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PolíticaHungría

Gobierno húngaro deja sin techo a los refugiados ucranianos

22 de agosto de 2024

Un decreto del gobierno de Viktor Orbán suspende las ayudas estatales para el alojamiento de muchos refugiados ucranianos. Los críticos hablan de "desgracia" y de un nuevo "tocar fondo" en la política de refugiados.

Refugiados ucranianos sentados al costado de la carretera en el pueblo húngaro de Kocs después de haber sido obligadas a abandonar su alojamiento.
Refugiados ucranianos sentados al costado de la carretera en el pueblo húngaro de Kocs, después de haber sido obligados a abandonar su alojamiento, el 21 de agosto de 2024.Imagen: Bernadett Szabo/REUTERS

Los refugiados ucranianos están sentados al costado de la carretera en el pueblo de Kocs, en Hungría, después de tener que abandonar su alojamiento, ayer, 21 de agosto. En la mañana, casi 100 refugiados de Ucrania, casi todos ellos mujeres y niños, fueron obligados a dejar el lugar donde vivían y se encontraron de repente en la calle, sin hogar. Las imágenes recorrieron los medios húngaros.

No tener un techo se está convirtiendo en una realidad para más de 3.000 refugiados ucranianos en Hungría por estos días. Porque el 21 de agosto de 2024 entró en vigor un decreto gubernamental emitido por Viktor Orbán a finales de junio, que restringe masivamente la ayuda a los refugiados ucranianos.

Según el decreto, solo recibirán ayuda estatal para alojamiento temporal los refugiados de Ucrania que, como dice el decreto, procedan de "zonas de guerra: unidades administrativas de Ucrania directamente afectadas por acciones militares". El factor decisivo es la dirección actual de registro en Ucrania de cada persona.

En el futuro, la financiación estatal para el alojamiento será limitada y tendrá validez desde la fecha de registro como refugiado con protección temporal hasta finales del mes siguiente. El Gobierno húngaro redefinirá la lista de zonas en guerra directa cada mes.

Refugiados ucranianos en la calle, en la aldea de Kocs, en el noroeste de Hungría.Imagen: Bernadett Szabo/REUTERS

Las oenegés de ayuda humanitaria húngaras calculan que, como consecuencia del decreto, más de 3.000 refugiados ucranianos perderán su alojamiento financiado por el Estado en ciudades y municipios. Provienen en su mayoría de la región de Zakarpatia, en el extremo occidental de Ucrania, o de otras regiones occidentales de Ucrania, y tienen un estatus oficial de "necesitados temporalmente de protección".

La mayoría de ellos son romaníes de habla húngara. Los alojamientos son casi exclusivamente colectivos, como, por ejemplo, en casas vacías, o casas de huéspedes privadas algo más grandes. En Kocs, los casi 100 refugiados se alojaban en una casa de huéspedes privada. La financiación estatal para su alojamiento expiró este miércoles.

"Aquellos que querían valerse por sí mismos podrían haberlo hecho"

Norbert Pal, representante del Gobierno húngaro para las personas que huyeron a Hungría debido a la guerra rusa contra Ucrania, justificó la restricción de las medidas de ayuda en una entrevista con el periódico oficialista Magyar Nemzet a principios de julio: "Después de dos años y medio, este es un cambio sensato y apropiado, porque durante este tiempo, aquellos que querían valerse por sí mismos en Hungría podrían haberlo hecho".

Gergely Gulyas, jefe de la oficina del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, tachó de "inaceptable", en una conferencia de prensa este jueves, la afirmación de que se estuvieran cometiendo abusos, mientras el Estado gasta mucho dinero cada mes en personas que, en su opinión, pueden trabajar.

"Vergonzoso e indignante"

Los representantes de oenegés de ayuda humanitaria que actualmente se ocupan de los refugiados sin hogar contradicen esta afirmación. "Se afirma que los afectados tienen la culpa si no encuentran alojamiento", explica a DW Andras Lederer, del Comité de Helsinki húngaro. "Pero el hecho es que, en muchas de las familias ahora afectadas, los hombres trabajan en algún lugar. Sin embargo, las familias no pueden permitirse pagar un apartamento de alquiler propio, o simplemente no pueden encontrarlo".

El Comité de Helsinki lleva muchos años proporcionando asesoramiento jurídico y otro tipo de asistencia a los refugiados. Lederer califica el decreto actual y la situación de los refugiados ucranianos, ahora sin hogar, como "un nuevo tocar fondo en la política migratoria húngara".

Es "vergonzoso e indignante" cómo está actuando el Estado húngaro, porque los afectados no sólo provienen de un país que está en guerra en su conjunto, sino que también tienen un estatus formal como "personas que necesitan protección temporal". "Por eso, va contra el derecho húngaro y el derecho internacional privarlos de alojamiento y simplemente arrojarlos a la calle".

Propaganda antiucraniana

Hungría ha tenido una relación extremadamente mala con Ucrania durante muchos años. Tras el inicio de la guerra a gran escala de Rusia contra Ucrania, en febrero de 2022, las relaciones bilaterales volvieron a deteriorarse.

Orbán pide el fin de las sanciones de la UE contra Rusia, calificó repetidamente la agresión rusa de "guerra fratricida eslava" y describió a Ucrania como "tierra de nadie". Los medios de comunicación húngaros progubernamentales transmiten y publican mensajes de propaganda prorrusos, antiucranianos y antioccidentales todos los días.

Viktor Orbán y Vladimir Putin en Moscú, este 5 de julio de 2024.Imagen: Valeriy Sharifulin/SNA/IMAGO

¿Medidas específicas contra los romaníes?

Sin embargo, el decreto en realidad contradice en algunos aspectos la propaganda anterior del Gobierno húngaro. A Viktor Orbán y su Gobierno les gusta enfatizar la protección de las minorías húngaras en los países vecinos de Hungría, incluida Ucrania.

El trasfondo del actual decreto podría ser que la mayoría de quienes necesitan protección son romaníes de habla húngara del oeste de Ucrania. Viktor Orbán y otros representantes del Gobierno hacen repetidamente comentarios racistas sobre los romaníes. Por ejemplo, Orbán ha dicho varias veces en los últimos años que "todo el mundo debe vivir del trabajo decente" o "a nadie se le debe permitir vivir del crimen".

El desmantelamiento de las medidas sociales por parte del Gobierno húngaro hace muchos años que se dirige específicamente contra los romaníes, entre otras minorías. Los comentarios antigitanos en las redes sociales sobre el actual decreto indican que muchos húngaros acogen con satisfacción las medidas contra los refugiados.

Los trabajadores del Comité de Helsinki siguen desconcertados sobre el motivo del decreto y dicen que no se trataba de medidas de austeridad. "Los gastos mensuales de alojamiento para los refugiados ucranianos equivalen a aproximadamente un millón de euros", explica a DW el abogado y empleado del Comité de Helsinki Zsolt Szekeres. "Sólo los fuegos artificiales de este año en Budapest, durante la fiesta nacional del 20 de agosto, costaron cinco veces más".

Szekeres dice que, tras la publicación del decreto, el Comité de Helsinki presentó una demanda judicial en contra e informó a los organismos de la Unión Europea (UE). Aún no hay ninguna decisión del tribunal húngaro y lamentablemente tampoco se ha recibido respuesta de la UE. "En cualquier caso, hay que decir que el Gobierno húngaro ha provocado una vez más deliberadamente una situación de crisis humanitaria, porque deliberadamente deja sin hogar a varios miles de personas con derecho a protección".

(cp/rml)

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