por la política exterior de un posible presidente Trump”.
En opinión de Janning, el unilateralismo del magnate y su retórica de “primero Estados Unidos” podrían traerle muchos problemas a Europa, puesto que “podrían acarrear intervenciones estadounidenses en el mundo islámico que fracasarían o que tendrían serias consecuencias”.
Políticos en la mira de la sátira
Trátese de Merkel, Putin, Trump o Bush: cada quien tiene su propio estilo de hacer política y también reacciona de forma diferente a la sátira.
Imagen: ZDF Neo Magazin Royale
Angela Merkel
Durante el apogeo de la crisis del euro, muchas revistas y periódicos griegos retrataron a la canciller alemana, Angela Merkel, con símbolos nazis. En la portada que se puede ver en la imagen, la revista satírica "Mystiki Ellada" mostró en 2012 a Merkel vestida con el uniforme de soldado del Ejército de la Alemania nazi. En ningún momento la canciller sopesó proceder legalmente contra el medio.
Imagen: picture-alliance/Rolf Haid
Vladímir Putin
Las fotos vacacionales del presidente ruso, Vladímir Putin, sirven de inspiración a humoristas satíricos de todo el mundo. Desde que el hombre fuerte del Kremlin se dejó fotografiar montando a caballo a pecho descubierto, el torso desnudo del presidente es un motivo muy popular, por ejemplo en el Carnaval de Colonia de 2015.
Imagen: picture-alliance/dpa/R. Weihrauch
Donald Trump
El precandidato presidencial republicano Donald Trump es el blanco predilecto de muchos caricaturistas y humoristas. No obstante, el magnate es muy sensible a las críticas. El periódico Boston Globe publicó un encabezado ficticio, en el que hace parodia de las propuestas del precandidato en torno a la política de inmigración. Trump calificó al diario de “estúpido” y “despreciable”.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/The Boston Globe
Kim Jong-Un
El dirigente comunista de Corea del Norte no tiene mucho sentido del humor. Para impedir que la película satírica “La entrevista” se estrenara en 2012 en los cines estadounidenses, el régimen norcoreano lanzó una serie de ataques cibernéticos. Los estudios cinematográficos Sony fueron hackeados, y también se registraron muchas amenazas de atentados contra cines estadounidenses.
El expresidente estadounidense George W. Bush es uno de los políticos que más ha inspirado a los cómicos en Estados Unidos. La supuesta falta de intelecto del exmandatario de origen tejano ha sido motivo de burla por parte de los humoristas.
Imagen: Getty Images/M. Tama
Jaroslaw Kaczynski
A principios de año, un carro alegórico del desfile del Carnaval de Dusseldorf provocó tensiones diplomáticas entre Alemania y Polonia. Esta es representada como una mujer maltratada y pisoteada por el líder del partido de los nacionalconservadores, Jaroslaw Kaczynski. El ministro de Relaciones Exteriores polaco dijo que el carro mostraba el “desprecio hacia Polonia y los políticos polacos”.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Gambarini
Benjamín Netanjahu
El primer ministro israelí suele ser objeto de burla del programa de televisión “Eretz Nehederet” (Un país hermoso). En esta escena, los cómicos hacen una parodia de las negociaciones entre el jefe de Estado de Israel y la organización palestina Hamás. No obstante, Netanyahu nunca se ha indignado. Al contrario, en 2013 visitó el programa como invitado estelar.
Imagen: Getty Images/AFP/J. Guez
Winston Churchill
La sátira política tiene una larga tradición: esta caricatura británica de 1915 muestra a Winston Churchill, que en aquel entonces era ministro de Marina, como un Aquiles desaliñado en la guerra de Troya. El dibujo que lleva el título “La lucha de los barcos” hace alusión a la guerra marítima por los Dardanelos, que perdió Churchill.
Imagen: picture-alliance/akg-images
Hugo Chávez
El difunto expresidente venezolano Hugo Chávez tampoco se salvó de la sátira, como se puede apreciar en esta caricatura de 2012. Muchas personas cercanas al exmandatario aseguran que tenía un excelente sentido del humor y que sus bromas estaban cargadas de metáforas. Por ejemplo, se hizo famosa su frase “huele a azufre” con la que se refirió a George W. Bush.
Imagen: Roberto Weil
Jamenei y Carrell
En 1987 una sátira del líder de la revolución iraní, el ayatolá Jamenei, provocó un escándalo en la televisión alemana. El moderador Rudi Carrel había mostrado un montaje fotográfico de Jamenei: durante una visita de Estado a Alemania manifestantes supuestamente lanzan ropa interior contra el ayatolá. Como consecuencia, dos diplomáticos alemanes fueron expulsados de Teherán.
Imagen: picture-alliance/dpa/I. Wagner
Erdogan y Böhmermann
Aún está por verse si el poema del cómico alemán Böhmermann sobre el presidente turco llevará a una crisis diplomática parecida a la de 1987. Está claro que no es la primera ni la última vez que la sátira política provoca tensiones diplomáticas a nivel internacional.