El debate sobre el lenguaje inclusivo planea sobre el VIII Congreso de la Lengua Española. “Hay que desdramatizar y no debe ser motivo de enfrentamiento”, sostienen miembros de la RAE
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¿Está todo bien como está en el idioma español? ¿O sería saludable introducir algunos cambios?
Las respuestas varían según el interlocutor. Y se vuelven casi irreconciliables a la hora de referirse al "lenguaje inclusivo”, este que procura que al nombrar, todos se sientan representados.
Con impulsores y detractores, el tema planea sobre el VIII Congreso internacional de la Lengua Española, que se desarrolla hasta el próximo sábado 30 en la provincia argentina de Córdoba.
"El idioma es como una superficie donde impactan otras cuestiones que tienen que ver con la cultura y con la sociedad en general”, afirmó Elena Pérez, doctora en ciencias de la información y decana de la Facultad de Lenguas de la Universidad Nacional de Córdoba, una de las sedes del encuentro internacional.
Y en este marco señaló, en diálogo con DW: "El español es sexista. Podríamos dar miles de ejemplos; el solo hecho de que recién se haya cambiado el significado de "sexo débil” (para referirse a las mujeres) en el 2017, o que los insultos tengan que ver con la honra de las mujeres (hijo de p...), así lo indican”.
Así, algunas de las iniciativas para zanjar este conflicto proponen desterrar los vocablos masculinos terminados en "o” para la designación de genéricos, así como el esquema binario femenino-masculino, que excluye a la diversidad de géneros del colectivo LGTBQ.
Se trataría, concretamente, de reemplazar la "o” y la "a” de las desinencias por una "e” ("todes”) , por el signo "@” ("tod@s”) o por la "x” ("todxs”).
Claro que la Real Academia Española no ve estos cambios con buenos ojos. "El uso de la @ o de las letras "e” y "x” como supuestas marcas de género inclusivo es ajeno a la morfología del español, además de innecesario, pues el masculino gramatical ya cumple esa función como término no marcado de la oposición de género”, fijó postura la RAE a través de su servicio de comunicación ante DW.
En esta línea, Pedro Álvarez de Miranda, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro de número de la Real Academia Española, ejemplificó: "En la frase muy conocida ‘el perro es el mejor amigo del hombre', lo que estamos diciendo es que ‘los perros y las perras son los mejores amigos y amigas de los hombres y de las mujeres', pero claro, esto segundo es muchísimo más largo que lo otro. Se trata de economía del lenguaje”.
Pero también sostuvo ante DW: "Evidentemente la lengua es resultado de siglos y siglos de una sociedad androcéntrica, una sociedad en la que los valores del varón han prevalecido sobre los de la mujer”.
Y concluyó: "Lo que yo creo es que lo mejor es desdramatizarlo, no hacer de esto un motivo de enfrentamiento y aceptarlo con cierta naturalidad”.
Lejos de esta postura se manifiesta la decana de la Facultad de Lenguas de la Universidad Nacional de Córdoba, Elena Pérez. "Cuando yo inauguro una charla y digo "bienvenidas y bienvenidos”, no es que yo ignore como profesora de lengua que el masculino incluye al femenino, pero es un gesto que está diciendo otra cosa, está diciendo: ‘estoy sensibilizada frente a las cuestiones que tienen que ver con el género, estoy sensibilizada con los colectivos que llevamos adelante esta tarea de reivindicación por un poquito más de equidad en la sociedad'”, precisó.
Y, desafiante, Pérez fue incluso más allá: "Si fuera por los lingüistas, estaríamos hablando el latín del siglo VII. La evolución está en manos de los hablantes”.
Con sus pros y sus contras, y fiel reflejo de las tensiones que atraviesan el idioma, el debate en torno al lenguaje inclusivo está lejos de haberse agotado.
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(er)
Mundo bilingüe: las ventajas de hablar más de una lengua
Los beneficios del multilingüismo se hacen notar. Prejuicios y falsas creencias van quedando atrás luego de décadas de extendida vigencia.
Imagen: Tatjana Kral
Ventajas en la concentración
Los niños bilingües de nacimiento poseen una mayor capacidad de concentración, así como de priorizar diferentes tareas a realizar (“executive control”), ya que esto es lo que hacen permanentemente cuando deben elegir entre un idioma y otro. En la imagen, familia ruso-germana en Alemania. Los padres, Tatjana y Andreas, son rusos. Los niños, Karolina (8) y el pequeño Alexander son bilingües.
Imagen: Tatjana Kral
Bilingües desde el nacimiento
Existen diferencias cualitativas según el momento en que se aprenden los idiomas. Si se aprenden desde el nacimiento, al hablar cada uno de los idiomas se activa la misma región del cerebro. Mientras que si se aprenden más tarde, se activan regiones diferentes. En la imagen: la mamá Verena es alemana, el papá Max es brasileño, y la pequeña Marlene Maria de 2 meses, bilingüe alemán-portugués.
