El lenguaje del apocalipsis
2 de abril de 2003Estamos viviendo intensamente las jornadas de la guerra a través de los medios. Nos sentamos cómodamente frente al televisor, dispuestos a consumir toda la información de la jornada. La noticias y los especiales de guerra son como un programa de entretenimiento más, que pone la nota de color a la temporada de primavera. Las cadenas lo saben y por si los números de la audiencia no cuadran, una táctica para aumentar los índices, nos deslumbra cada vez que encendemos el televisor.
Es la hora del espectáculo
En Estados Unidos se está llegando al extremo de inventar un nuevo lenguaje para las retransmisiones. Así como en el fútbol escuchamos gol, fuera de juego o un pénalti, mientras vivimos un partido con pasión, vemos un sinnúmero de reportajes sobre la guerra y nos vamos acostumbrando a nuevas palabras que empiezan a formar parte de nuestra conversación cotidiana.
Ya todos sabemos que los muertos o heridos civiles que la guerra origina no son personas, ni víctimas. Son daños colaterales. Estós daños pueden ser un acto criminal o también, dependiendo del bando, un fuego amigo. Simple técnica para paliar el sufrimiento de las familias y ciudadanos, aunque puede dudarse de su efectividad. Es como si llamásemos a un gol en propia puerta un gol amigo. Con la diferencia de que aquí, no hay ninguna muerte, ni una familia que espera angustiada a que el hijo vuelva vivo de la guerra.
La épica de la guerra
En la guerra ya no hay ni vencedores ni vencidos, ni amigos ni enemigos. Ahora, la magnitud de la guerra y sobre todo las dimensiones apocalípticas que le dan los medios y los políticos, provocan que los nombres sean cada vez mas expresivos, acercandose a las hazañas de las leyendas medievales. Antes, la guerra era entre Irán e Irak, entre Argentina y el Reino Unido pero tratándose de Estados Unidos es diferente. El malo es ahora encarnado por el Eje del Mal, y el bueno por la Coalición de la buena voluntad. Las fuerzas libertadoras traerán la paz al planeta y nos liberarán de un cruel dictador que quiere hacernos daño. Entendemos que la liberación de Irak es lo que queremos. Parecen expresiones de película.
El mismo Sadam firmó su sentencia con un Ejercicio de decapitación, lo que le proporcionó a Washington un irresistible Blanco de Oportunidad. Ya en 1991, el dictador prometió la Madre de todas la Batallas contra el entonces presidente Bush padre. En el 2003, no prometió tanto al Pequeño Bush que se había empeñado en eliminar al Eje del mal de la faz de la tierra.
Información a gusto del consumidor
Para tener información directa y los nombres con los que periodistas y políticos bautizan el titular de cada sesión televisiva, tenemos a los reporteros incrustados. Según la traducción literal del inglés "encamados". ¿En la cama con quién? ¿Con el Pentágono? Las fuentes de información directas del frente, están controladas por los militares estadounidenses siguiendo lo que se podría denominar "Autocensura patriótica", en el afán de proteger la mente sensible del televidente y de paso, elevar la moral de la nación y la tropa.
A la hora del desayuno, cuando la guerra se emite en directo, los telespectadores no quieren ver en la pantalla algo que les amargue el día, a ellos o a la nación. Propaganda en imágenes. Los gritos y lemas que se escuchan, parecen los de un partido de futbol. El presentador dice, "¡Vamos chicos, qué momento!" o "¡¡Guau, que explosión!!!" como si hubiese sido un tiro directo desde el mediocampo.
Las siglas también se están convirtiendo en el lenguaje del desayuno para muchos estadounidenses. MRE (comidas listas para digerir), WMD (armas de exterminio) o MOPP1 (Postura protectora orientada a una misión) ya forman parte de la jerga bélica de cada familia.
Campaña contra traidores
El bombardeo de la propaganda patriótica llega a extremos impensables. Las papas 'a la francesa', ya no són francesas por que Francia no se ha aliado con los paises (o presidentes) de la buena voluntad. Ahora son papas a la libertad. Así las bautizó la cafetería del Congreso, para no tener que pronunciar el nombre del traidor y desagradecido país. Los presentadores de television comentan con repugnancia el bizarro gusto de los franceses por comer ancas de rana y carne de caballo, y hasta dicen que el vino francés está mezclado con sangre de buey. El Conde Drácula debe venir más bien de Francia y no de Transylvania y a la luz de tal información, la Estatua de la Libertad, regalo del gobierno francés al pueblo norteamericano en 1886, es en realidad un Caballo de Troya. Para advertir a los niños sobre el el peligroso traidor, los Simpson, familia prototipo de la cultura estadounidense, llama a los franceses "monos que se rinden y comen queso".
No cabe duda de que Francia y Alemania, se quedaron viviendo en el pasado. Por eso encarnan ahora a la Vieja Europa, que entiende el mal que nos acecha en este siglo XXI. Contrastan con la Nueva Europa, integrada por el Reino Unido y España y una decena de países del centro y este europeo, que ha comprendido la necesidad expurgar la fuente del mal. Vender la guerra diplomática y los combates en el campo de batalla ha dado como resultado esta nueva manera de transmitir la información. Palabras épicas y trágicas que manipulan la sensibilidad del espectador. Se pierde la autenticidad de la guerra, engañando al televidente y presentando la guerra como una hazaña, pero los horrores que provoca, mejor dejarlos para los que la viven en vivo. La guerra es algo más serio que las palabras y, si bien estas, pueden ayudar a suavizarla e incluso a mitificarla, no pueden evitar sus daños.