El grupo terrorista, que se adentró en el país, ha retrocedido hasta prácticamente ser expulsado; pero mantiene rehenes que las autoridades intentan recuperar con vida.
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La comandancia del Ejército libanés anunció este domingo (27.08.2017) un alto el fuego en su ofensiva contra el grupo yihadista Estado Islámico en las zonas montañosas de Ras Baalbeck y Qaa, limítrofes con Siria. El alto el fuego entró en vigor a las 07.00 hora local (04.00 GMT) y tiene como objetivo "allanar la vía a la última fase de las negociaciones" para la liberación de los nueve militares libaneses secuestrados por el EI en 2014, según un comunicado.
La televisión Al Manar, del grupo chií Hizbulá, anunció que el alto el fuego se extiende también a la región limítrofe siria de Al Qalamún, según negociaciones llevadas a cabo por esa facción y su aliado, el Gobierno sirio, con el EI.
La ofensiva del ejército libanés contra el EI se inició hace una semana y en este tiempo los militares han recuperado 100 kilómetros cuadrados de los 120 que los terroristas llegaron a dominar en la zona después de infiltrarse desde Siria. Una fuente militar dijo a Efe este sábado que las tropas no habían dado comienzo al "asalto final" en Ras Baalbeck y Qaa, donde se cree que permanecen unos 200 combatientes, para dar tiempo a las negociaciones entre Hizbulá y el EI.
Sin embargo, fuentes de seguridad todavía no confirmadas han afirmado a Reuters que tropas libanesas han encontrado en Al Qalamún las tumbas de los soldados retenidos por Estado Islámico, así que, de confirmarse este extremo, la tregua podría durar poco.
Además, cualquier coordinación entre el Ejército libanés y el sirio, aliado de Hezbolá, podría tener consecuencias políticas en El Líbano y podría también poner en peligro la ayuda militar estadounidense que recibe el país. Según diversas fuentes, han sido necesarios contactos entre el Ejército libanés y su tradicional enemigo interno Hezbolá para establecer el alto el fuego simultáneo a ambos lados de la frontera con Siria.
LGC (EFE/Reuters)
Al Raqa: la lucha por su liberación y la victoria de las fuerzas kurdas
Milicias kurdas y árabes, apoyadas por la coalición contra el EI, lucharon ferozmente por recuperar la ciudad de Al Raqa. Esta ha sido una de las batallas más sangrientas de la guerra en Siria.
Imagen: Getty Images/AFP/B. Kilic
Victoria de Fuerzas de Siria Democrática (FSD) sobre el Estado Islámico
La agrupación antiyihadista FSD anunció este 17 de octubre la toma del control total de la ciudad, pero todavía no la ha declarado libre de yihadistas, ante la posibilidad de que queden células durmientes en la urbe. Las FSD habían iniciado el 6 de junio pasado una ofensiva por la recuperación de Al Raqa, "capital del califato" proclamado por el EI en 2014.
Imagen: Reuters/E. de Castro
El precio de la liberación: muertos por miles y destrucción total
Unas 3.273 personas han muerto, 1.287 civiles, durante los más de cuatro meses que ha durado la ofensiva contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) en la ciudad siria de Al Raqa (noreste), según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Imagen: Reuters/E. de Castro
Los kurdos han defendido ferozmente su territorio
El terrorista Estado Islámico, por su parte, ha sufrido 1.353 bajas en combates contra las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada encabezada por milicias kurdas y respaldada por la coalición. Las FSD han perdido a 633 de sus combatientes durante los enfrentamientos contra los yihadistas y los atentados con artefactos.
Imagen: Reuters/E. de Castro
Ataques aéreos
Estados Unidos apoyó a los rebeldes, lanzando ataques contra posiciones del Estado Islámico. La liberación de Al Raqa avanzó con mucho esfuerzo. Parte de la ciudad está destruida y esto no permitió avances rápidos.
Imagen: Reuters/Z. Bensemra
Milicianas contra el Estado Islámico
Dos milicianas de las unidades de defensa femenina kurdas (en la foto) tienen a terroristas del Estado Islámico en la mira. No llevan pañuelo islámico ni ninguna otra prenda impuesta por los fundamentalistas a las mujeres durante su dominio en Al Raqa.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Umnaber
Guerreros de dios
En las cercanías de Al Raqa, una de las oficinas del Estado Islámico. Sus milicianos trataron de imponer brutalmente en la ciudad su concepción extremista del islam.
Imagen: Getty Images/D.Souleiman
"No hay más dios que Alá"
En las afueras de la ciudad, los terroristas del Estado Islámico marcaron su territorio con sus emblemas y leyendas. A principios de junio, la milicia terrorista se vio obligada a abandonar sus primeras posiciones, dejando atrás su propaganda.
Imagen: Getty Images/D.Souleiman
Huida de los radicales
Muchos habitantes consiguieron huir de Al Raqa y encontraron protección en campos de refugiados. Pero hubo parte de la población que no pudo o no quiso huir, y quedó atrapada entre los milicianos del Estado Islámico y quienes los combaten.
Imagen: DW/A. Alojayli
Lucha casa por casa
La lucha contra los terroristas del Estado Islámico se libró, en el centro de la ciudad, a veces casa por casa. En la foto, un combatiente se abre paso por medio de un agujero excavado de una habitación a otra en una vivienda.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Umnaber
Los restos de Al Raqa
Gran parte de la ciudad está destruida. Los ataques aéreos de los estadounidnses y la ira destructora de los milicianos del Estado Islámico la han dejado devastada. Cuando tenían ocasión de retirarse a tiempo, los terroristas arrasaban todo lo posible, destruyendo patrimonio histórico.
Imagen: Reuters/Z. Bensemra
Combate en las calles
Se pelea por cada casa y por cada barrio. En la imagen, combatientes kurdos avanzan varios metros para hacerse con el control de una calle. La posición y los gestos de estos hombres permiten hacerse una idea de lo arriesgado de esta empresa.
Imagen: Reuters/G. Tomasevic
El precio de la libertad
La lucha tiene un precio. En la imagen, un combatiente de las Fuerzas Democráticas de Siria, baleado por un terrorista del Estado Islámico.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Umnaber
Bajo las ruinas
Las bombas causan daños aún peores que los rifles. Los ataques aéreos derribaron casas enteras. Bajo los escombros puede haber supervivientes civiles y milicianos del Estado Islámico. Eso hace la búsqueda doblemente peligrosa.