El lado oscuro del milagro laboral alemán
28 de octubre de 2010La economía floreció, se crearon nuevos trabajos y la tasa de desempleo bajó en una medida superior a todas las expectativas que se tenían un año antes. Pero por otra parte, el trabajo temporal es cada vez más común. En vez de que se amplíen las plazas para personal permanente, cada vez más se buscan trabajadores subcontratados que constituyen una mano de obra flexible y barata. Las organizaciones laborales lamentan esta nueva estrategia laboral que han adoptado las empresas ahora en expansión.
Para Michael Sommer, líder de la Federación de Sindicatos Alemanes (DGB, por sus siglas en alemán), un trabajo bueno y decoroso debe orientarse según el Artículo 1 de la Constitución Alemana, sobre la dignidad humana.
"Las personas deben poder trabajar y deben poder vivir de su trabajo", enfatizó Sommer. Ello también significa que el trabajo no debe perjudicar la salud de las personas, sino que debe significar amparo social y brindar una perspectiva de vida tanto para los trabajadores como para sus familias. Para Sommer, "no es como dicen los señores economistas, que los trabajadores bailen de aquí a allá de acuerdo a intereses particulares".
Subcontratados y suplentes
Sin embargo, en el último año bajó el número de personas que buscan un trabajo permanente y seguro. Al mismo tiempo, aumentó el número de personas que no pueden vivir de su salario. Según datos de la DGB, en Alemania 2,2 millones de personas trabajan por un salario de menos de seis euros la hora. 1,3 millones de empleados reciben asistencia estatal adicional.
Además, Sommer calculó que el número de trabajadores temporales o subcontratados creció bruscamente en los últimos meses. Para junio de este año esa cifra había llegado a los 704.000, por lo cual se cree que en este momento ya deben haber alcanzado el millón.
Para el líder de la DGB, el trabajo subcontratado es exactamente lo opuesto del buen trabajo: "Durante la crisis se vio que las personas en esta condición constituyen una porción muy flexible del mercado laboral y fueron los primeros en ser despedidos", apuntó. Además, son evidentemente peor pagados que los trabajadores regulares, aunque hagan el mismo trabajo.
Los trabajadores subcontratados también son legalmente desfavorecidos. "En el ámbito del trabajo mal retribuido, son ocupados para llenar plazas que quedan vacantes y luego con rapidez de nuevo son eliminadas", aseguró Sommer.
"Balancear los intereses"
Muchas empresas hicieron reajustes de personal luego de la crisis y se orientaron hacia un mayor rendimiento. De hecho, durante la crisis, la jornada reducida de trabajo fue una medida eficaz, pero también le costó mucho dinero a las empresas. De allí la tentación adicional de contratar mano de obra de manera provisional.
Esa es una idea defendida por el Instituto de Economía Alemana (IW), cuyo gerente, Hans-Peter Klös, exigió lo que llamó más realismo pues, según dijo, el trabajo se debe adaptar a las condiciones de la globalización. Para Klös, el concepto de "buen trabajo" debería ser sustituido por el de "trabajo moderno".
"Por un lado existe la necesidad de mayor flexibilidad para quienes contratan, y por otro la necesidad de estabilidad de quienes son contratados, por lo tanto es preciso balancear esos intereses", manifestó.
"Trabajo monderno" en vez de "buen trabajo"
Los expertos del IW no encuentran nada de malo en su noción de trabajo "moderno", según la cual las empresas no despiden a los trabajadores, sino que contratan a trabajadores temporales sin tener que ajustarse a convenciones colectivas ni pago de prestaciones. Según Michael Hüther, el director del IW, la expansión del mercado laboral se debe a los trabajadores subcontratados, quienes tienen una función de puente entre el desempleo y el pleno empleo.
"Si prevemos que esos puentes funcionarán, entonces podemos ampliarlos; pero el primer mensaje es que estos puentes allí están y que muestran alguna resistencia", añadió.
¿La industria siderúrgica como precursora?
Un estudio del IW señala que de cada cien trabajadores a tiempo completo en el 2003, cinco años después la mitad tenía un contrato de trabajo indefinido.
Las empresas buscan cada vez más trabajadores subcontratados y por ello el líder de la DGB solicitó al gobierno federal cambios en la legislación, los cuales deben garantizar "la misma paga por el mismo trabajo" y un "salario mínimo para los subcontratados".
A finales de septiembre los sindicatos llegaron a un arreglo con los patronos de la industria siderúrgica, según el cual los subcontratados en adelante recibirán igual paga que el personal contratado de forma permanente.
En la DGB esperan que ese desenlace sea un modelo que pronto sea seguido por las otras industrias.
Autor: Sabine Kinkartz / Vinicio Chacón
Editor: Emilia Rojas