El mayor aliado que quedaba a Rousseff abandona el Gobierno
13 de abril de 2016
El Partido Progresista, cuarta fuerza política en el Parlamento, abandona el Gobierno. Sus 47 parlamentarios pueden resultar decisivos para la votación del 'impeachment' contra la presidenta.
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"El partido sale [del Gobierno] unido, porque la mayoría ha deliberado y decidido apoyar el proceso" contra Rousseff, declaró el jefe del derechista Partido Progresista de Brasil en la Cámara baja, Aguinaldo Ribeiro. La bancada de diputados del partido, hasta ahora el mayor aliado que le quedaba al Gobierno de Dilma Rousseff, abandonó este martes (12.04.2016) el oficialismo y votará a favor de la apertura del juicio político contra la mandataria.
Los 47 diputados con que cuenta el partido en el Parlamento, lo que lo convierten en el cuarto partido en la Cámara, pueden ser decisivos para la aprobación del enjuiciamiento político contra Rousseff, que se votará el domingo en el plenario de la Cámara Baja. De aprobarse, el trámite seguirá al Senado y, si es acogido, la presidenta será juzgada.
El partido sigue así la senda marcada por el PMDB, primera minoría con 68 escaños, que fue también la primera en apartarse del Gobierno. La segunda minoría es del Partido de los Trabajadores (PT), de Rousseff, que suma 58 diputados, pero la tercera es del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), con 50, lo que significa que de las cuatro grandes fuerza en la Cámara Baja la mandataria sólo cuenta con una.
Este último partido es liderado por el vicepresidente Michel Temer, a quien Rousseff acusó hoy, en un encendido discurso, de ser "uno de los jefes de la conspiración" que, en su opinión, se está gestando en el Congreso para despojarla de su mandato. Con la decisión anunciada, el Partido Progresista entregará la cartera de Integración Nacional, hasta ahora a cargo de Gilberto Occhi (en la imagen).
LGC (dpa / EFE)
Las multitudinarias protestas que se tomaron Brasil
Imagen: Agência Brasil/R. Rosa
Sao Paulo: la marcha más numerosa
Un millón 400 mil manifestantes fueron los que llegaron a la avenida Paulista, según informó la policía militar de la ciudad de Sao Paulo, aunque quienes congregaron a las marchas hablan de dos millones y medio de personas. A pesar de la multitud, la marcha se desarrolló en completa calma.
Imagen: Reuters/P. Whitaker
Río de Janeiro se tiñó de verde y amarillo
La marea humana que inundó la costanera que recorre Copacabana llegó a congregar cerca de un millón de personas, cifra entregada por los organizadores de las protestas. Las autoridades prefirieron no revelar el número real de participantes.
Imagen: Agência Brasil/T. Rêgo
Lula compartió protagonismo con Rousseff en todas las ciudades
Las máscaras y los muñecos inflables de la presidenta y del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva se vieron en todas las ciudades. Los manifestantes exhibieron en diversos tamaños la figura de Lula vestido como presidiario, producto de la acusación que enfrenta por lavado de dinero.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Moreira
100 mil manifestantes llegaron al Congreso Nacional de Brasilia
Unas 100 mil personas llegaron ante el Congreso Nacional en Brasilia, manifestando su respaldo al juicio político que la oposición promueve contra la presidenta Dilma Rousseff. El número de participantes fue calculado por la Policía Militar, que además aseguró que fue una de las manifestaciones más multitudinarias que se han visto en las últimas décadas en la capital brasileña.
Imagen: Getty Images/AFP/E. Sa
El héroe de la jornada fue el juez Sergio Moro
Además de los cánticos contra la presidenta, las protestas también expresaron un claro respaldo a la lucha contra la corrupción. Muchos de los participantes llevaron sus pancartas y máscaras para destacar la figura del juez Sergio Moro, quien es el encargado de la investigación por las graves irregularidades detectadas en la estatal Petrobras.
Imagen: Agência Brasil/R. Rosa
El objetivo final: juicio político a la presidenta
La jornada nacional de protestas fue un éxito para los grupos sociales ligados a la oposición, los que convocaron a las multitudinarias marchas en todo Brasil. También fue una contundente muestra del malestar que existe en el país. Con las manifestaciones se espera presionar al Congreso para que apoye el juicio político iniciado contra la mandataria.