El próximo 7 de junio sonará el silbatazo de salida que pondrá a rodar el balón. Austria y Suiza se encuentran listos para albergar la decimotercera edición de la Eurocopa y aunque los aficionados de las 16 selecciones que se disputarán la copa en el torneo ya han empezado a hacer sus quinielas, de fiebre futbolera no hay ni rastro en los países sedes.

Una reciente encuesta realizada en Austria reveló que un 34% de la población mira con indiferencia el magno evento deportivo. Sólo un 22% por ciento de los interrogados, es decir, uno de cada cinco, dijo estar sumamente interesado en el campeonato. Otro 26% demostró un interés medio. En la encuesta, según la televisión austriaca, fueron interrogadas 1032 personas mayores de 16 años.

Fiebre en Alemania

En Alemania en cambio, la fiebre por el fútbol es tal que incluso hay quejas en las escuelas. En vez de atender a las clases los alumnos no hablan de otra cosa que no sea fútbol. Se la pasan coleccionando estampitas de sus selecciones favoritas, de sus jugadores estrellas, y ya están haciendo sus quinielas sobre el desarrollo del campeonato. Los maestros se quejan de falta de concentración en las aulas, disturbios y hasta casos de extorsión entre sus pupilos.

Una escuela primaria en Fellbach, al sur de Alemania, optó por zanjar la cuestión de raíz. Su director, Werner Ellwanger, prohibió el intercambio de estampitas y calcomanías de los jugadores y de las selecciones, y para que no quedara duda, prohibió el intercambio de estampitas de todo tipo. "Al niño que se descubra infringiendo las disposiciones escolares le será confiscada la estampita y no se le devolverá sino hasta el último día de clases antes de las vacaciones de verano", advirtió el director.

El caso hace olas

Los alumnos afectados aceptaron la prohibición y los padres de familia incluso la aplaudieron. No así la Asociación para la Educación (VBE), que criticó la medida calificándola de exagerada. “Preferible que los niños intercambien estampitas a que coleccionen videos de violencia en los celulares”, dijo el portavoz de la organización Michael Gomolzig, que también es director de una escuela. Christiane Staab, directora del Consejo de Padres de Familia de Baden Wüttemberg, calificó la prohibición de inaudita pues les roba la diversión a los niños. “Espero que sea un caso aislado”, dijo, y argumentó que no se puede combatir la extorsión quitándoles a todos el entretenimiento. “Es como si se cerraran todas las tiendas como medida para eliminar la ratería en las tiendas”, afirmó.