Las sandalias Birkenstock son famosas por sus plantillas de corcho. Pero, mientras tanto, la tradicional marca también ha ampliado su gama para incluir camas y sistemas de descanso. La cama está hecha de roble, haya, látex y, por supuesto, corcho, y puede admirarse en una película en el sitio web de la empresa. Al parecer, la cama de color verde pretende transmitir un bienestar natural. Ese ha sido siempre el fundamento de la marca Birkenstock.

Y el negocio está en auge, incluso en la crisis. "A pesar de las restricciones debidas a la pandemia y gracias a la ampliación de los turnos de trabajo en todas las plantas, la producción funciona a pleno ritmo, cerca de la plena capacidad", anunció la empresa hace unos días. Birkenstock tiene ahora la intención de aumentar la capacidad de producción en todos los centros con un programa de inversión masiva.

¿Hasta cinco mil millones de euros?

El hecho de que los clientes de todo el mundo aprecien los productos de la empresa también ha sido notado por los inversores financieros: al parecer, Birkenstock está negociando su venta. Según medios de comunicación, los inversores CVC Capital Partners y L Catterton están interesados. Ambos parecen dispuestos a pagar un alto precio. Se dice que se trata de una suma de entre cuatro y cinco mil millones de euros. Después de que la sociedad de inversión luxemburguesa CVC presentara inicialmente una oferta, la empresa estadounidense de capital riesgo L Catterton también está trabajando en una oferta, según círculos informados. L Catterton cuenta con el respaldo del grupo de artículos de lujo LVMH, entre otros.

El interés de los inversores no es casualidad: el año pasado Birkenstock vendió unos 24 millones de pares de zapatos y sandalias. En el mismo año de la crisis, en 2020, se estima que la empresa, todavía familiar, generó unas ventas de unos mil millones de euros y un beneficio operativo de unos 200 millones de euros. La empresa, con sede en Linz junto al Rin, goza desde hace mucho tiempo de fama internacional. Y tiene una larga y movida historia.

Para hippies y niños bien por igual

Las sandalias Birkenstock del cofundador de Apple, Steve Jobs, son probablemente unas de las zapatillas más famosas de la empresa familiar. Ya no lucían muy bonitas, pero se subastaron por casi 2.750 dólares. Jobs ya era un fanático de las resistentes sandalias Birkenstock en los días en que todavía se consideraban "calzado ortopédico". Sin embargo, la historia de esta marca también incluye el legendario cambio de imagen a una marca de moda internacional, con ventas de miles de millones.

Después del personal sanitario, fueron los ecologistas y los hippies los que descubrieron las sandalias. Hoy, las zapatillas adornan pies como los de Heidi Klum o Kate Moss. Birkenstock ha pasado de ser un calzado hippie a ser el favorito de los hipsters. Después de 2013 y 2017, la marca fue nombrada por tercera vez Marca del Año por la industria del calzado. Según sus propios datos, Birkenstock, el mayor fabricante de zapatos en Alemania, emplea a unas 4.300 personas.

Pronto, el destino de la empresa familiar Birkenstock podría ser determinada por nuevos propietarios. La sociedad de inversión CVC, con sede en Luxemburgo, es también la principal propietaria de la cadena de perfumerías Douglas y una de las diez mayores sociedades de inversión empresarial del mundo.

Sin embargo, según los informes, las negociaciones se están llevando a cabo principalmente con L Catterton. Entre otras cosas, la experiencia con la adquisición de empresas familiares, pero también sus redes en Asia hablan en su favor. Los inversores y la propia Birkenstock no quieren hacer comentarios sobre los informes. Se trata de "especulaciones", declara el fabricante alemán. Sin embargo, según Birkenstock, el éxito de la empresa siempre atrae a los inversores que se interesan por ella.

(gg)