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Negociaciones gobierno colombiano-ELN

13 de enero de 2017

El gobierno colombiano y el ELN se reúnen en Quito. De nuevo encuentro en fase exploratoria, podría salir la decisión de comenzar la fase pública de la negociación de un acuerdo vital para la paz de Colombia.

Kolumbien ELN
Imagen: picture alliance/dpa/C. E. Mora

Quito alberga un nuevo encuentro preliminar a la fase pública de la negociación de un posible acuerdo entre el gobierno colombiano y la guerrilla del ELN. Según la agenda acordada en marzo de 2016, la fase pública debió haber empezado el 27 de octubre.

Pero a la condición puesta posteriormente por el gobierno del presidente Juan Manuel Santos –negociar sólo cuando hayan liberado a todos los secuestrados, el ELN opone como condición la liberación de dos líderes. Lo de los secuestros sería así un tema para cuando ya esté instalada la mesa.

¿Razones o excusas?

"Esto suena más a excusa que a una razón, quizá lo que falta es la voluntad política para firmar también con el ELN”, explica a DW Víctor De  Currea, profesor de la Universidad Nacional de Colombia y especialista del Instituto de Estudios sobre conflictos y Acción Humanitaria, con sede en Madrid.

 Y aunque parecería que al gobierno no le corre prisa –con un logro como el acuerdo de las FARC y con un Nobel de la Paz-, "un acuerdo con el ELN es vital para la implementación de lo acordado con las FARC, pues esto tiene lugar en zonas de control del ELN. Y no quiere decir que haya que acabarlos corriendo, pero sí que se puede avanzar por lo menos en acuerdos parciales”, agrega De Currea.

"No son unas FARC chiquitas”

Después de lograr los acuerdos de paz de La Habana -tras cuatro años de negociaciones, un referéndum, una aprobación parlamentaria- se podría pensar que con el ELN debería ser soplar y hacer botellas. Pero al parecer, no es así.

 "El ELN es un movimiento guerrillero con agenda e historia propia. No son un apéndice de las FARC ni unas FARC chiquitas, tampoco ha sido derrotado”, afirma.  Cabe anotar que el ELN  ya ha fracasado en el intento de llegar a un acuerdo de paz con gobiernos anteriores.

"Además”, continúa, "la propuesta de paz del ELN a diferencia de la las de FARC incluye un cambio muy importante en términos del grado y la forma de participación de la sociedad. En el caso de las FARC se hizo foros puntuales que recogieron insumos para la mesa. En el ELN se propone un desarrollo de una dinámica de participación”.

Cambio de metodología y sede

Abogando por que en estas negociaciones se escuche las propuestas de la sociedad civil, "un cambio en la metodología”, pide a este respecto Darío de Jesús Monsalve, obispo de Cali y coordinador de la comisión de obispos que acompaña los diálogos de paz. También la sede, pues Ecuador –por su proceso electoral- y Venezuela –por su candente situación- aportarían factores problemáticos al delicado proceso.

"En las negociaciones hay que ser pragmáticos”, opina al respecto De Currea. "En una primera fase, tanto Ecuador como Venezuela ofrecen un entorno de seguridad política y física para el ELN. En una siguiente fase, sí, hay que traer a Colombia el diálogo, pues si se trata de una mayor participación de la sociedad civil, eso no puede ocurrir tomando aviones”, agrega. 

Según observadores del proceso de La Habana, la inmensa mayoría de propuestas que se enviaron en cajas para alimentar  los debates en esa ciudad no fueron siquiera abiertas.  "La participación que el ELN está planteando implica necesariamente un debate diferente”, puntualiza.

Imagen: Getty Images/AFP/F. Parra

¿Momento justo?

Por otro lado, justo en la primera fase de implementación del acuerdo con las FARC, que tienen 180 días para concentrarse en zonas y dejar las armas, ¿puede el gobierno colombiano asumir también los esfuerzos por un siguiente acuerdo con el ELN?

"Es verdad que, a pesar de las zonas de concentración están acordadas y anunciadas desde hace años, hasta el momento no hay logística ni campamentos ni comida para los desmovilizados. No obstante, no es un problema de capacidad sino de voluntad”, responde De Currea añadiendo que, si bien es cierto que por ejemplo la Unión Europea apoya el proceso con fondos, no es su gestora.

En cualquier caso, en este diálogo exploratorio en Quito los temas del pulso entre los negociadores serán los secuestrados y el indulto a dos guerrilleros para que puedan ser participar en la fase pública de las negociaciones. 

Al respecto, en una carta abierta de la organización pro derechos humanos en Colombia OIDHACO que firman 30 eurodiputados se afirma: "invitamos a las partes a encontrar rápidamente un acuerdo para poder avanzar en este proceso, el cual representa un paso fundamental hacía la construcción de la paz y de un país donde primen los derechos humanos y la justicia social”.

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