El Kremlin rehúsa comentar la huelga de hambre de Navalni
1 de abril de 2021
El Kremlin se negó este jueves a comentar la huelga de hambre declarada la víspera en prisión por el líder opositor ruso Alexei Navalni, al afirmar que este asunto no le incumbe.
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"No lo comentamos (...) Este asunto no se halla en la agenda del jefe de Estado", afirmó en su rueda de prensa diaria el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, este jueves (1.04.2021).
Peskov agregó que el organismo al que corresponde esta cuestión es el Servicio Penitenciario ruso.
"Todos los casos particulares son objeto de estudio del Servicio Penitenciario de Rusia y sus filiales correspondientes", indicó el portavoz presidencial.
Las autoridades rusas aseguraron ayer que Navalni, quien acusa a las servicios penitenciarios de denegarle la asistencia médica, recibe toda la atención necesaria y su estado de salud es considerado "estable y satisfactorio".
"Al condenado A. Navalni se le proporciona toda la asistencia médica necesaria acorde a las indicaciones médicas actuales", señaló en un comunicado el Servicio Federal Penitenciario de la región de Vladimir, donde se encuentra encarcelado el opositor.
Navalni, que cumple dos años y medio de cárcel por un antiguo caso penal, se queja de dolores de espalda y en ambas piernas, y ha denunciado que no le permiten ver a su médico de confianza.
El activista anticorrupción, que entró el pasado día 11 en esa cárcel, ha llamado "campo de concentración" al lugar donde cumple su pena, famoso por la dureza de su régimen, y ha denunciado que solo recibe dos pastillas de ibuprofeno para calmar sus dolores.
El Servicio Penitenciario mantiene a su vez que la supervisión del estado de los condenados en la prisión, incluido Navalni, se lleva a cabo de acuerdo con la ley y se aplica a "todos los presos sin excepción".
Las autoridades desmintieron también a Navalni, quien afirmó que le despiertan cada hora todas las noches, y aseguraron que "los funcionarios penitenciarios cumplen estrictamente el derecho de todos los condenados a un sueño interrumpido de ocho horas".
CP (efe, rtr)
Opositores entre la cárcel y el exilio
Alexei Navalni fue condenado a casi tres años de prisión. El crítico del Kremlin había regresado voluntariamente a Moscú. En muchos países, las figuras de la oposición son detenidas, a menos que huyan al extranjero.
Imagen: Press service of Moscow City Court/Reuters
En prisión: Alexei Navalni
El líder de la oposición rusa fue condenado el martes a dos años y ocho meses de prisión por un tribunal de Moscú, por no cumplir las condiciones de libertad condicional de una sentencia anterior. El juez dijo que Navalni era culpable de no informar regularmente a las autoridades rusas, mientras era tratado en Berlín tras un presunto ataque con veneno.
Imagen: Press service of Moscow City Court/Reuters
Retenida: Aung San Suu Kyi
A principios de febrero, los militares de Birmania dieron un golpe de estado y depusieron a la jefa de Gobierno de facto, Aung San Suu Kyi. Se desconoce dónde está retenida desde entonces. Al parecer, la cúpula militar quiere acusarla de violar las leyes de importación y exportación de Birmania, y se enfrenta a dos años de prisión. Desde 1989 pasó un total de 15 años bajo arresto domiciliario.
Imagen: Thet Aung/AFP/Getty Images
En exilio: Leopoldo López
El opositor venezolano fue sentenciado en 2015 a casi 14 años de prisión, acusado de incitar a la violencia contra el Gobierno de Nicolás Maduro. En 2017 recibió arresto domiciliario y en abril de 2019 participó en un fallido intento de levantamiento militar junto al opositor Juan Guaidó. López se refugió en la casa del embajador de España en Caracas. Desde el 25 de octubre de 2020 vive en Madrid.
Imagen: Oscar Gonzalez/NurPhoto/picture alliance
En el exilio: Tundu Lissu
En octubre de 2020, Tundu Lissu se presentó a las elecciones presidenciales de Tanzania contra el actual presidente, John Magufuli, y perdió estrepitosamente. Los observadores sospecharon de un fraude electoral. Tras ser interrogado por las autoridades locales en noviembre, Lissu se marchó a Bélgica. El político opositor ya había resultado gravemente herido en un atentado en 2017.
Imagen: Said Khamis/DW
En el exilio: Sam Rainsy
Quería volver a casa tras años de exilio: en noviembre de 2020, el político opositor Sam Rainsy intentó volar de regreso a Camboya desde Francia, pero ni siquiera se le permitió subir al avión en el aeropuerto Charles de Gaulle de París. En 2016, se había exiliado tras ser acusado de sedición por acusar al gobierno de asesinar a un activista.
Imagen: The Phnom Penh Post/ANN/picture alliance
En prisión: Maria Kolesnikova
Maria Kolesnikova, una de las principales figuras de la oposición en Bielorrusia, estaba tan decidida a quedarse en el país que rompió su pasaporte cuando las autoridades intentaron deportarla en septiembre de 2020. Desde entonces está detenida. Había gestionado la campaña de un opositor que quería presentarse contra el gobernante Lukashenko en las elecciones de agosto, pero fue detenido antes.
Imagen: picture-alliance/Sputnik/E. Odinkov
En el exilio: Svetlana Tikhanovskaya
La compañera política de Kolesnikova abandonó Bielorrusia en agosto de 2020, temiendo por su propia seguridad y la de sus hijos. Desde entonces, vive en Lituania. Anteriormente, Tikhanovskaya se había convertido en candidata presidencial de forma bastante involuntaria. En realidad, su marido quería presentarse contra Lukashenko. Cuando él fue detenido, ella se hizo cargo.
Imagen: Estonian Presidential Press Office/AP/dpa/picture alliance
Detenido varias veces: Guillermo Fariñas
El opositor cubano es uno de los disidentes más conocidos de su país tras haber participado en una veintena de huelgas de hambre en protesta contra el Gobierno castrista. Fariñas ha sido encarcealdo en varias ocasiones y ha estado, en total, más de 14 años en prisión, siendo la última vez en febrero de 2020 por 60 horas. El disidente recibió en 2010 el Premio Sajarov de Derechos Humanos.
Imagen: Getty Images/AFP/J. Thys
Estuvo detenida: Yulia Timoshenko
La controvertida política ucraniana estuvo en prisión de 2011 a 2014. Se le acusó de no haber actuado en interés de su país en un acuerdo de gas con Moscú cuando era primera ministra. Sus partidarios consideraron que detrás de la condena había motivos políticos del entonces presidente, Víktor Yanukóvich. Más tarde fue criticada por unas declaraciones antirrusas.