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Schalke: el matadero y una temporada de escándalo

29 de junio de 2020

Cuando su equipo terminó la temporada con otra derrota, los aficionados del Schalke se manifestaron contra el presidente del club, Clemens Tönnies. El descontento va más allá del fútbol: racismo, valores y coronavirus.

Fußball Demonstration von Schalke Fans gegen Clemens Tönnies
Aficionados del Schalke protestan contra Clemens TönniesImagen: picture-alliance/RHR-FOTO/D. Ewert

No ha sido un buen año para Schalke.

El equipo de David Wagner terminó la temporada con un récord para el club de 16 partidos de la Bundesliga sin ganar y solo nueve goles en partidos de liga en 2020. En la segunda mitad de la temporada, solo el Paderborn, último de la tabla, tuvo un peor rendimiento, y si no fuera por una marcha decente antes del descanso de mitad de temporada, el Schalke, subcampeón de la Bundesliga hace apenas dos años, habría estado en grave peligro de descenso.

El sábado, mientras que los "Royal Blues" sufrían otra lamentable derrota en Friburgo, más de 1.000 seguidores acudieron al Veltins Arena de Gelsenkirchen para protestar contra la gestión de su club en crisis.

Katharina Strohmeyer, organizadora de la protesta, dijo al periódico Westdeutsche Zeitung: "Ha sido vergonzoso ser un fan del Schalke recientemente. Ya no tiene nada que ver con un club de trabajadores. Esperamos que la dirección del club se apegue a sus fundamentos. Si no, necesitamos un nuevo comienzo".

Por su parte, su colega Stefan Barta dijo al periódico Westfälischer Anzeiger estar satisfecho con la reacción de los hinchas, y añadió: "Todos los grupos de fans estaban representados aquí, desde los ultras hasta todos los demás seguidores. Queremos mantener la protesta. Queremos que Clemens Tönnies renuncie y que su sistema llegue a su fin."

Sin embargo, el fútbol es el menor de sus problemas.

Aficionados del Schalke unidos en señal de protesta afuera de las oficinas del clubImagen: picture-alliance/RHR-FOTO/D. Ewert

Polémicas medidas de ahorro de dinero

Schalke terminó el año fiscal 2018-19 con deudas de casi 200 millones de euros (224 millones de dólares). Cuando se informó de que el paro forzado de la liga por el coronavirus podía llevar a la insolvencia a 13 clubes de la Bundesliga y de la segunda división, se suponía que el Schalke era el que estaba en mayor riesgo.

Las medidas de ahorro adoptadas por el club confirmaron las sospechas. A finales de marzo, el director de marketing Alexander Jobst admitió que era "una cuestión de supervivencia" y escribió a los propietarios de los palcos VIP en abril pidiéndoles que se abstuvieran de solicitar reembolsos por los cuatro partidos que le quedaban al club en casa.

"Estamos de luto por los valores de nuestro FC Schalke 04"Imagen: picture-alliance/RHR-FOTO/D. Ewert

A diferencia de muchos otros clubes de la Bundesliga, el Schalke tampoco ofrecía una opción de reembolso a sus fans con boleto comprado para la temporada. El 3 de junio, el colmo fue pedir a los aficionados que entregaran la razón detallada del reembolso, incluso solicitando recibos.

Posteriormente, el club se disculpó y el director financiero Peter Peters, que llevaba mucho tiempo en el cargo, dimitió. Tan solo una semana después se supo que el Schalke había despedido a 24 chóferes de la academia del club, la mayoría de ellos jubilados que tenían contratos por sueldos de 450 euros al mes y encargados de llevar a los jugadores jóvenes a los entrenamientos si sus padres no podían hacerlo.

"Bancarrota moral"

Para los aficionados del Schalke, lo sucedido no podía estar más alejado de los valores que les representa su club de fútbol, técnicamente el segundo más grande de Alemania con 160.000 miembros afiliados. El Schalke se enorgullece de su academia de jóvenes y continuamente destaca sus raíces socialistas en las comunidades mineras de la clase trabajadora de la región industrial del Ruhr.

Los Ultras Gelsenkirchen, uno de los grupos de fans del Schalke más importantes, y uno de los mayores de Alemania, criticaron a la junta directiva del club, su gestión financiera y el aparente abandono de los valores del club.

"Toda esta temporada ha sido una declaración de bancarrota moral", escribieron a través de una declaración. "El club está perdiendo la confianza y el sentido de identidad. El sentimiento familiar que hace al club tan especial solo parece existir entre los aficionados... No dejaremos que nos quiten el club y lo destruyan. Ya no nos interesan las excusas o las disculpas, aquellos que no viven según los valores del Schalke deben irse."

Schalke y el matadero

La protesta del sábado fue organizada por varios grupos de seguidores bajo el lema: "¡El Schalke no es un matadero!" en referencia directa al brote de coronavirus en la planta procesadora de carne de Tönnies cerca de Rheda-Wiedenbrück, y propiedad del presidente del Schalke, Clemens Tönnies.

La fábrica de carne del jefe del Schalke, Clemens Tönnies, también ha protagonizado un brote reciente de coronavirus.Imagen: picture-alliance/dpa/D. Inderlied

Muchos de los empleados del matadero son trabajadores inmigrantes mal pagados procedentes de Europa oriental, alojados en viviendas pequeñas antihigiénicas. Los denunciantes de la empresa afirman que las medidas de higiene, como controles de temperatura, no se han aplicado en su totalidad y ello ha acelerado la propagación del coronavirus.

No es la primera vez que Tönnies, el multimillonario de 64 años que preside la junta directiva del Schalke desde 2001, aparece en los titulares por razones ajenas al fútbol. El pasado mes de agosto se vio obligado a renunciar a su cargo durante tres meses después de haber hecho comentarios sobre África que fueron considerados como racistas.

Crítica al "sistema Tönnies"

Kornelia Toporzysek es jueza del tribunal superior de Düsseldorf. También es aficionada al Schalke y, en junio de 2019, fue elegida para formar parte de la junta honoraria del club, un panel no remunerado que actúa como poder judicial interno encargado de asegurar que el club y sus funcionarios electos se mantengan fieles a sus estatutos.

Toporzysek renunció el año pasado a la junta en protesta por el asunto del racismo. Esta semana rompió el silencio, diciendo a la revista de fútbol alemana "11Freunde", y a una iniciativa de los seguidores del Schalke, que Tönnies había sido defendido en el caso por un miembro de la propia junta directiva, una irregularidad en cualquier juicio. Para Toporzysek, el asunto era sintomático de la cultura que reinaba en el club.

"Es el sistema de Tönnies, el Schalke se inclina ante los intereses de su presidente", dijo, añadiendo: "Las estructuras que se han desarrollado representan un sistema patriarcal anticuado que ya no sirve para nada. Necesitamos una cultura de liderazgo diferente que no esté centrada en una sola persona".

Los seguidores que se reunieron el sábado afuera de las oficinas del club compartieron esa opinión, mientras seguían las noticias del desastrozo final de temporada de su equipo.

(ee/vt)

Escándalo en matadero alemán

12:31

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