Organizaciones de inmigrantes convocaron al mayor boicot laboral y de consumo como protesta contra el endurecimiento de las leyes migratorias. Todos los inmigrantes hispanos fueron convocados a faltar a sus puestos de trabajo, no acudir a las escuelas y abstenerse de comprar productos estadounidenses ese día.

La iniciativa llamada "el gran boicot" tuvo por objeto demostrar a las autoridades y a la sociedad anglosajona estadounidense, cuán dependiente se es de la comunidad hispana, de la fuerza de trabajo de inmigrantes ilegales. La meta es lograr la aprobación de una ley migratoria más moderada que permita, además, la nacionalización de unos 11 millones de inmigrantes ilegales en Estados Unidos.

Acción controvertida

La medida provocó un enfrentamiento entre quienes respaldan los derechos de los inmigrantes pero temen que el boicot provoque consecuencias negativas y quienes afirman que la medida es necesaria para empujar al presidente George W. Bush y a un Congreso dividido a poner fin a la disputa en pleno año electoral y aprobar una ley que ayude a los alrededor de 12 millones de personas que viven ilegalmente en Estados Unidos.

Esclavos modernos

"Todos perderemos si continuamos jugando este juego siniestro de condenar a un segmento de la población a vivir y trabajar en las condiciones de esclavos modernos", dijo Juan José Gutiérrez, director de Movimiento Latino de Estados Unidos. Los organizadores del boicot desean una amnistía y la eventual ciudadanía para los inmigrantes ilegales. Esperan también que la acción provocará una parálisis en las ciudades más importantes de Estados Unidos al quedarse sin fuerza de trabajo de inmigrantes.

Los sindicatos de maestros en las principales ciudades aseguraron que los niños no serán castigados por abandonar las clases. En Nueva York, los líderes de la Coalición 1 de mayo, que organiza el boicot, dijeron que una creciente cantidad de negocios se comprometió a cerrar y permitir que sus empleados participen de la manifestación en Manhattan. Los mayores procesadores de carne de Estados Unidos, entre ellos Cargill Inc, Tyson Foods Inc y Seaboard Corp, cerraron sus plantas.

Continuidad en las protestas

"El Gran Boicot del 1 de mayo, un día sin inmigrantes", es el paso que sigue a las manifestaciones de cientos de miles que salieron a las calles el 10 de abril. Esas protestas estuvieron impulsadas por la dura ley aprobada en la Cámara de Representantes -de mayoría republicana- que criminalizaría a los inmigrantes ilegales, castigando a aquellos que los ayuden, y construyendo un muro a lo largo de gran parte de la frontera con México.

Un proyecto consensuado entre republicanos y demócratas, estancado en el Senado, también impulsaría una mayor seguridad en la frontera. Pero, asimismo, daría a los inmigrantes ilegales un camino hacia la ciudadanía y un programa de trabajadores temporales, apoyado por Bush. El presidente estadounidense se opuso al boicot, al igual que muchos miembros del Congreso, entre ellos el senador Edward Kennedy -demócrata por Massachusetts-, quien lidera un movimiento bipartidista para reformar las leyes inmigratorias.

Seguridad en la frontera

Un portavoz de Kennedy dijo que el senador esta de acuerdo con la posición enunciada por el cardenal Roger Mahony de Los Angeles, un gran defensor de los derechos de los inmigrantes, quien se manifestó en contra del boycot. Mahony dijo en un comunicado "Vayan a trabajar, vayan a la escuela, y luego únanse a miles de nosotros en una gran manifestación más tarde". La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, dijo el domingo en el programa de CBS "Face the Nation", dijo que Bush favorece un "acercamiento exhaustivo a la inmigración, donde reconocemos el rol económico que esta gente juega pero manteniéndonos firmes sobre la seguridad en la frontera, en el hecho de que esta gente tiene que estar legal".