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El impacto del turismo de masas en el acceso a la vivienda

Elisabeth Yorck von Wartenburg
19 de septiembre de 2024

Los lugareños apenas encuentran viviendas asequibles en los destinos vacacionales. Y la situación se agrava cada vez más. Las críticas recaen sobre todo en los propietarios de pisos alquilados a turistas.

Personas delantes de la Sagrada Familia en Barcelona.
Millones de turistas van cada año a Barcelona, ​​entre otras cosas, para tomarse fotos delante de la Sagrada Familia.Imagen: Davide Bonaldo/Sipa USA/picture alliance

Una de las consecuencias del turismo de masas para los habitantes de destinos turísticos populares es que tienen cada vez más problemas para encontrar viviendas asequibles. "Este es el mayor problema de nuestra ciudad", afirmó recientemente el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, en rueda de prensa. En 2023, 15,6 millones de turistas visitaron la ciudad. 

Collboni anunció además que no se renovarán más las licencias de alquileres vacacionales. Actualmente, existen más de 10.000 viviendas en el sector y, a partir de noviembre de 2028, no habrá apartamentos vacacionales.

Los alquileres en Barcelona subieron un 68 por ciento

Un estudio ya demostró en 2020 que la oferta turística tiene un impacto directo en los precios de alquiler en la ciudad. Según Collboni, el alquiler aumentó un 68 por ciento de media en los últimos diez años y el precio de compra un 38 por ciento. "Para las personas con ingresos normales, este asunto se ha convertido en un problema real", lamentó.

Konstantin Kholodilin, experto en bienes raíces del Instituto Alemán de Investigación Económica, investiga los efectos de los alquileres vacacionales en el mercado inmobiliario: "Cuantos más apartamentos vacacionales, más suben los alquileres", sentencia.

Mitad de pernoctaciones en pisos vacacionales

El verdadero auge surgió con la aparición de empresas como Airbnb. Según la autoridad estadística Eurostat, las plataformas en línea proporcionaron más de 700 millones de pernoctaciones en la UE en 2023. En 2018, fueron poco más de 440 millones. Según la Asociación Alemana de Casas Vacacionales, casi una de cada dos pernoctaciones de turistas en Alemania se realiza en un alojamiento de vacaciones y no en hoteles.

Ya hay lugares, como Nueva York, en donde se toman medidas. Allí hay una normativa en vigor desde hace un año: sólo es posible alquilar una vivienda por menos de 30 días, si la oferta está oficialmente registrada y el propietario vive en el apartamento. Además, se podrán alojar sólo dos huéspedes al mismo tiempo.

"Los apartamentos deberían ser para los neoyorquinos, los hoteles para los turistas", dijo el exconcejal de la ciudad Ben Kallos, quien participó en la creación de dicha medida. También existen restricciones, más o menos estrictas, sobre alquileres vacacionales en París, Ámsterdam, Berlín y Lisboa.

Protestas contra el "turismo residencial”

Sin embargo, existen otras razones para la tensa situación del mercado inmobiliario en muchos destinos turísticos. Cada vez más personas cumplen su sueño de tener una segunda propiedad en una ubicación atractiva.

Las recientes protestas en las islas Canarias, por ejemplo, también iban dirigidas contra este "turismo residencial". Lo mismo sucede en las islas Baleares. Se dice que una de cada tres propiedades se vende allí a un extranjero. El resultado es que los mallorquines con ingresos medios, compiten directamente contra los europeos ricos del norte.

Para evitar esa presión externa sobre el mercado inmobiliario nacional, varios países han restringido durante años la venta de bienes inmuebles a no residentes, entre ellos, Dinamarca, Finlandia, Croacia y Malta. Incluso antes de su ingreso a la UE, se les garantizaron las correspondientes regulaciones especiales, ya que una restricción de este tipo es difícil de conciliar con la libertad de movimiento dentro de la comunidad internacional.

La UE también ha puesto en marcha una nueva normativa sobre alquileres vacacionales. Esta promete mejorar el intercambio de datos entre las plataformas en línea y las respectivas autoridades locales. De esta manera, se puede combatir el alquiler vacacional ilegal.

Cada vez hay más turistas que prefieren quedarse en un alojamiento privado antes que en un hotel.Imagen: Richard B. Levine/Sipa USA/picture alliance

Dudas sobre el efecto de la regulación

Queda por ver si los esfuerzos por regular la oferta legal tendrán el efecto deseado. Según Konstantin Kholodilin, los estudios muestran que, tanto los precios de compra de inmuebles como el número de alojamientos vacacionales ofrecidos en las plataformas correspondientes, disminuyen. Pero en lo que respecta a los precios del mercado de alquiler a largo plazo, el experto se muestra escéptico: "También aquí hay pruebas de que hay un efecto, pero el número de estudios es tan pequeño, que las pruebas no son fiables".

La asociación de alquileres vacacionales Apartur, de Barcelona, critica duramente la decisión del Ayuntamiento de la ciudad de suprimir todos los apartamentos vacacionales. "La oferta ilegal aumentará", pronostica Enrique Alcántara, presidente de dicha asociación.

La prohibición también significa el fin del turismo familiar en la ciudad, ya que sobre todo las familias con hijos se alojan en este tipo de alojamientos vacacionales. Además, los apartamentos turísticos representan sólo el 0,77 por ciento del total de viviendas de la ciudad, por lo que la prohibición no es más que un "pretexto para el fracaso de la política de vivienda”, cree Alcántara.

(rmr/ms)

 

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