Con la apertura de los dos primeros capítulos, comenzaron oficialmente las negociaciones entre la Unión Europea y Serbia. El gobierno serbio debe impulsar reformas previas. Y además, resolver la cuestión de Kosovo.
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Desde la perspectiva de Belgrado, no hay alternativa a la negociación sobre el posible ingreso de Serbia a la Unión Europea: éste es un objetivo, ha dicho en varias ocasiones el primer ministro Aleksandar Vucic. Serbia solo tiene futuro dentro del bloque comunitario, según él.
También se ha pronunciado a favor de un rápido proceso de reformas. “En cuatro años, hasta finales de 2019, Serbia habrá cumplido su parte”, anunció Vucic hace pocos días, en Belgrado, luego de reunirse con el comisario para la expansión de la UE, Johannes Hahn. Depende del bloque comunitario definir cuándo estará dispuesto a recibir como miembro a Serbia, dijo.
Crisis económica
Serbia necesita inversiones urgentes. La tasa de desempleo es de 22 por ciento, y entre los jóvenes, uno de cada dos está en paro. El crecimiento económico pasó de un nivel negativo en 2014, a un previsible 0,5 por ciento para este año. El ingreso promedio neto es de 380 euros al mes. Como consecuencia, muchos jóvenes serbios altamente cualificados dejan el país y buscan nuevas perspectivas en Europa occidental y América del Norte.
El índice de libertad de prensa 2015, elaborado por Reporteros sin fronteras, coloca a Serbia en el sitio 67 de 180. Otra organización, Freedom House, afirma que Serbia es un país donde existen medios “parcialmente libres”. En una encuesta auspiciada por la Fundación Konrad Adenauer, nueve de cada diez periodistas serbios dijeron que la censura y al autocensura son comunes en su país.
La corrupción como enemigo
Al mismo tiempo, Serbia es un país en el cual la corrupción ha llegado a todos los niveles de la sociedad. En el Índice de Corrupción 2014, elaborado por Transparencia Internacional, Serbia está en el lugar 78 de 174. El periódico serbio “Blic” publicó hace poco un “catálogo de la corrupción”: por 300 euros se consigue una promoción escolar. Un título de doctorado cuesta cerca de 3.000 euros, y una licencia para construir, 1000 euros. Para recibir el tratamiento relacionado con el parto, cada futura mamá debe desembolsar 1000 euros.
Hace cinco años se fundó en Serbia una Agencia Anticorrupción, pero sus éxitos son discretos. “Nuestro gran problema consiste en que no podemos sancionar ni llevar ante la corte los casos que descubrimos”, señala Vladan Joksimovic, subdirector de la agencia. Los funcionarios señalados en casos de corrupción deben pagar multas muy bajas, y luego el caso llega a su fin. De once casos denunciados este año en niveles políticos o administrativos altos, solo uno llegó a tribunales.
La cuestión de Kosovo
Pero quizá la cuestión más difícil de resolver sea la de Kosovo, que hace ocho años se separó de Serbia y se declaró país independiente. Belgrado no lo reconoce como tal. En la constitución serbia, Kosovo es mencionado expresamente como parte de Serbia. Cinco de los 28 Estados de la UE, al igual que Rusia y China, no han reconocido hasta el momento la soberanía de Kosovo.
Dicho reconocimiento no es una condición previa para el posible ingreso de Serbia a la UE. Pero no es un secreto que algunos países, entre ellos Alemania, quisieran consagrar esta causalidad. “Si el reconocimiento de Kosovo es un requisito oficial para el ingreso a la UE, entonces nuestra respuesta será negativa”, dice Ksenija Milenkovic, directora del Buró de integración Serbia-Unión Europea.
Esto lo saben en Bruselas. Por eso, el comisario de expansión de la UE habla de un “proceso de normalización” en la relación bilateral. Johannes Hahn no desea precisar cuándo podrán ser consideradas “normales” las relaciones entre la UE y Serbia.
“No nos hacemos ilusiones. Sabemos que la expansión de la UE no está entre las prioridades de la agenda europea”, afirma Milenkovic, quien agrega: “por lo menos, durante esta comisión”. Al tomar posesión como presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker lo dijo de modo muy claro: durante su gestión, que durará hasta 2019, no habrá una ampliación de la Unión Europea.
