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Un Fondo Verde para el Clima

Brigitta Moll/CS19 de junio de 2012

El Fondo Verde para el Clima apunta a financiar la protección ambiental y la adaptación al cambio climático. Pero aún quedan muchos puntos críticos por resolver, incluyendo el financiamiento.

Los países en desarrollo necesitan el apoyo de los industrializados para hacer frente a las secuelas del cambio climático.Imagen: AP

Los conceptos y las ideas de cómo proteger el medio ambiente son innumerables, sin embargo, son precisamente los países en vías de desarrollo y los países emergentes los que a menudo carecen de los fondos necesarios para implementarlos. La comunidad internacional se ha propuesto evitar que esto sea un problema en el futuro.

La meta es invertir 100 mil millones de euros anuales en la protección medioambiental y en la adaptación al cambio climático a partir de 2020. Pero, ¿con qué proyectos se alcanzará el mayor impacto? El Fondo Verde para el Clima (GCF por sus siglas en inglés), una organización internacional que contará con 300 empleados, se encargará de responder esta pregunta.

La puesta en marcha del Fondo Verde se aprobó el pasado diciembre durante la Cumbre Mundial sobre el Clima en Durban (Sudáfrica). El acuerdo llegó justo una hora y media antes de que concluya el evento, y después de duras negociaciones que se prolongaron toda la noche del sábado. El GCF es considerado uno de los pocos logros de la cumbre, ya que con él los países industrializados finalmente cumplen su compromiso de hacer mayores inversiones en la protección medioambiental.

"La creación del fondo es un proceso particularmente difícil", explica Stefan Krug, especialista en clima de la organización ecologista Greenpeace. La idea ya existe desde la cumbre de 2009 en Copenhague (Dinamarca). Nuevamente en 2010, los países participantes se propusieron sacar adelante el Fondo Verde para el Clima, en Cancún (México). Finalmente en Durban, los Estados han establecido la piedra angular para el fondo. Ahora se trata de dilucidar los detalles, y éstos son motivo de discordia.

¿Quién va a desembolsar el dinero?


El problema es que hasta ahora, el fondo está vacío. Si bien el monto que se quiere alcanzar ya ha sido acordado, la comunidad internacional aún no se ha puesto de acuerdo acerca del financiamiento del fondo a largo plazo. "El financiamiento no puede depender de los cambiantes estados de ánimo políticos, ni tampoco de la situación económica de los países", explica Stefan Krug de Greenpeace. "Eso haría que el fondo fuera impredecible".

Está claro que aparte de los fondos públicos también se buscará la inversión privada. "La idea es que las fuentes innovadoras de financiamiento y los recursos presupuestarios clásicos sustenten el fondo. Lo que buscamos es un mecanismo de reposición que se inicie con antelación y que corra por varios años. Además, que funcione en base a una repartición equitativa de los gastos entre los países industrializados", explica el ministro alemán para la Cooperación Económica y Desarrollo, Dirk Niebel. "Los fondos públicos proporcionaran incentivos para movilizar la inversión privada". Sin embargo, todavía no se ha definido cuán grande será la participación de este sector.

Se está analizando la posibilidad de recaudar impuestos a nivel mundial, por ejemplo, sobre las emisiones causadas por el transporte aéreo y marítimo o también sobre las transacciones financieras. Los ingresos podrían ser destinados al Fondo Verde. Sin embargo, los frentes son irreconciliables en este punto. Para EE.UU. y China, los gobiernos no deben asumir el financiamiento de la protección medioambiental, el sector privado ya se hará cargo de solucionar el problema. Eso significa que no se recaudaría el impuesto global que alimentaría el fondo. Gran parte de los países europeos, incluyendo Alemania, está justamente a favor de este sistema, siguiendo el modelo del comercio de bonos de carbono en el transporte aéreo. El experto en el clima, Stefan Krug, sugiere reducir además los subsidios para los combustibles fósiles como el carbón. Esto le daría a los Estados un mayor margen para facilitar el dinero para le fondo.

Un fondo en vez de muchos financiadores

Ya el 2009, en Copenhague, los países acordaron por primera vez crear el Fondo Verde para el Clima.Imagen: AP


Sin el GCF, el financiamiento de la protección medioambiental da una imagen fragmentada. El dinero destinado a combatir el cambio climático proviene de muy distintas instituciones: Adaptation Fund, Global Environment Facility, además están los innumerables proyectos dentro de la cooperación bilateral para el desarrollo. En lugar de que exista un gran número de iniciativas individuales, el Fondo Verde para el Clima apunta a unificar las finanzas y el know-how.

Además, el GCF tendrá el objetivo de lograr nada menos que un cambio de paradigma. Y no solamente limitarse a iniciar proyectos climáticos aislados en países en vías de desarrollo. Construir un parque eólico aislado está lejos de ser suficiente. La idea es involucrar en los proyectos a todos los sectores, desde los empresarios, pasando por los políticos hasta la sociedad civil.

Por su parte, los países en desarrollo deberán participar en la adaptación a las secuelas del cambio climático. "Para ello necesitan el apoyo de los países industrializados", dice el ministro Niebel. "En este aspecto, consideramos al fondo para el clima como un nuevo componente central de la arquitectura del financiamiento internacional de la protección ambiental. El fondo tiene el potencial de promover un cambio de paradigma en los países en desarrollo y emergentes hacia un desarrollo bajo en emisiones de carbono y preparado para el cambio climático".

La meta: una reconciliación

Algún día, los fondos del GCF se invertirán en la reducción de las emisiones de dióxido de carbono.Imagen: AP


La promesa de los países industrializados de contribuir más al financiamiento de la protección ambiental va de la mano del fondo para el clima. El plan es que el GCF ponga fin a la disputa entre los países en desarrollo y los países industrializados la cual se enciende cada vez que se discute quién se hará cargo de los costos para detener el cambio climático.

El directorio del fondo constará de 24 representantes de los países industrializados y los países en vías de desarrollo, en partes iguales. "Esta es la innovación más importante que conlleva el Fondo Verde para el Clima: un gremio directivo paritario", sostiene Henning Wüster, secretario interino del fondo. "La propuesta recibió una buena acogida entre todos los miembros".

En este momento, los países en las diferentes regiones del mundo están compitiendo por obtener el puesto de Directivo representando a su región. Por ello, nadie ha sido nominado todavía. Un motivo por el cual la primera sesión del Directorio tuvo que ser postergada. Henning Wüster ve el lado positivo de la situación: "los países tienen gran interés en el fondo y todos quieren participar en él. Evidentemente, esto ocasiona que los nombramientos sean más difíciles".

¿Será Bonn la sede del fondo?


Otra pregunta no resuelta es ¿cuál será la sede del Fondo Verde para el Clima? Seis países quieren albergar la sede del fondo: México, Corea, Suiza, Polonia, Namibia y Alemania. El gobierno federal alemán entró a la carrera con su antigua capital, Bonn.

"Estamos convencidos de que el fondo solamente podrá maximizar la eficacia de su trabajo en la protección medioambiental si tiene acceso a los mejores equipos y al ambiente de trabajo adecuado. Como país anfitrión, Alemania puede aportar de una forma significativa a la puesta en marcha rápida y eficaz del fondo para el clima", sostiene Niebel

La decisión será tomada en la siguiente Cumbre Mundial sobre el Clima que se celebrará el próximo diciembre en Catar.

Por ahora es solamente un proyecto. Si Bonn es seleccionada, este sería el diseño de la futura sede del GCF.Imagen: LAVA

Autora: Brigitta Moll/CS
Editor: Enrique López