Eso dijo a DW Jorge Covarrubias, de la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Pero también: “Trump ha demostrado una gran hispanofobia”, aseguran desde la asociación.
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El español se viene con todo. Su fuerza numérica es arrolladora. Y esto vale muy especialmente para Estados Unidos, que ya se ha convertido en el segundo país hispanohablante del planeta, con 58 millones de personas que hablan la lengua de Cervantes.
Por si fuera poco, las proyecciones indican que para el año 2050 Estados Unidos se habrá convertido en la primera nación hispanohablante del globo, con 100 millones de personas.
Sin embargo, y más allá de los números a su favor, el español no la tiene fácil en EE. UU., mucho menos bajo la presidencia de Donald Trump.
"Este presidente ha demostrado una gran hispanofobia”, sostiene al respecto Luis Alberto Ambroggio, presidente de la delegación de Washington de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, en diálogo con DW.
"Ha habido una política de ignorar la historia y la cultura hispanas”, amplía Ambroggio, argentino, residente en Estados Unidos desde hace más de cinco décadas. "Pero la realidad es que el incremento de la población hispana, y de su influencia política, social y económica, ya no puede ser desconocida ni tergiversada”, concluye, optimista.
"El español no es una lengua extranjera en Estados Unidos”, resume, por su parte, a DW Jorge Covarrubias, secretario general de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, instituación creada en Nueva York hace más de 45 años, y hoy plenamente integrada a la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Porque love no es lo mismo que amor
Y esto bien lo testimonian los autores que en suelo estadounidense eligen escribir en español, porque no se trata de traducir sino de tocar fibras íntimas, esas que muchas veces solo hablan la lengua madre.
"A mí love no me suena lo mismo que amor”, se sincera Luis Alberto Ambroggio. Y trae a colación los siguientes versos de su autoría:
"Vida, para entenderme tienes que saber español, hacerlo la sangre de tu alma, porque si uso palabras diferentes para expresar los mismos sentimientos, no sé si, de hecho, permanezco la misma persona”.
Literatura del exilio
Existen, además, ciertas temáticas comunes en la literatura hispana en EE. UU., "como la nostalgia por el territorio que se dejó, el deseo de regresar, las primeras experiencias migratorias en el nuevo lugar que se habita, las diferencias culturales y de lenguas, el desamparo o los sueños truncos”, explicó a DW Jorge Covarrubias.
"Hay textos narrativos que hacen uso de "hispanounidismos”, palabras transculturadas del inglés, porque la experiencia se vivió en inglés pero se cuenta de esa manera en español”, agrega.
Efectivamente, el panorama del español de Estados Unidos tiene sus peculiaridades: existe una multiplicidad de naciones con sus variedades de expresión; está, además la población bilingüe español-inglés, y de hecho, también, el spanglish -variedad lingüística en la que se mezclan elementos de las lenguas española e inglesa-. A todo lo cual se suman quienes aprenden el idioma como lengua extranjera: el español es en la actualidad el idioma más estudiado en EEUU en todos los niveles de enseñanza.
La clave de la tercera generación
Con todo, existe una preocupación en torno al futuro de la lengua española en EE. UU., y tiene que ver con lo que los lingüistas denominan "el patrón de las tres generaciones”, según el cual, la primera generación que emigra habla el idioma, la segunda es bilingüe, y la tercera lentamente lo va perdiendo.
De hecho, en la actualidad, menos del 50 por ciento de los hispanos de tercera generación conserva el dominio de la lengua, y un 70 por ciento no la considera un atributo prioritario.
Ciertamente, las lenguas están vivas y en movimiento. Las atraviesan factores políticos, económicos y sociales. El derrotero del español en Estados Unidos tiene final abierto.
La temática será debatida en el panel "El español en los Estados Unidos” en el Congreso Internacional de la Lengua Española, a realizarse del 27 al 30 de marzo de 2019, en la provincia de Córdoba, Argentina.
(cp)
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Mundo bilingüe: las ventajas de hablar más de una lengua
Los beneficios del multilingüismo se hacen notar. Prejuicios y falsas creencias van quedando atrás luego de décadas de extendida vigencia.
Imagen: Tatjana Kral
Ventajas en la concentración
Los niños bilingües de nacimiento poseen una mayor capacidad de concentración, así como de priorizar diferentes tareas a realizar (“executive control”), ya que esto es lo que hacen permanentemente cuando deben elegir entre un idioma y otro. En la imagen, familia ruso-germana en Alemania. Los padres, Tatjana y Andreas, son rusos. Los niños, Karolina (8) y el pequeño Alexander son bilingües.
Imagen: Tatjana Kral
Bilingües desde el nacimiento
Existen diferencias cualitativas según el momento en que se aprenden los idiomas. Si se aprenden desde el nacimiento, al hablar cada uno de los idiomas se activa la misma región del cerebro. Mientras que si se aprenden más tarde, se activan regiones diferentes. En la imagen: la mamá Verena es alemana, el papá Max es brasileño, y la pequeña Marlene Maria de 2 meses, bilingüe alemán-portugués.
