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Rusia y la industria petrolera minimizan desastre de Druzhba

Andrey Gurkov
3 de junio de 2019

El gobierno ruso y las refinerías alemanas informaron durante semanas solo de forma escasa y engañosa sobre un oleoducto paralizado, el suministro de petróleo interrumpido y daños técnicos.

russland Bryansk - Druschba - Öl-Pipeline
Imagen: picture-alliance/dpa/TASS/A. Saverkin

Rusia es el mayor proveedor de petróleo de Alemania. La ruta más importante para transportar el petróleo ruso a la mayor economía de Europa es el oleoducto Druzhba ("Amistad"), que se construyó en la década de 1960 y atraviesa varios países de Europa central y oriental, incluidos Bielorrusia y Polonia.

Desde hace casi seis semanas, el flujo por el oleoducto está detenido, atascado con varios millones de toneladas de crudo contaminado que llegó en circunstancias aún inexplicables, en territorio ruso, a las tuberías del monopolio estatal de oleoductos Transneft.

La interrupción en el suministro de petróleo ya ha provocado una escasez de combustible para calefacción en el este de Alemania. La situación podría volverse grave para algunos distribuidores, advirtió la semana pasada la asociación de la industria petrolera en el estado federado de Sajonia. Los precios del combustible en varias ciudades del este de Alemania han aumentado rápidamente en las últimas semanas.

Entrada de la refinería PCK, en Schwedt, AlemaniaImagen: Getty Images/S. Gallup

Silencio informativo

El asunto del Druzhba, sin embargo, no ha recibido mucha cobertura en los medios nacionales alemanes, a pesar de que afectó a varios países de la UE, incluidos Polonia, Hungría, Eslovaquia y República Checa, además de Bielorrusia y Ucrania. Solo a finales de abril fue un tema, pero por corto tiempo. En ese momento llegaron los primeros informes a través de las agencias de noticias. Después de eso, las salas de redacción perdieron interés prácticamente hasta finales de mayo.

Los medios alemanes fueron quizás engañados por la política de información oficial. Durante semanas, no solo los miembros del gobierno ruso, sino también las compañías petroleras europeas y sus refinerías alemanas estuvieron ansiosas por minimizar el alcance y las consecuencias del mayor desastre en la historia de la industria petrolera rusa, o incluso ocultarlas.

Por ejemplo, en la página de inicio de la refinería PCK en Schwedt, Alemania, que ha sido abastecida por el Druzhba desde tiempos de la antigua Alemania Oriental, no se menciona la suspensión de los envíos de petróleo.

"El problema del crudo es coordinado por nuestros socios”, dijo a DW la vocera de PCK, Vica Fajnor. Y estos socios son la petrolera estatal rusa Rosneft y su socio británico-holandés Shell, que tiene grandes intereses en Rusia. También los tiene la compañía petrolera francesa Total, que opera una refinería en la ciudad de Leuna, en el este de Alemania. Total no respondió a una solicitud de DW para que diera una declaración.

Alexander von Gersdorff, portavoz de la asociación alemana de la industria petrolera MWVImagen: MWV/Pedro Becerra

El petróleo contaminado llegó a Alemania

Solo cuando la agencia de noticias Reuters, remiténdose a una fuente anónima, reportó a mediados de mayo que el crudo ruso contaminado con altos niveles de cloruro orgánico había dañado parte del equipo en la refinería de Leuna, Total se vio obligado a admitir en un comunicado de prensa que algunas instalaciones habían sido cerradas para una "inspección técnica”.

Este anuncio contradice las declaraciones del portavoz de la asociación alemana de la industria petrolera MWV, Alexander von Gersdorff.

El 26 de mayo, dos días después de que se detuviera el movimiento del petróleo contaminado en Polonia y Bielorrusia, Von Gersdoff dijo a DW y otros medios de comunicación que "nada de petróleo contaminado había llegado a Alemania”.

El 29 de mayo, el director general de Total, Patrick Pouyanné, admitió ante los accionistas en París que la compañía podía utilizar solo la mitad de la capacidad de la refinería de Leuna debido al cierre del oleoducto Druzhba. Pero esta declaración se mantuvo prácticamente sin ser reportada en los medios alemanes, posiblemente debido al fin de semana largo. Por lo tanto, no es de extrañar que el público en Alemania todavía esté muy mal informado sobre los problemas de suministro que han surgido.

El oleoducto Druzhba en BielorrusiaImagen: picture-alliance/dpa/A. Liankevich

Bielorrusia se convierte en una fuente confiable de información

En contraste, el público ruso ha recibido más información sobre el problema del oleoducto Druzhba en las últimas semanas. Después de todo, se trata del petróleo, la exportación más importante de Rusia y fuente de divisas.

Moscú no podía simplemente barrer el tema debajo de la alfombra, especialmente porque ya había aparecido en los titulares a nivel internacional.

Gran parte de la información sobre el problema proviene de Bielorrusia, que, como país de tránsito y un importante comprador de crudo ruso, sufrió graves pérdidas financieras por sus dos refinerías orientadas a la exportación, como resultado del cierre de Druzhba.

A pesar de su gobierno autoritario, Bielorrusia ha demostrado en esta crisis cómo funciona una política de información abierta.

¿Apoyando el ultimátum de Polonia?

Transneft dijo el 3 de junio que los envíos de petróleo "limpio" a Polonia podrían reanudarse para el 8 o 9 de junio. Pero un informe publicado por la agencia estatal de noticias TASS no menciona el ultimátum de facto de Varsovia. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Polonia dijo a DW el 31 de mayo que solo se permitiría el tránsito del petróleo ruso después de que Moscú compensara a los clientes en Polonia y Alemania por los daños causados y por la limpieza del petróleo contaminado.

Pero, no está claro si las compañías petroleras europeas y las refinerías alemanas han expresado una demanda similar. En su forma habitual, las refinerías, su asociación industrial y sus dueños europeos han permanecido hasta ahora en silencio.

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