Un problema global

El diario Volkskrant de Holanda, dedica su editorial al cambio climático y la actitud de Rusia: "El gobierno de Moscú ha intentado amortiguar los comentarios pero la posibilidad de que Rusia no firme el protocolo de Kioto queda abierta. El contrato que trata sobre el cambio climático en el planeta se reduce entonces a pura teoría. Esto suena amenazante. Sobre todo si los síntomas del calentamiento global se siguen acumulando. El cambio climático se puede calificar con toda la razón como un problema global que únicamente se puede solucionar entre todos. Hasta que no se encuentre una salida, sólo queda esperar que las temperaturas no suban demasiado."

Poca responsabilidad global

El rotativo de Noruega Aftenposten critica la pasividad de Rusia y su falta de responsabilidad ante la firma del protocolo de Kioto: "Una negativa rusa al protocolo de Kioto en su forma actual sería como una ducha fría para los esfuerzos internacionales de controlar el efecto invernadero y evitar los grandes cambios climáticos. La argumentación no fue suficiente y paralelamente expresó una falta de responsabilidad ante los problemas globales del planeta, como ya hizo Rusia y su predecesora la Unión Soviética. Tal y como se plantea la reforma del protocolo de Kioto, Rusia dispone de una gran cuota de emisiones, que puede vender a otros países a buen precio. Esto traería dinero a las arcas del estado, pero Rusia también va a sufrir por el cambio climático, que ya experimentamos. Ni la negativa actual de Rusia ni la de EEUU de hace dos años pueden detener el trabajo para evitar el cambio climático. Incluso si el acuerdo de Kioto no es perfecto, por lo menos fue un paso importante.’’

¿Un atisbo de esperanza?

El periódico alemán Allgemeine Zeitung Mainz, de Maguncia, critica en su edición de hoy la actitud del presidente Ruso ante el pacto de Kioto: "El presidente ruso sabe que puede conseguir lo mejor para el o para su país (en este orden), mientras sea el peso que controla la balanza. Pero todavía no está claro quien ganará la partida que se juega entre bastidores. Lo único claro es que sería una catástrofe si, junto con Estados Unidos, Rusia también le vuelve la espalda a Kioto. Entonces se podría temer, que los firmantes del protocolo cayeran como fichas de dominó y la protección del medio ambiente se convirtiese en un hobby de los países europeos. Aún así, quedaría algo de esperanza, si los EEUU eligiesen un presidente, para el que la protección del medio ambiente no fuese ninguna tontería inservible, sino una cuestión de responsabilidad. Sólo entonces podríamos hablar sobre Kioto."

Kioto en coma

El Süddeutsche Zeitung alemán también alude en sus comentarios a la dificultad que supone conseguir entre todos un protocolo para la protección del clima: "Así de cínico suena: Posiblemente actúen cuando las consecuencias del cambio climático sean tan evidentes que nadie más se pueda negar. El que abandona ya ha perdido. Tan equivocado es ceñirse sólo al protocolo de Kioto, como declarar muerto este proceso internacional. Un contrato que influya en las economías nacionales y al mismo tiempo tenga consecuencias globales, no se consigue en dos días. Se debería considerar así: Kioto está en coma, pero podría recuperar la consciencia en cualquier momento."