El ex canciller alemán Helmut Schmidt, que cumplió 85 años, cree que las reformas financieras y sociales previstas por el actual Gobierno de coalición en la llamada agenda 2010 son insuficientes y llegan diez años tarde. “La situación que se vive en Alemania es resultado los errores cometidos por el Gobierno de Kohl. Pero el Ejecutivo de Schroeder lleva ya cinco años en el poder y no ha hecho las correcciones necesarias. Ambos gobiernos son responsables”, sostiene Schmidt en declaraciones que recoge hoy el diario “Die Welt”. Schmidt, canciller de 1974 a 1982, abogó por una reforma profunda y rápida de las leyes que impiden el desarrollo de Alemania, pero

no sólo en el ámbito del mercado de trabajo. En todos los ámbitos. Co-editor del semanario alemán Die Zeit desde hace veinte años, referencia moral e intelectual de los socialdemócratas alemanes y muy respetado por la política en general, Schmidt ponía así el contrapunto crítico a las manifestaciones y elogios personales y políticos que ha recibido con motivo de su 85 cumpleaños. Las felicitaciones a Schmidt, quien a pesar de haber abandonado la Cancillería y la política de primera fila hace 21 años es una de las personalidades políticas más populares del país, llegaron desde todos los ámbitos. Schroeder destacó la vertiente internacional del Gobierno de Schmidt, especialmente el inicio de la cooperación franco-alemana. “Es un gran honor para mi poder continuar esa cooperación”, agregó Schroeder, cuyas relaciones con Schmidt no fueron en el seno

del partido especialmente estrechas. El presidente alemán, Johannes Rau, recordó en su telegrama de felicitación que Schmidt condujo Alemania en años duros y difíciles, de tensión internacional y conmoción interna por los atentados y secuestros de la disuelta Fracción del Ejército Rojo (RAF). La presidenta de la opositora Unión Cristianodemócrata (CDU), Angela Merkel, destacó en su telegrama la trayectoria política de Schmidt, su autoridad, su compromiso con las libertades y los equilibrios en política internacional, y su defensa de la estabilidad y la democracia de Alemania en los años que se vio azotada por el terror de la RAF.