Un informe encargado por Continental sobre su pasado concluye que el segundo proveedor mundial de la industria automotriz fue un pilar de la "máquina de guerra" de Hitler y usó masivamente trabajadores forzados y hasta prisioneros de campos de concentración. Un ejemplo particularmente macabro que describe fue la "ruta de prueba de zapatos" en el campo de concentración de Sachsenhausen: "los jefes eran conocidos por su brutalidad y hubo numerosos casos de asesinatos de los prisioneros", que debían recorrer kilómetros sin descanso alrededor del campo "entonando marchas alemanas".
El antiguo gigante mundial del caucho se une así a una larga lista de empresas alemanas que han intentado mejorar su imagen arrojando luz sobre su relación con el nazismo en los años 1930 y 1940. El caso es "arquetípico y sirve de ejemplo sobre el papel de las empresas en general" durante el periodo del Tercer Reich, explicó el autor del estudio, Paul Erker, profesor de la universidad de Múnich, en rueda de prensa.
En aquel momento Continental desempeñó un papel central en el suministro a la industria de la guerra, principalmente de "materias primas estratégicas como el caucho y la goma". "El estudio muestra en detalle cómo Continental se convirtió en una verdadera columna vertebral de la economía de guerra nacionalsocialista, aprovechando económicamente la política de movilización y de armamento", reconoce el propio grupo.
Según el historiador, la empresa recurrió a unos 10.000 trabajadores forzados en sus fábricas, a menudo prisioneros políticos, y no dudó en los últimos años de la guerra en utilizar a los detenidos de los campos de concentración nazis. El estudio se publicará en un libro titulado 'Proveedor de la guerra hitleriana', cuyas más de ochocientas páginas relatan las injusticias cometidas. Es el "capítulo más sombrío de nuestra historia corporativa", explicó el presidente Elmar Degenhart. (afp/dpa)
Una conmemoración solitaria del fin de la Segunda Guerra Mundial hace 75 años
El 8 de mayo de 1945, la Alemania nazi capituló, con lo que la guerra en Europa llegó a su fin. La efemérides se celebra en muchos países.
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Recuerdo y distanciamiento social
Un discurso ante una plaza vacía: el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, conmemoró este 8 de mayo de 2020 ante el Edificio de la Nueva Guardia de Berlín la capitulación de Alemania hace 75 años. Para evitar una aglomeración, el acto se transmitió por una pantalla.
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Con mascarillas y distancia de seguridad
Algunos berlineses dejaron flores en el monumento conmemorativo soviétivo en Treptower Park para celebrar la rendición de los nazis hace 75 años. Tampoco aquí fue posible organizar eventos masivos, por lo que se impusieron la distancia de seguridad y el uso de mascarillas para evitar contagios del nuevo coronavirus.
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Tanques inflables contra la guerra
Por la paz: Michael Fischer-Art, un artista de Leipzig, ha montado este tanque inflable en la Pariser Platz, entre la Puerta de Brandenburgo y la avenida Unter den Linden. Su objetivo al conmemorar esta efemérides es recordar el sinsentido de la guerra.
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75 rosas rojas en la frontera
Katarzyna Goral, trabajadora municipal de la ciudad polaca de Zgorzelec, coloca una de las 75 rosas que adornan hoy la verja fronteriza que separa el puente sobre el río Neisse. La urbe alemana de Görlitze, la región oriental de Alta Lusacia, fue separada dividida en dos tras la Segunda Guerra Mundial: la parte al este del río es desde entonces la polaca Zgorzelec.
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Soldados de ayer y hoy
Junto a una tumba de soldados anónimos en la Plaza de Lituania de la ciudad polaca de Lublin, veteranos de la Segunda Guerra Mundial y militares en ejercicio conmemoran conjuntamente con coronas de flores el fin de la guerra en Europa.
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Celebró su cumpleaños y el fin de la guerra
Pavel Yakovenko, de Hórlivkain (Donetsk, Ucrania), hoy bajo el control de los separatistas ucranianos, cumple hoy 93 años. Hace 75 era soldado del Ejército Rojo de la URSS. El pequeño desfile en conmemoración de la capitulación alemana lo ha organizado como algo muy personal.
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Banderas y veteranos
También en la ciudad francesa de Lille se celebra esta ceremonia conmemorativa de forma algo distinta a como se había planeado por el coronavirus: en una plaza casi vacía, un veterano de la Segunda Guerra Mundial hace un saludo militar ante un monumento a las víctimas de ambas guerras mundiales.
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Saludo al vecindario
In Crewe, cerca de Manchester, el veterano Bernard Morgan, de 96 años, saluda a sus vecinos desde la distancia, pues no se permiten los grandes eventos. De joven, Morgan estuvo en la Royal Air Force y no olvida el histórico teletipo: "La guerra en Alemania ha acabado". Hoy el mensaje es una pieza de museo.
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Conmemoración solitaria
El mayor Andy Reid de los Guardas Escoceses, uno de los cuerpos de la Reina, toca la gaita mientras dos aviones Spitfire sobrevuelas los acantilados de Dover, en el Reino Unido. Esta aeronave de alas bajas fue una de las que utilizaron los aliados en sus ataques aéreos durante la Segunda Guerra Mundial.