No se deje engañar por las lágrimas que derramó. La primera ministra Theresa May llevó adelante un negociación por el "brexit" inconexa y disfuncional y dejó al Reino Unido en un estado de parálisis, escribe Rob Mudge.
Publicidad
Y así, May y sus bailes se van camino a lo que sea que el futuro les depare. Pero el futuro de su país, que ella profesa amar, es aún más nebuloso, si no completamente siniestro, gracias a su confusa, divisiva y engañosa postura en torno al "brexit".
Pero no fue solo su delirante creencia de pensar que podía ofrecer "lo mejor para el país". Fue la forma en que ella vendió al país, tanto en Bruselas como en la Cámara de los Comunes. Dicen que las apariencias pueden ser engañosas, pero su persona pública, que se mostró fría, rígida y marcada por la impresión de parecerse constantemente a un conejo atraído por las luces, no la volvió querible en un país cada vez más dividido y polarizado.
Y yo, por mi parte, tengo poca fe en alguien que confiese que lo más "pícaro" que hizo fue correr por un campos de trigo cuando era niña.
Una falacia
De un solo golpe, no sólo selló su propio destino, sino también el de las generaciones venideras con su frase: "Ningún trato es mejor que un mal trato". En el mejor de los casos, expuso una completa irresponsabilidad. En el peor de los casos, el intento de utilizar su autoridad como primera ministra para validar esa falacia es imperdonable.
Como británico que vive y trabaja en Alemania, no tengo la desgracia de despertarme todos los días con una sensación de hundimiento en un país que se está, efectivamente, hundiendo. Pero estuve en Londres para la primera marcha convocada por el People's Vote en octubre pasado y experimenté la ira y la desesperación, pero también la determinación de cientos de miles de personas, jóvenes y mayores, que estaban librando una lucha pacífica para intentar evitar que su país y el mío desaparezcan en el vórtice de un agujero negro.
May y, para que no se nos olvide, el líder laborista Jeremy Corbyn, que coincide con May en una ineptitud asombrosa, optó por ignorar la voluntad del pueblo. No encajaba con su interpretación de la voluntad del pueblo, de aquellos que votaron en 2016 para abandonar la UE. Pero lo cierto es que en los últimos tres años se dio un cambio en la percepción y el estado de ánimo como resultado del desastroso manejo de las negociaciones por parte de May. Si hoy se votara, muchos de los que se votaron a favor del brexit votarían por quedarse.
Cosechar lo sembrado
Al anunciar su despedida, May dijo que estaba orgullosa de haber servido a su país. No sé a qué servicio se refería. Su flaco servicio ha sido dejar el país más asqueroso y polarizado que nunca. Un país que se ha vuelto casi imposible de gobernar.
Ahora que tiene algo de tiempo libre, May podría desear buscar a su predecesor, David Cameron, cuyo lío heredó y de alguna manera se las arregló para tomar el siguiente nivel de incompetencia, y unirse a él en la oscuridad cercana a su jardín para discutir los méritos o no de llevar a un país a la ruina.
No es que ella, o Cameron, tengan que cosechar lo que han sembrado. La nota a pie de página de May en la historia está asegurada como una de las peores primeras ministras que ha visto el Reino Unido - y eso ya es decir bastante, dado el historial de algunos de sus predecesores. En lugar de ello, se dejará en manos del próximo primer ministro la tarea de intentar salvar a un país que ha sido arrastrado a las oscuras profundidades o que lo sumerja aún más en la miseria.
Y ahora, después de mis anteriores reflexiones sobre la Dancing Queen, voy a meter la pata: mientras escribo estas palabras tengo que confesar que no puedo quitarme de encima la necesidad de gritar "Todo está perdonado, por favor, vuelve",mientras evalúo las diversas opciones y contemplo la peor posible para reemplazarla.
Tiene razón: no vale la pena pensar en ello.
(dg/cp)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos enFacebook | Twitter | YouTube |
Diez candidatos para reemplazar a Theresa May
El 7 de junio se acabará el mandato de la premier británica, y alguien deberá ocupar su puesto. Hay varios candidatos en las filas conservadoras listos para asumir y tratar de sacar adelante el "brexit".
