“Si las empresas que derraman crudo supieran que tienen que pagar penalmente, tomarían medidas preventivas”, dijo a DW Saskia Bricmont, eurodiputada que promueve que ecocidio se escriba al lado de genocidio en la CPI.
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Una petrolera derrama crudo en la Amazonía: entorno y pobladores sufren daños y pérdidas. Una minera seca las fuentes de agua en los Andes: campos, animales y poblaciones enteras desaparecen. De existir la figura legal del "ecocidio”, los responsables podrían ser juzgados penalmente.
"No es un sueño, es imprescindible reforzar la capacidad de la Corte Penal Internacional para perseguir a las grandes empresas por daños medioambientales y para que asuman responsabilidad penal y el resarcimiento de las víctimas”, explica a DW Saskia Bricmont, eurodiputada belga del bloque ecologista. En abril, la Eurocámara votará un informe pidiendo al ejecutivo de Bruselas que incluya esta figura en su legislación. Y que, luego, la promueva a nivel internacional.
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Ecocidas al banquillo
La campaña internacional "Stop Ecocidio" va de la mano con una plataforma de parlamentarios de todo el mundo que, enfrentados a la destrucción de ecosistemas y a la extinción de la biodiversidad, ven imperativo criminalizar a los responsables. De llegar a la legislación internacional, se añadiría a delitos como el genocidio, los crímenes de lesa humanidad y los de guerra.
"Estamos en medio de una pandemia originada por una zoonosis que surge del mal manejo del planeta y la biodiversidad. Si los causantes de esto supieran que serán hechos responsables penalmente, con seguridad lo prevendrían. El actual sistema de una multa administrativa no restituye el medio ambiente ni la vida de la gente”, subraya Bricmont, cuyo país, Bélgica, ha sido el primero en plantear la cuestión ante la Corte Penal Internacional (diciembre 2020).
Aunque la búsqueda de tipificar este crimen lleva más de dos decenios, la crisis climática y la actual crisis sanitaria global ha allanado el camino. Pero aún falta mucho hasta que el primer responsable sea sentado al banquillo.
¿Cuáles son los crímenes medioambientales?
"Es muy importante insistir en una mejor persecución de los crímenes medioambientales”, sigue Bricmont. Por lo pronto, en la UE se persigue el tráfico de especies protegidas, el de desechos, el vertido de sustancias tóxicas al aire, el suelo y el agua.
"Es una directiva útil, pero, por un lado, necesita ser implementada de verdad en todos los Estados miembros y, por otro, debe ser revisada”, apunta.
En cuanto a atajar el tráfico con especies protegidas -según estimaciones de Interpol el tercer negocio ilegal más lucrativo del mundo-, a la par de mayor capacitación para los aduaneros y la aplicación de la ley penal para los infractores, Bricmont ve necesaria la elaboración de un libro blanco de especies permitidas. "Incluir a todas las especies amenazadas en este momento de crisis llevaría un tiempo del que no disponemos”, resalta.
Cabe recordar que en América Latina -que alberga el 40% de la biodiversidad del planeta- se ha perdido, según datos del World Wide Fund (2018), desde los años 1970 un 83% de vida silvestre y un 20% del Amazonas.
"Estamos hablando de un bien común global”, sigue Bricmont, que prepara un informe sobre la biodiversidad y el papel de la UE en su conservación.
Complementariamente a exigir a sus empresas el respeto a derechos laborales, sociales y medioambientales, tanto en territorio europeo como en terceros países, Bricmont ve insoslayable que desde Bruselas se de impulso internacional a tipificar este crimen contra el planeta, sus habitantes y la biodiversidad.
Los increíbles viajes de las especies migratorias
Desde el Ártico hasta el Serengueti, ballenas, mariposas y otros animales emprenden viajes extraordinarios. Principalmente para alimentarse o aparearse, pero algunos incluso en busca de tratamientos exfoliantes.
