La discusión dura ya algunos meses: el ministro alemán del Interior, Wolfgang Schäuble, la Policia de Investigaciones Criminales bregan por instituir en el país el método de investigaciones tecnológicas, las pesquisas secretas online. En los casos que ellos consideren urgentes, sin previo permiso policial. En una tercera ronda de negociaciones con expertos en el ramo y los socios de la coalición gubernamental- los conservadores CDU/CSU y los socialdemócratas SPD- no han llegado, otra vez, a ninguna conclusión.

Las pretensiones de la Policía y el ministro Schäuble

En la mira se tiene, sobre todo al terrorismo islamista, cuyas células serían detectadas a través de troyanos que espíen las actividades de los sospechosos. Así, un mensaje electrónico de la Seguridad Social podría contener un programa espía que haga transparente el ordenador individual a la policía alemana. Serán máxime diez casos al año aseveran los que favorecen esta herramienta; en países como España, Letonia, Rumania Eslovenia o Chipre está permitida, argumentan.

El jefe de la Oficina Federal para lo Criminal, Jörg Ziercke, resaltó en entrevista concedida a DW-Radio que el creciente uso de la red con fines criminales. “La Policía no puede rezagarse y no puede permitir que el ciberespacio sea utilizado por los criminales como una dimensión protegida. Requerimos de ese instrumento, sobre todo para detectar redes criminales en los campos del terrorismo, el crimen organizado, la pornografía infantil, el tráfico humano y el tráfico de armas”, aseveró.

Inseguridad

Las organizaciones de defensa de los derechos civiles, los mismos socios de coalición y buena parte de la opinión pública han lanzado el grito al cielo. ¿A dónde vamos a llegar? ¿Cómo estar seguros en un país en que el mismo Estado se convierte en un hacker? ¿Si se envía la declaración de impuestos vía Internet, el ministerio de Finanzas tendrá entonces completo acceso a la cuenta bancaria del pobre ciudadano? ¿Cómo asegura el Estado que los troyanos serán enviados sólo a los “sospechosos”?

Los expertos opinan

La ministra alemana de Justicia, Brigitte Zypries, equiparó el uso de espías electrónicos a la violación de domicilio. Spiros Simitis, asesor en asuntos de derechos fundamentales y protección de datos tanto del Gobierno alemán como de la Comisión Europea aseveró, en entrevista concedida a la emisora estatal Deutschlandfunk, que estas pretensiones no son compatibles con el derecho constitucional actual.

“A nivel constitucional se vive aquí todavía en el siglo XIX” asevera Simitis, pues en la carta magna consta el derecho al secreto postal y al secreto telefónico, pero no el derecho al secreto postal por correo electrónico o al secreto de la comunicación hablada vía Internet. En su opinión, “la primera consecuencia que se tiene que sacar de ello es encontrar la vías para asegurar al ciudadano la privacidad de su comunicación. Es imperativo que en un Estado de derecho se asegure la inviolabilidad de la esfera privada, aún bajo estas cambiantes condiciones de comunicación”.

Para combatir la criminalidad, resumen los expertos, el Estado dispone ya de suficientes herramientas legales, en las que se incluye la incautación de las computadoras bajo orden judicial. El espionaje del ciberespacio individual está demás; significa un paso hacia el Estado omnipresente, y represivo.