El mercado inmobiliario alemán, "contaminado" por el racismo
11 de diciembre de 2025
La vivienda es una necesidad básica y es importante para todo, desde las oportunidades profesionales hasta la salud física y mental. Al mismo tiempo, encontrar un lugar adecuado para vivir puede ser difícil en Alemania, y aún más difícil para quienes no son alemanes blancos.
Así lo revela un nuevo estudio del Centro Alemán para la Investigación de la Integración y la Migración (DeZIM). Se trata del primer análisis exhaustivo sobre cómo las personas racializadas -pertenecientes a minorías étnicas y raciales- sufren discriminación en el mercado inmobiliario.
El Monitor Nacional de Discriminación y Racismo (NaDiRa), que forma parte de DeZIM, encuestó a unas 9.500 personas entre agosto de 2024 y enero de 2025. Los resultados se analizaron estadísticamente y se vincularon con datos oficiales.
Las personas musulmanas y negras aseguraron que fueron excluidas de las visitas a apartamentos con mucha más frecuencia que las personas no racializadas, con una probabilidad del 35 por ciento y el 39 por ciento, respectivamente, en comparación con el 11 por ciento.
Los investigadores también encontraron evidencia que respalda este patrón: enviaron solicitudes a anuncios reales de apartamentos, variando los nombres de los supuestos solicitantes, manteniendo los ingresos y la educación.
Los resultados mostraron que los solicitantes con nombres de origen alemán tenían un 22 por ciento de posibilidades de ser invitados a ver un apartamento. En cambio, solo un 16 por ciento de los solicitantes con nombres comunes en Oriente Medio, Turquía o África fueron invitados.
Tres solicitudes al día y aún sin apartamento
Belphine Okoth llegó a Alemania desde Kenia para realizar sus estudios de posgrado en 2023 y lleva cinco meses buscando un apartamento en Bonn sin éxito. Afirma que se ha suscrito a casi todos los portales inmobiliarios disponibles y envía una media de tres solicitudes al día. "No puedo asegurarlo, pero puede ser que haya algún sesgo, porque me aseguro de enviar mis solicitudes en alemán y no tengo mi foto en mi perfil. Así que, cuando los propietarios me ven, quizá piensen: 'Bueno, quizá no sea lo que esperaba”, cuenta a DW.
"No puedo decir explícitamente que sea una cuestión de raza; intento no verlo así, si no, me sentiría mal", afirma. Tras graduarse, Okoth se mudó de la residencia de estudiantes y ahora vive en un subarrendamiento que no es oficial, otro problema que destaca el informe de DeZIM.
El informe revela que las personas afectadas tienen más probabilidades de vivir en condiciones de alquiler precarias: el 12 por ciento de las personas racializadas tenían contratos de alquiler de duración limitada, en comparación con el 3 por ciento de las personas no racializadas. También tienden a enfrentar una carga financiera significativamente mayor debido al costo de la vivienda, lo que significa que gastan el 40 por ciento o más de sus ingresos en vivienda: el 37 por ciento de las personas racializadas gasta más del 40 por ciento de sus ingresos en alojamiento, en comparación con el 30 por ciento de las personas no racializadas.
"El mercado inmobiliario está completamente contaminado por el racismo. Puedes hablar con todo tipo de personas negras y te contarán historias muy similares", afirma Tahir Della, portavoz de la Iniciativa de Personas Negras en Alemania (ISD), con sede en Berlín.
Los propietarios rara vez dicen abiertamente que rechazan a un solicitante por motivos raciales, porque eso es ilegal, explica Della. Sin embargo, señala que es común que se invite a personas negras con nombres que suenan alemanes a las visitas, solo para que allí se les diga que el apartamento ya está alquilado. "En Berlín solo se encuentra piso a través de contactos personales, y eso aplica a todos, no solo a personas de color o inmigrantes, pero, por supuesto, la raza es un criterio de exclusión en mi experiencia personal", dice a DW.
La discriminación a menudo se manifiesta en disputas con propietarios y vecinos
Alexander Thom es portavoz de "Fair mieten, fair wohnen” ("Alquiler justo, vida justa"), un centro de asesoramiento especializado en discriminación en el mercado inmobiliario, único en Alemania y afirma que el informe refleja en gran medida lo que él y sus colegas experimentan en su trabajo. La discriminación se manifiesta con especial intensidad en los conflictos entre vecinos, que, según Thom, suelen ser más perjudiciales a nivel personal que no ser considerado o directamente rechazado para un apartamento.
"Comienza con desigualdades, por ejemplo, en la facturación de gastos adicionales o incluso en el importe del alquiler", declara a DW. "Pero lo que vemos muy claramente es que lo que a primera vista parece un conflicto vecinal típico resulta ser casos muy concretos de discriminación", agrega.
Thom describe una serie de casos, generalmente relacionados con madres solteras negras, que son atacadas por los vecinos o denunciadas a la empresa administradora de la propiedad por problemas como que sus hijos supuestamente son "demasiado ruidosos".
Las empresas administradoras suelen emitir advertencias al inquilino sin siquiera comprobar las pruebas. Cuando se investiga el asunto, no suele haber ningún problema de ruido: los supuestos registros de "contaminación acústica" que llevaban los vecinos que presentaron la queja inicial resultan ser inexactos o falsos.
Thom afirma que una forma de abordar la discriminación racial sería ampliar la lista de características protegidas y cerrar lagunas regulatorias, como la exención de la ley antidiscriminación para ciertos propietarios.
(ct/ms)