Una asociación francesa de representantes del culto musulmán aprobó formalmente este domingo (17.01.2021) una "carta de principios" sobre el islam de Francia que dará pie a una reestructuración de la segunda religión del país.

Después de varias semanas de crisis interna, los dirigentes del Consejo Francés para el Culto Musulmán (CFCM) anunciaron el sábado un acuerdo sobre este texto que afirma la "compatibilidad" de la fe musulmana con el "laicismo" y la "igualdad entre hombres y mujeres", además de rechazar "la instrumentalización del islam con fines políticos".

El presidente Emmanuel Macron exigió esta reafirmación de los principios republicanos como parte de su ofensiva contra el separatismo y el islam radical, que se ha concretado en un proyecto de ley que se empezará a debatir el lunes en el Parlamento.

Macron acentuó la presión sobre los representantes musulmanes después de los atentados yihadistas contra el profesor Samuel Paty a mediados de octubre y en la basílica de Niza dos semanas después.

El presidente francés recibirá a los dirigentes del CFCM el lunes.

Actos hostiles contra musulmanes

Según un comunicado del CFCM publicado el domingo por la noche, la carta, cuyo contenido no se ha hecho público, establece que "el principio de igualdad ante la ley obliga a cualquier ciudadano, incluido el musulmán de Francia" a vivir "dentro del marco de las leyes de la República, garantes de la unidad y cohesión de nuestro país".

También hace referencia a actos hostiles contra los musulmanes en Francia, atribuidos a "una minoría extremista que no debe confundirse ni con el Estado ni con el pueblo francés".

Su adopción despeja el camino para la creación de un Consejo Nacional de Imanes (CNI), que se encargará de dar el visto bueno a los imanes que ejercen en Francia.

En este sentido, la carta protesta contra la "injerencia" de Estados extranjeros en el ejercicio del culto musulmán, algo que también se halla en la mira de las autoridades y del proyecto de ley contra el separatismo.

Una de sus disposiciones prevé un marco más estricto para los donativos extranjeros que superen los 10.000 euros (12.000 dólares).

El jefe del Estado quiere poner fin, en un plazo de cuatro años, a la presencia en Francia de 300 imanes procedentes de Turquía, Marruecos y Argelia.

(afp)