Imagen: Max Rodrigues
Un niño, dos lenguas
Desde temprana edad los niños pueden distinguir entre los dos idiomas, y contrariamente a lo que se creía, no existe un período de confusión entre las lenguas. Cuanto antes se empiece a aprender una lengua, más sencillo será el proceso de adquisición de la misma. En la imagen, Clara, de 5 años, bilingüe alemán-español, se deleita con su colección actual preferida en idioma español.
Imagen: Privat
“Una persona, una lengua”
El principio propuesto por el lingüista francés Ronjat consistente en que cada persona hable una lengua y sólo esa con sus hijos, “funciona bien”, según Jürgen Meisel. Sin embargo “no es un dogma”. En la foto, familia bilingüe francés-español, residente en Francia. La mamá, Mariana, es hispanohablante. El papá, Vincent, es francoparlante. Tomas, de 12 años, se maneja en ambos idiomas.
Imagen: Gabriela Pisano
Niños trilingües
Es posible aprender hasta tres “primeras lenguas”. El sistema cognitivo permite aprender incluso más, pero no como “primeras lenguas”, ya que éstas requieren como mínimo en torno al 30 por ciento de la comunicación diaria del niño. En la foto, familia trilingüe en Alemania. La mamá, Eugenia, es española, el papá, Alessandro, italiano. Y los hijos, Andrea (8), Hugo (6) y Luca (3), son trilingües.
Imagen: Eugenia Chillon Raya
Un niño, tres lenguas y ningún esfuerzo desmedido
“Se pueden aprender dos o tres lenguas simultáneamente como lenguas primarias”, asegura el experto Jürgen Meisel. “Y esto no implica un sobresfuerzo”. En la imagen, familia trilingüe alemán-español-árabe. La familia vive en Alemania. La mamá, Thyara, es argentina. El papá, Abdelali, es marroquí. Los hijos del matrimonio, Nuh de 9 años y Faruq de 6 años, son trilingües alemán-español-árabe.
Imagen: Thyara Iriarte Ganeau
No obligar a los pequeños
"El plurilingüismo siempre vale la pena", sostiene la lingüista Julia Blanco López. "Y esto, aun cuando el proceso pueda resultar un desafío para grandes y chicos". En cualquier caso, no obligar a los pequeños a hablar el idioma. En la foto, familia bilingüe alemán-español. La familia vive en Alemania. Cristina es española y el papá Félix es alemán. Las niñas Sofía (8) y Lucía (6) son bilingües.
Imagen: Cristina Lorenzo
En silencio también se desarrolla la lengua
“En contextos monolingües, si sólo la familia es bilingüe, a menudo los niños no quieren hablar la lengua de la familia, pero por razones sociales, no lingüísticas”, explica el Profesor Meisel, al tiempo que recomienda “seguir hablándoles el idioma”.
En la imagen, familia bilingüe en Alemania. Los padres, Amparo y Manuel, son españoles; las niñas, Victoria (7) y Clara (5), son bilingües.
Imagen: Privat
Jardines de infantes bilingües
Para adquirir, mantener y desarrollar más de un idioma, los jardines de infantes bilingües desempeñan un rol fundamental. Un aspecto clave resulta el hecho de que los niños tienen la posibilidad de hablar aquí el idioma minoritario con pares, con otros niños como ellos. En la foto, el jardín de infantes bilingüe alemán-español “Lucecitas” de Berlín abierto en 2014, al que acuden 25 niños.
Imagen: Simon Breth
El mundo multilingüe
“Los límites de la lengua son los límites del mundo”, sostenía el filósofo Ludwig Wittgenstein. Y es que vemos, lo que nombramos. En este sentido, podría decirse que el mundo de los niños multilingües es más rico que el de los niños monolingües. En la foto, niños del jardín bilingüe alemán-español “El jardín de Federico” en actividades al aire libre en Berlín.
Imagen: Tukita gUG
Dos idiomas, dos culturas
El bilingüismo supone el acceso del niño no sólo a dos idiomas diferentes, sino a dos culturas distintas, y esto enriquece la formación del pequeño. En la imagen, niños del jardín de infantes bilingüe alemán-español “Abejitas” de Berlín, fundado en 2004, y al que acuden cerca de 50 niños de entre 1 y 6 años.
Imagen: Antonio Brandauer
Plurilingüismo como estímulo
El contacto con la diversidad que implica el plurilingüismo estimula el desarrollo intelectual de los niños. En la foto, niños del jardín de infantes bilingüe español-alemán “Abejitas” en la capital alemana.
Imagen: Antonio Brandauer
El enorme potencial del bilingüismo
Existe un consenso entre los investigadores del plurilingüismo en torno a que los niños multilingües son más creativos, más flexibles y más elocuentes que los monolingües. En la imagen, niños del jardín de infantes bilingüe alemán-español “Abejitas” en Berlín.
Imagen: Antonio Brandauer
Cuanto antes, mejor
A partir de los 12 años se es considerado un adulto para aprender una segunda lengua. Esto es, los idiomas que se adquieran luego de esta edad, serán segundos idiomas y no idiomas maternos. Por eso, los primeros años de vida son decisivos. En la imagen, el jardín de infantes “El jardín de Federico” de Berlín, institución bilingüe alemán-español, inaugurada en 2013, visitada por cerca de 30 niños.