Imagen: picture-alliance/Newscom
Boris Johnson
Boris Johnson es el favorito de las casas de apuestas para convertirse en el próximo premier de Reino Unido. "BoJo" es conocido por su mandato como alcalde de Londres y como jefe de Asuntos Exteriores de Theresa May. El político, de 54 años, generó controversia en 2018 al hacer un comentario sobre las mujeres que usan burka: "Es absolutamente ridículo que la gente elija vestirse como buzones".
Imagen: Reuters/A. Yates
Dominic Raab
El secretario para el "brexit" es el principal rival de Johnson en el camino a la jefatura de gobierno. Hijo de un refugiado judío que escapó de la Alemania nazi, Raab está segundo en la lista de favoritos.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Dunham
David Lidington
Aliado de Theresa May, Lidington es visto como un posible sucesor. Pero su historial proeuropeo, tras haber servido como ministro para Europa entre 2010 y 2016, podría hacer que finalmente él decida no asumir como premier, si llegara a ser el escogido. Sí podría ser una opción si los conservadores ponen a alguien de forma interina mientras se deciden por un líder permanente.
Imagen: Getty Images/AFP/E. Piermont
Michael Gove
Uno de los principales impulsores de la campaña del "brexit", Gove podría volver a intentar asumir como primer ministro, tras haber fracasado en sus intentos tras la salida de David Cameron, en 2016. Gove, quien inicialmente había apoyado a Boris Johnson, decidió quitarle su respaldo y presentar su propia candidatura.
Imagen: Getty Images/C. J. Ratcliff
Jeremy Hunt
El secretario de Exteriores, Jeremy Hunt, es una apuesta posible, un "outsider" con opciones. El político, de 52 años, inicialmente apoyó la permanencia en la Unión Europea y votó contra el "brexit", pero después cambió de parecer. Tras haber sucedido a Johnson en las relaciones exteriores, aseguró que Bruselas se comportó de forma "arrogante" durante las negociaciones.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Pezzali
Sajid Javid
Hijo de un inmigrante paquistaní que trabaja como conductor de buses, Sajid Javid es actualmente secretario de Interior del Reino Unido (ministro del Interior), una labor por la que ha recibido críticas tanto positivas como negativas. Tuvo una exitosa carrera en la banca antes de ingresar al Parlamento, en 2010. Durante el referéndum por el "brexit", apoyó la permanencia en la UE.
Imagen: Reuters/T. Melville
Esther McVey
La expresentadora de televisión Esther McVey declaró sus intenciones de ser premier mucho antes que May renunciara. Defensora del "brexit", McVey dejó su trabajo como secretaria de Pensiones en noviembre de 2018, en protesta por el acuerdo que May había alcanzado con Bruselas. Sin embargo, en marzo apoyó ese acuerdo, diciendo que era la única manera de asegurarse de que el "brexit" tuviera lugar.
Imagen: Getty Images/L. Neal
Rory Stewart
Educado en el Eton College, la misma escuela a la que asistieron Boris Johnson y David Cameron, Rory Stewart es el actual secretario de Desarrollo Internacional. Un exdiplomático con un largo recorrido por países de Medio Oriente y el sur de Asia, también trabajó como funcionario de alto rango en Irak. Stewart se opone firmemente a que Gran Bretaña abandone la UE sin acuerdo.
Imagen: Reuters/H. Nicholls
Matt Hancock
El secretario de Sanidad, Matt Hancock, entró a la lucha por la sucesión un día después de la renuncia de Theresa May. Aunque hizo campaña por permanecer en la UE, Hancock ahora dice que piensa que Reino Unido debe dejar la Unión con un acuerdo. El político se está promocionando como el mejor candidato para liderar a los conservadores en la próxima década.
Imagen: Imago/P. Maclaine
Andrea Leadsom
Andrea Leadsom, quien renunció al gabinete la misma semana que May anunció que dejaría de ser la primera ministra, también está en la disputa. Leadsom quedó segunda en la lucha por el cargo en 2016, cuando fue duramente criticada por haber dicho que su condición de madre le daría ventaja como premier. Esto, poco después que Theresa May hablara de su angustia por no haber podido tener hijos.