Imagen: Max Rodrigues
Un niño, dos lenguas
Desde temprana edad los niños pueden distinguir entre los dos idiomas, y contrariamente a lo que se creía, no existe un período de confusión entre las lenguas. Cuanto antes se empiece a aprender una lengua, más sencillo será el proceso de adquisición de la misma. En la imagen, Clara, de 5 años, bilingüe alemán-español, se deleita con su colección actual preferida en idioma español.
Imagen: Privat
“Una persona, una lengua”
El principio propuesto por el lingüista francés Ronjat consistente en que cada persona hable una lengua y sólo esa con sus hijos, “funciona bien”, según Jürgen Meisel. Sin embargo “no es un dogma”. En la foto, familia bilingüe francés-español, residente en Francia. La mamá, Mariana, es hispanohablante. El papá, Vincent, es francoparlante. Tomas, de 12 años, se maneja en ambos idiomas.
Imagen: Gabriela Pisano
Niños trilingües
Es posible aprender hasta tres “primeras lenguas”. El sistema cognitivo permite aprender incluso más, pero no como “primeras lenguas”, ya que éstas requieren como mínimo en torno al 30 por ciento de la comunicación diaria del niño. En la foto, familia trilingüe en Alemania. La mamá, Eugenia, es española, el papá, Alessandro, italiano. Y los hijos, Andrea (8), Hugo (6) y Luca (3), son trilingües.
Imagen: Eugenia Chillon Raya
Un niño, tres lenguas y ningún esfuerzo desmedido
“Se pueden aprender dos o tres lenguas simultáneamente como lenguas primarias”, asegura el experto Jürgen Meisel. “Y esto no implica un sobresfuerzo”. En la imagen, familia trilingüe alemán-español-árabe. La familia vive en Alemania. La mamá, Thyara, es argentina. El papá, Abdelali, es marroquí. Los hijos del matrimonio, Nuh de 9 años y Faruq de 6 años, son trilingües alemán-español-árabe.
Imagen: Thyara Iriarte Ganeau
No obligar a los pequeños
"El plurilingüismo siempre vale la pena", sostiene la lingüista Julia Blanco López. "Y esto, aun cuando el proceso pueda resultar un desafío para grandes y chicos". En cualquier caso, no obligar a los pequeños a hablar el idioma. En la foto, familia bilingüe alemán-español. La familia vive en Alemania. Cristina es española y el papá Félix es alemán. Las niñas Sofía (8) y Lucía (6) son bilingües.
Imagen: Cristina Lorenzo
En silencio también se desarrolla la lengua
“En contextos monolingües, si sólo la familia es bilingüe, a menudo los niños no quieren hablar la lengua de la familia, pero por razones sociales, no lingüísticas”, explica el Profesor Meisel, al tiempo que recomienda “seguir hablándoles el idioma”.
En la imagen, familia bilingüe en Alemania. Los padres, Amparo y Manuel, son españoles; las niñas, Victoria (7) y Clara (5), son bilingües.
Imagen: Privat
Jardines de infantes bilingües
Para adquirir, mantener y desarrollar más de un idioma, los jardines de infantes bilingües desempeñan un rol fundamental. Un aspecto clave resulta el hecho de que los niños tienen la posibilidad de hablar aquí el idioma minoritario con pares, con otros niños como ellos. En la foto, el jardín de infantes bilingüe alemán-español “Lucecitas” de Berlín abierto en 2014, al que acuden 25 niños.
Imagen: Simon Breth
El mundo multilingüe
“Los límites de la lengua son los límites del mundo”, sostenía el filósofo Ludwig Wittgenstein. Y es que vemos, lo que nombramos. En este sentido, podría decirse que el mundo de los niños multilingües es más rico que el de los niños monolingües. En la foto, niños del jardín bilingüe alemán-español “El jardín de Federico” en actividades al aire libre en Berlín.
Imagen: Tukita gUG
Dos idiomas, dos culturas
El bilingüismo supone el acceso del niño no sólo a dos idiomas diferentes, sino a dos culturas distintas, y esto enriquece la formación del pequeño. En la imagen, niños del jardín de infantes bilingüe alemán-español “Abejitas” de Berlín, fundado en 2004, y al que acuden cerca de 50 niños de entre 1 y 6 años.
Imagen: Antonio Brandauer
Plurilingüismo como estímulo
El contacto con la diversidad que implica el plurilingüismo estimula el desarrollo intelectual de los niños. En la foto, niños del jardín de infantes bilingüe español-alemán “Abejitas” en la capital alemana.
Imagen: Antonio Brandauer
El enorme potencial del bilingüismo
Existe un consenso entre los investigadores del plurilingüismo en torno a que los niños multilingües son más creativos, más flexibles y más elocuentes que los monolingües. En la imagen, niños del jardín de infantes bilingüe alemán-español “Abejitas” en Berlín.
Imagen: Antonio Brandauer
Cuanto antes, mejor
A partir de los 12 años se es considerado un adulto para aprender una segunda lengua. Esto es, los idiomas que se adquieran luego de esta edad, serán segundos idiomas y no idiomas maternos. Por eso, los primeros años de vida son decisivos. En la imagen, el jardín de infantes “El jardín de Federico” de Berlín, institución bilingüe alemán-español, inaugurada en 2013, visitada por cerca de 30 niños.