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CineEuropa

"Sí" de Nadav Lapid: retrato del "alma colectiva" de Israel

14 de noviembre de 2025

La película más reciente del director israelí Nadav Lapid, "Sí", fue realizada tras los sucesos del 7 de octubre de 2023. Lapid mantiene una postura implacablemente crítica hacia su país.

Fotograma de "Sí": un hombre coloca la mano sobre una ventana, con una bandera israelí al fondo
"Sí" es hasta ahora la obra más radical de Nadav LapidImagen: Grandfilm

El cineasta israelí Nadav Lapid obtuvo reconocimiento internacional al explorar las grietas de su país en filmes como "Sinónimos: un israelí en París", ganador del Oso de Oro en la Berlinale 2019, y "La rodilla de Ahed", que se llevó el Premio del Jurado en Cannes dos años después.

Según Lapid, él se había jurado que su siguiente película no trataría sobre Israel.

Su guion, titulado "Sí", estaba listo para entrar en preproducción; ya consideraba posibles actores de Hollywood para interpretar a los dos protagonistas: artistas que venden su arte, su alma y su cuerpo a los ricos y poderosos.

Pero entonces sucedió el 7 de octubre de 2023.

En el filme "Sí", de Navad Lapid, Y. y Jasmine, padres de un bebé recién nacido, venden su arte y sus cuerpos a los ricosImagen: Grandfilm

El director, residente en París, regresó a su país poco después de los ataques terroristas de  Hamáscontra Israel. Sintió una profunda empatía ante el estado emocional agónico de su familia y amistades, pero también pudo prever -a partir del lenguaje que utilizaban entonces los políticos- que la respuesta del Estado tomaría "proporciones bíblicas", según afirmó en el estreno de su película en Berlín, que ahora llega a los cines de Alemania.

Lapid modificó su guion en pocas semanas para reflejar los acontecimientos que se iban desarrollando "La película estaba ocurriendo a mi alrededor", dijo.

El cineasta israelí Nadav Lapid, en Río de Janeiro.Imagen: Onofre Veras/TheNews2/IMAGO

"Responder a la locura con locura”

La obra, sostiene el director, funciona como testigo de un momento histórico específico. Al mismo tiempo, es una "película de ficción con esteroides”; un filme que "responde a la locura con locura”, así la describe Lapid.

Pero incluso las escenas más satíricas y experimentales -como la de un alto funcionario cuya cabeza se convierte en un reproductor de video que muestra los horrores de la guerra- se sienten como “una película neorrealista” para los israelíes, afirma el cineasta.

Mientras tanto, no se necesitó ningún efecto generado por computadora para evocar lo que ocurre en Gaza: una secuencia de imágenes reales del enclave palestino bajo bombardeo aparece de fondo mientras dos israelíes se besan en una colina junto a la frontera.

Según Lapid, esas escenas se filmaron sin permiso y toda la producción se rodó de manera clandestina. Tuvo dificultades para encontrar elenco y equipo técnico dispuestos a trabajar en el proyecto.

El actor principal, Ariel Bronz, es un artista de performance provocador que años atrás saltó a los titulares por introducirse una bandera israelí entre los glúteos durante un espectáculo sobre la libertad de expresión.

El artista de performance Ariel Bronz interpreta a un músico sumiso en "Sí", de Navad Lapid.Imagen: Grandfilm

Aunque "Sí" recibió financiamiento parcial del Estado israelí, los principales distribuidores del país se negaron a asumir la película, incluido aquel que había distribuido las obras anteriores de Lapid. "Ni siquiera quisieron verla", afirma Lapid.

Por ahora, la cinta fue proyectada en el Festival de Cine de Jerusalén y se planea un estreno independiente en Israel.

Cuando una élite egoísta respalda la ideología nacionalista

Y. y Jasmine, los nombres de los personajes principales de "Sí", son artistas en apuros de día y desenfrenados animadores por la noche. Su espectáculo es un secreto bien guardado entre los ultrarricos de Tel Aviv, que contratan a la pareja para actuar entre sus invitados selectos, cócteles y obras de arte, para convertir así su fiesta en un evento orgiástico al ritmo del eurotrash.

Una de las obras que aparece en la secuencia inicial es "Los pilares de la sociedad" (1926), de George Grosz, una pintura que retrata a la élite alemana como grotesca y egoísta, cómplice del nacionalismo.

A través de su sátira, Grosz ofreció un diagnóstico temprano del estado de las instituciones alemanas, anticipando proféticamente cómo el apoyo a estructuras corruptas e hipócritas allanaría el camino para el ascenso del nazismo y una destrucción futura sin precedentes.

"Esa pintura fue el origen de la película”, dijo el director a DW. Lapid recordó su obsesión infantil con la obra, y señala que ese estilo influye en su visión del cine, que describe como "expresionismo moderno”.

"Los pilares de la sociedad" (1926), de George Grosz.Imagen: Peter Barritt/Avalon/Photoshot/picture alliance

Para él, "no hace falta un Premio Nobel” para ver "los paralelos entre los pilares de la sociedad alemana en 1926 y la élite de Tel Aviv," casi un siglo más tarde.

Esa afirmación se refleja en muchas escenas de la película. Lapid integra símbolos e imágenes inequívocas en "Sí", pues considera que los matices han desaparecido del discurso israelí.

El nacionalismo desbordado se evidencia en la omnipresencia de banderas israelíes en todos los eventos públicos. Y el sumiso Y., literalmente lame las botas de su mecenas millonario, un oligarca que le encarga componer un nuevo himno poderoso para el Israel posterior a la guerra.

Un video incendiario como eje central de la película

El himno resultante, compuesto por Y., se revela a través de un video de niños israelíes cantando con naturalidad letras que predicen un genocidio en Gaza en el plazo de un año: "En un año no quedará nada allí” y "Los aniquilaremos a todos”.

El trasfondo real de ese himno es inquietante. El video fue publicado en noviembre de 2023 por una agencia de relaciones públicas dirigida por Ofer Rosenbaum, fundador de The Civilian Front Movement, que en su sitio web afirma ser "apolítico” y cuyo objetivo declarado es restaurar el apoyo al Ejército israelí.

Bajo el título "Friendship Song 2023", presenta nuevas letras sobre una canción canónica del poeta israelí Haim Gouri, "Hareut" (1949), interpretada con frecuencia en ceremonias conmemorativas en Israel para honrar a soldados y amigos caídos.

El video de la agencia, incluido en "Sí", se difundió ampliamente en redes sociales e incluso fue publicado (y luego eliminado) por el canal público israelí Kan.

Lapid admite abiertamente que su planteamiento en "Sí" es más radical que cualquier petición de organizaciones propalestinas.

Es plenamente consciente de que solo un israelí podría plantear de forma creíble un argumento tan radical: "Hundo mis manos en esta alma colectiva, que también es la mía".

(rm/cp)

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