El imparable cambio climático – El mundo en el año 2050
3 de agosto de 2010A los abuelos se les llena la boca cuando hablan de viajes a Venecia, pero para una familia alemana con un presupuesto medio, lo máximo que se pueden permitir es una excursión en bicicleta a lo largo del río Elba. Si no se está desbordado, claro.
Porque todo lo demás está muy caro: el precio de un barril de petróleo se encuentra en torno a los 600 dólares. Por ello, volar o llenar el tanque del coche en la gasolinera se han convertido en auténticos lujos. Estamos hablando del año 2050.
Todos los intentos de crear un acuerdo global sobre el clima han acabado en fracaso. Desde que caducó el pasado Protocolo de Kioto en 2012, las organizaciones mundiales han fallado a alcanzar un nuevo acuerdo justo y vinculante para todos. Las demandas de los países en vías de desarrollo eran demasiado grandes, como demasiado pequeña era la capacidad de compromiso para aceptar los costes que supondría un corte de emisiones de CO2 por parte de los países industrializados, la fuente principal de gases contaminantes.
Incremento drástico de niveles de CO2
El resultado: el contenido de CO2 es encuentra aproximadamente en 675 partículas por millón de partículas de aire: un nivel que supera en tres cuartos al que se registró en 2009. La tierra se calienta más rápidamente que lo que predecían los estudios de principios del siglo XXI. La temperatura de la atmósfera de la Tierra es, de media, 4 grados más alta que en la época previa a la industrialización. Los científicos calculan un incremento aún mayor en las temperaturas, de unos 4 ó 5 grados, para finales de siglo.
Aparte de ello, la Tierra se ha calentado de forma diferente en cada una de sus regiones: algunas partes de Europa se han refrescado en cierta medida debido a la debilitación de la Corriente del Golfo (una corriente del Atlántico). Pero el récord se lo llevan el Antártico y el mar del Polo Norte, que han alcanzado un aumento de temperaturas de casi 8 grados.
Las razones por este calentamiento tan rápido se encuentran sólo en los altos contenidos de CO2 en la atmósfera, sino también en los llamados “efectos de retroalimentación”. Efectos con los que ni siquiera los meteorólogos contaron en sus estudios previos: al derretirse ciertas zonas de hielos permanentes en el Norte de Rusia y Canadá, los contenidos de gas metano contenidos en estos glaciares fueron también emitidos a la atmósfera. Una adición extra para el aceleramiento de la subida de las temperaturas. Este gas supone una aportación para el efecto invernadero 20 veces más grave que el CO2.
Clima global extremo
El Efecto Invernadero no sólo ha convertido a Siberia y el Norte de Canadá en desiertos de barro, sino que ha contribuido a un clima aún más extremo: en el año 2050, los tifones e inundaciones se han multiplicado en los países tropicales.
Especialmente, islas-estado como las Filipinas luchan, por un lado, contra poderosas tormentas en la costa, y por el otro, contra corrimientos de tierra que han aumentado debido a las fuertes lluvias, y que han sepultado ya varias zonas habitadas. A pesar de las fuertes precipitaciones, el país sufre de una carencia de agua potable: el agua del mar se ha abierto paso hacia las reservas de agua dulce subterráneas, dejando inservible no sólo una gran parte del agua potable, sino también una gran porción de tierra cultivable.
200 millones de refugiados por el clima
Las consecuencias son devastadoras: las zonas cultivables son cada vez más escasas, y su demanda es cada vez mayor para alimentar a los 9.000 millones de personas que habitan la tierra. Entre ellos, 200 millones son refugiados. Una buena parte de la gente viene de pequeños atolones en el Pacífico, o de las regiones superpobladas del Delta del Ganges, Mekong, Nilo o Brahmaputra, que debido a la subida del nivel del mar se encuentran inundadas en su mayoría.
La mayoría de los refugiados, no obstante, vienen de Asia Central y África; y no huyen de las inundaciones, sino en busca de agua potable. Hace ya varios años que no llueve en muchas de estas regiones, y las sequías y el hambre son la más inmediata consecuencia. Sólo en los países africanos, casi un cuarto de los 1.800 millones de habitantes sufren de falta de agua en el año 2050.
Las corrientes de refugiados suponen nuevos problemas para muchos países. India, especialmente, está saturada por las masas de gente proveniente del vecino Bangladesh. El Gobierno de India, que cuenta en 2050 con 1.900 millones de habitantes, apenas es capaz de proporcionar a los refugiados que habitan los campamentos de sus fronteras las medicinas y alimentos suficientes. A pesar del apoyo internacional prestado por las Naciones Unidas, la lucha contra enfermedades diarreicas como el cólera no han tenido éxito: ya se ha extendido rápidamente mucho más allá de los campamentos.
Pero no en todas las regiones han surgido consecuencias negativas del Cambio Climático. Tanto los canadienses, los habitantes del norte de Europa no han tenido que sufrir las circunstancias extremas del clima mundial. En Escandinavia, mucha gente se encuentra encantada con las templadas temperaturas que predominan ahora en sus países. Especialmente en el norte de la península escandinava, donde ha aumentado el nivel de terreno cultivable en el año 2050.
Ecosistemas que mueren
A pesar de ello, muchos ecosistemas han sufrido terriblemente a causa del Calentamiento Global. Los delicados arrecifes de coral y los manglares han sido destruidos por la subida de temperaturas y nivel del mar, y una enorme porción de la selva del Amazonas se ha ido transformando durante este tiempo en una gran estepa. Muchos tipos de plantas y animales se han extinguido.
Un precio muy caro, el que la gente del año 2050 debe pagar. Mucho más, desde luego, del que habría costado el haber parado el Cambio Climático a tiempo: los expertos han calculado que cada país sólo debería renunciar a una pequeña parte de su prosperidad para conseguirlo.
Autoras: Michaela Führer/ Lydia Aranda Barandiain
Editor: Enrique López
Este texto se basa en datos y proyecciones del Deutsche Entwicklungsdienst ( Servicio de Desarrollo Alemán), las Naciones Unidas, la Organización Internacional de Migración, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y el Instituto de Investigación Climática de Potsdam.