A sólo 10 días de las elecciones presidenciales en El Salvador, las encuestas señalan como favorito al joven empresario Nayib Bukele, aunque muchos se preguntan si podrá encarar con éxito enormes desafíos como la dinamización de la economía y el combate a la delincuencia y la criminalidad que aquejan al país sin guerra más violento del mundo.

De triunfar el candidato de la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) en los comicios del 3 de febrero, sin descartarse una posible segunda vuelta el 10 de marzo, el gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) se sumaría a la lista de partidos izquierdistas derrotados en los últimos años en América Latina, la cual incluye hasta ahora a Argentina, Brasil, Chile y Ecuador.

Para el catedrático Roberto Cañas, exguerrillero del FMLN, el exalcalde capitalino de 37 años y de formación jesuita representa una tercera vía que llevaría a la ruptura del modelo bipartidista, vigente en las últimas tres décadas, cuando el antiguo movimiento armado se turnó en el poder con la ultraderechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).

"Bukele se presenta como una opción distinta después de veinte años de gobierno de ARENA y diez del FMLN. Por él votarán seguramente la señora de la tienda, el taxista, el empleado público y miles de personas que están cansadas y molestas de ese modelo”, dijo Cañas en entrevista con DW.

Según las más recientes encuestas, el candidato de GANA vencería en la contienda a Carlos Calleja, de ARENA, y al oficialista Hugo Martínez, aunque no está claro si lo logrará en primera vuelta. Hay quienes no descartan incluso un retorno de ARENA al gobierno.

"Hay varias cartas en el aire: el voto joven, en especial de los millennials, cómo se comportará la abstención, y si la contienda se define o no en primera vuelta, porque detrás de ARENA están los grandes empresarios y financistas, las familias más poderosas de la oligarquía que buscan retomar el poder”, advirtió Roberto Cañas.

El también economista, firmante por el FMLN los acuerdos de paz de 1992, piensa que este partido entregaría el poder pagando el costo de sus errores en materia económica y de su "profunda desvinculación” con el movimiento social que lo llevó a la presidencia en 2009.

"En diez años de gobierno, el FMLN fue incapaz de transformar el modelo económico, lo dejó intacto al no tocar elementos como la dolarización o los tratados de libre comercio. Pero su peor error fue encerrarse en la casa presidencial y la Asamblea Legislativa, y desvincularse del movimiento social, lo que le hubiera permitido hacer cambios profundos en el país”, insistió Cañas, que se autodefine como un luchador social.

Un momento complejo

El fenómeno Bukele surge en un momento difícil para Centroamérica, donde Guatemala prepara comicios en medio de un conflicto entre el gobierno y la Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG), mientras la grave crisis que sacude a Nicaragua amenaza con una explosión social ante la negativa del presidente Daniel Ortega de dialogar con la oposición.

"Pienso que su éxito como presidente dependerá de los pesos y contrapesos en el interior de las agrupaciones que apoyan a GANA. Y como jefe del Ejecutivo deberá lidiar con un Parlamento en contra, con un fiscal de ARENA y con una Corte Suprema de Justicia inclinada a la derecha”, dijo Cañas.

La incertidumbre en torno a un posible triunfo de Bukele y a cómo trabajaría con una Asamblea Legislativa donde ARENA controla la mayoría simple con 37 de los 84 escaños, fue mencionada en un reciente informe de la calificadora de riesgos Moody's Investors Service.

Moody's advirtió que la aprobación de importantes medidas económicas en el Legislativo, como la autorización de emisión de deuda pública, requerirá de una mayoría calificada (56 votos) que difícilmente GANA podría obtener sin un consenso con sus rivales.

El tema inquieta también a quienes apoyan proyectos de cooperación en El Salvador. "Esta es una oportunidad muy grande para el país de mostrar elecciones limpias y una campaña bastante rigurosa, con una tercera opción que acabaría con el bipartidismo”, declaró a DW Hans Georg Janze, director de la oficina El Salvador para Centroamérica de la fundación alemana Heinrich Böll.

Alianzas serán necesarias

Pero, advirtió, "es completamente incierto cómo va a lograr Nayib Bukele todo lo que propone. Tendría que buscar alianzas parlamentarias, posiblemente con el FMLN, pero ni así alcanzaría la mayoría”.

Para Janze, Bukele tendría que sumar una propuesta de gobierno "no excluyente”, algo que parece difícil para algunos, que temen que el joven empresario devenga en un presidente autoritario y enemigo de la prensa, considerando la historia misma de GANA, una escisión de ARENA fundada por exmilitares ultraderechistas e involucrados en casos de corrupción.

El tema de la violencia se presenta como el otro gran desafío del nuevo gobierno, en un país donde se registran 51 homicidios por cada 100.000 habitantes, a un ritmo de nueve muertos por día, según datos oficiales. La mayoría de los crímenes se atribuyen a las pandillas o "maras”, que controlan territorialmente el país con una fuerza calculada en 60.000 personas, casi el triple de los 23.000 miembros de la Policía Nacional.

"Esta es una epidemia a la que hay que encontrarle una salida, porque no puede haber desarrollo con delincuencia”, destacó Cañas al resaltar que las pandillas surgieron "como un fenómeno multicausal, producto de la pobreza y la exclusión social” en un país donde unas 178 familias controlan 78 por ciento de la riqueza.

(cp)

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