Imagen: picture-alliance/blickwinkel/McPHOTO/E. u. H. Pum
De polo a polo
Los animales migran para evitar los duros inviernos, pero el charrán ártico, un verdadero amante del sol, lleva esta estrategia al extremo. Esta pequeña ave vuela entre el Ártico y el Antártico para disfrutar de dos veranos y más horas de luz que cualquier otro animal. Con un viaje de ida y vuelta de unos 35.000 km., el charrán ártico rompe todos los récords de distancias migratorias recorridas.
Imagen: picture-alliance/blickwinkel/McPHOTO/E. u. H. Pum
Un viaje agotador
Si el charrán ártico se lleva el premio a la distancia, el salmón merece un reconocimiento por su esfuerzo. Los huevos eclosionan en el río y cuando los peces crecen nadan torrente abajo para llegar al mar. Pero el trabajo duro viene cuando luchan contra la corriente y saltan incluso cascadas para regresar a casa a desovar. Pero osos, águilas y pescadores los esperan cuando se acercan a su meta.
Imagen: Imago/ZUMA Press/J. Mather
Excursionistas de medianoche
De día, los murciélagos de la fruta cuelgan de los árboles. Pero tan pronto anochece, se elevan por el aire viajando hasta 180 kilómetros y dispersan semillas y polen mientras se alimentan. Dependiendo de la estación, también cubren mayores distancias, a menudo en grandes grupos. En otoño se reúnen unos diez millones de murciélagos frugívoros en el Parque Nacional de Kasanka, en Zambia.
Imagen: imageBROKER/picture-alliance
Spa para la piel
Muchas ballenas cazan en las regiones polares, pero también pueden viajar 18.000 kilómetros al año para llegar a aguas más cálidas. Los científicos creen que prefieren parir en los trópicos. Pero nuevos estudios sugieren que podrían estar migrando por el bien de su piel. Las ballenas mudan de piel y las aguas más cálidas podrían facilitar este proceso. Esta limpieza reduce el riesgo de infección.
Es difícil imaginar a una criatura tan pequeña y frágil emprendiendo viajes migratorios épicos. Y aún así, la mariposa monarca puede viajar hasta 3.000 kilómetros. En verano, se sienten como en casa en las regiones del norte de EE.UU., pero cuando las temperaturas caen se dirigen al sur, a California o México. El hecho de dormir juntas en gran número les ayuda a mantenerse calientes todo el año.
Imagen: M. Watson/picture-alliance/Mary Evans Picture Library
El tercer ojo
Las tortugas laúd recorren hasta 10.000 km., desde Canadá hasta el Caribe y desde Alaska hasta Indonesia. Viajan desde las zonas ricas en su comida favorita, las medusas, hasta las playas donde se reproducen. Los científicos creen que una mancha rosada en la parte superior de su cabeza es sensible a la luz y envía una señal a la glándula pineal para que emprendan el viaje en el momento adecuado.
Imagen: Imago/Nature Picture Library
Siguiendo a la manada
La migración masiva de los ñus a través de las llanuras africanas es quizá el mayor espectáculo del planeta. Su ruta lleva a 1,5 millones de ñus a viajar a través de la zona del Serengueti-Mara en busca de agua y comida. Cebras, gacelas y otros animales de pastoreo se unen a ellos para cruzar ríos llenos de cocodrilos y esquivar a leones y otros animales salvajes. La manada ofrece protección.
Imagen: S. Meyers/picture-alliance/blickwinkel
Comida lenta
Famoso por su devoción paternal, el pingüino emperador pone su huevo a unos 100 km. del océano Antártico. Madre y padre deben turnarse para viajar a través del hielo, alimentarse de peces y regresar con el estomago lleno de comida para alimentar a sus crías. Su pareja, mientras tanto, pasa hambre durante semanas para mantener caliente al polluelo. De otra manera moriría de frío en pocos minutos.