La palabra "disrupción” es una de las favoritas del mundo de la tecnología. Significa que los modelos empresariales establecidos sean reemplazados por nuevas soluciones. Quien no encuentra la conexión, es arrollado. Un destino que también podría sufrir la propia Cebit.

Antaño considerada la feria de tecnología más grande del mundo, la Cebit encadena ya varios años malos. La discusión sobre el internet de las cosas, la industria 4.0 y las posibilidades de la nube están en otra parte, quizás en la Feria Industrial de Hanóver, que se celebra unos meses antes. El mundo de los smartphones (teléfonos inteligentes) se encuentra en Barcelona, la industria del entretenimiento en Las Vegas y los temas más novedosos se discuten en la conferencia tecnológica SXSW de Austin, Texas. ¿Qué sentido tiene entonces ir a la Cebit?

Un Hanóver moderno

No obstante, los organizadores han intentado reiventar esta feria. El objetivo es que sea más joven, más diversa y más luminosa. Para ello se la aplazó de mayo a junio. Pretende ser más que una feria, casi una suerte de festival: muchas de las instalaciones estarán al aire libre y sobre un gran escenario habrá hasta un concierto. El director, Oliver Fresse, ha seguido el modelo de la SXSW en Texas.

Pero no dejará de ser una feria clásica en la que 2.800 expositores se presentarán a los asistentes. "La feria pretende que la diversión y los negocios no sea mutuamente excluyentes”, dice Fresse. Está por ver si eso funciona.

Jaron Lanier inauguró este lunes (11.06.2018) el evento frente a un auditorio completamente lleno. El informático estadounidense es considerado un pionero del ámbito tecnológico.

En 1985 creó una empresa que desarrolló gafas de realidad virtual y guantes cibernéticos. Investiga para varias universidades, así como para Microsoft. La revista Time lo incluyó en 2010 en su lista de 100 personas más influyentes.

En varios libros ha criticado los peligros de la digitalización, labor por la cual recibió en 2014 el Premio de la Paz de los libreros alemanes.

Quien paga es más libre

"Diez razones por las que tienes que borrar ahora mismo tus cuentas en redes sociales”. Así se titula el último libro de Lanier, del cual también habló en Hanóver. Critica el modelo de negocio de Facebook, Google y otras empresas que se financian oficialmente a través de publicidad.

"No tengo nada contra la publicidad”, dice Lanier. "Pero lo que hacen no es publicidad, sino una conexión entre una vigilancia total y un estímulo permanente de la influencia sobre el comportamiento”.

Así se promueven la rabia y el odio y las leyes de protección de datos apenas funcionan "como ruegos a un rey”, cree Lanier. El cambio solo podría venir de un modelo de negocio en el que el usuario pagase por los servicios. Eso obligaría a los empresarios a ser más creativos y liberaría a los usuarios.

Que la libertad personal del usuario no es en absoluto la mayor prioridad fue algo evidente también durante la presentación de Amir Faintuch, que habló justo después de Lanier. El directivo de Intel, fabricante de chips estadounidense, proyecta un mundo en el que todas las dimensiones de la vida estén basadas en datos que puedan ser recogidos, procesados y elaborados.

Cálculos contra el alzhéimer

Las posibilidades parecen infinitas para lo que Lanier llama el "lado oscuro”, en referencia a las películas de Star Wars. Pero, junto con estos oscuros pronósticos, también hay numerosas fuentes de esperanza. Un ejemplo de ello es la cooperación entre el Centro Alemán para las Enfermedades Neurodegenerativas (DZNE, por sus siglas en alemán) y el fabricante de ordenadores HP.

Para entender enfermedades como el alzhéimer y poder desarrollar terapias, los investigadores analizan los genes y las imágenes de escáner del cerebro de miles de enfermos. La cantidad de datos es tal que los ordenadores tradicionales se ven desbordados.

Así que han desarrollado una nueva arquitectura informática que solucione esto. "Hace cuatro años, para el análisis de una secuencia de gen necesitábamos cinco días y medio”, cuenta Dirk Förger, del DZNE. "Hoy son solo 13 segundos”. De cara al futuro, el científico ve enormes posibilidades para la "medicina individualizada”: tratamientos que están adaptados al perfil genético del paciente.

El tiempo es oro

Los "equipos híbridos", sobre los que investiga actualmente el Centro Alemán de Investigación sobre Inteligencia Artificial (DFKI), permiten ahorrar mucho tiempo. En la producción industrial, cuando se cambian fases del proceso, los robots tienen que volver a aprender a realizar sus tareas. Esto hace que los expertos tengan que viajar a los diferentes lugares de producción.

Pero con el nuevo desarrollo del DFKI, esto pronto se acabará. Tim Schwartz, que trabaja en el centro, explica que el nuevo método permite trasladar conocimientos entre robots en distintos lugares. Así, aclara, bastan con enseñar a un robot en Saarbrücken para que otro aprenda lo mismo en tiempo real en China.

Esto supone un gran ahorro de tiempo y dinero, aunque también trae nuevos problemas. Dado que la conexión se produce a través de internet, la velocidad y la estabilidad de esta es vital, pero también la seguridad de los datos. Podrían ser "hackeados”. Esto podría, por ejemplo, dar datos a la competencia sobre el proceso de producción de la empresa. Y es que las posibilidades de lo que Lanier llama el "lado oscuro” también son infinitas en el mundo empresarial.

Autor: Andreas Becker (EAL/ERS)

Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos en Facebook | Twitter | YouTube |