El negocio con los refugiados (29.10.2015)
Miles de refugiados atraviesan Serbia rumbo a los países occidentales de Europa. Para los comerciantes en las proximidades de los campamentos representan un negocio lucrativo. Diego Cupolo reporta desde los Balcanes.
Imagen: DW/D. Cupolo
¿Conductor de autobús o coyote?
En los Balcanes, el negocio del transporte crece vertiginosamente. En la entrada del campamento de refugiados en Presevo (Serbia), el albanés Liridon Bizazli ofrece un servicio de transporte en autobús a Croacia por 35 euros. Como mesero solo gana unos ocho euros al día. Con la venta de boletos de autobús entre 50 a 70 euros.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos se ayudan
Pese a la ganancia que genera su negocio, Bizazli no está orgulloso de él. Asegura que a veces también transporta gratuitamente a familias con niños que no tienen dinero para pagar el pasaje. “Yo también fui un refugiado”, cuenta. “Los viajes en autobús deberían ser gratuitos. Europa da dinero a Serbia para que ayude a los refugiados, pero el Gobierno no hace nada.”
Imagen: DW/D. Cupolo
Demanda y oferta
Cada día, entre 8.000 a 10.000 refugiados arriban a Presevo. Debido a la creciente demanda, los negocios en la región han extendido sus horarios de apertura. A las tiendas de alimentos y cocinas rápidas no les faltan clientes. Los precios se han duplicado, en algunos casos hasta triplicado. “En ningún otro lugar en Serbia he visto una hamburguesa tan cara como aquí”, dice Bizazli.
Imagen: DW/D. Cupolo
Desde tarjetas SIM hasta carretillas
Aparte de comida, lo primero que los refugiados buscan en un nuevo país son tarjetas SIM para poder comunicarse con sus familias y amigos. Por ello, cerca de los campamentos de refugiados, muchos habitantes venden tarjetas telefónicas prepagadas. Pero también ofrecen otros objetos útiles, como esta carretilla para transportar a las personas débiles, como esta mujer kurda de Siria.
Imagen: DW/D. Cupolo
Vendedor de zapatos
Pese a la inminente llegada del invierno y el aumento de las lluvias, muchos refugiados continúan su camino descalzos. Stefan Cordez, coordinador para el sur de Serbia de Médicos Sin Fronteras, explica que por ello muchos sufren infecciones de la piel y se lastiman los pies. Bajo estas condiciones, la venta de calzado y calcetines es un negocio lucrativo.
Imagen: DW/D. Cupolo
Documentos de segunda mano
Los países a lo largo de la Ruta de los Balcanes deben registrar a todas las personas nuevas que arriban. Frente a algunos campamentos de refugiados las filas son kilométricas. La voluntaria Daniela Gabriel, de Presevo, cuenta que algunos conductores de autobuses recogen los documentos de las personas que han transportado a Croacia para vendérselos a las personas que no quieren hacer fila.
Imagen: DW/D. Cupolo
Falsas informaciones
En tanto, algunos taxistas y choferes de autobuses llevan a los refugiados que han pagado pasaje hasta Croacia a ciudades serbias, donde sus documentos son tramitados en oficinas de registro inexistentes, prosigue Gabriela. A fin de evitar que los refugiados sean víctimas de falsas indicaciones, reparte información al respecto en el campamento.
Imagen: DW/D. Cupolo
Robo en las autopistas
Otros ayudantes, que prefieren permanecer en el anonimato, cuentan que han sido amenazados de muerte por advertir a los refugiados de taxistas peligrosos. Alexander Travelle, voluntario de Presevo, relata que una familia fue asaltada con arma de fuego, después de haber pagado 80 euros por persona para ser transportada a Croacia.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos reciben su pedazo del pastel
Bizazli admite que paga cien euros de "mordida" o coima a la semana a la Policía local para poder vender sus boletos de autobús enfrente del campamento de refugiados en Presevo. “Simplemente les das lo que piden y te dejan en paz”, dice. También otros ayudantes saben de taxistas que sobornan a los agentes policiales.
Imagen: DW/D. Cupolo
Precios exagerados
Con la caída de las temperaturas, cada vez más hoteles ofrecen hospedaje a los refugiados. Sin embargo, aquellos que no pueden pagar los precios exagerados de las habitaciones son rechazados.