Hace poco se hizo viral un video de la banda U2 tocando en la línea de metro U2 en Berlín. Ahora la empresa de transporte berlinés BVG creó junto con Adidas unas zapatillas deportivas que sirven como boleto.
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Desde el domingo (14.01.2018) cientos de personas hicieron fila en Berlín frente a dos tiendas con la esperanza de obtener el abono anual más cotizado de una empresa de transporte: unas zapatillas de deporte, limitadas a 500 ejemplares, producidas por Adidas y diseñadas con los típicos colores de los asientos del metro berlinés.
Un par de zapatos cuesta 180 euros, cuando el abono equivalente para este año supone 560 euros. Ya se han detectado anuncios en portales de internet que pretenden revender las zapatillas por 600 euros.
Hace algunos años esto hubiera sido impensable. Hoy día, en cambio, los mensajes de la Compañía de Transporte de Berlín (BVG, por sus siglas en alemán) en las redes sociales son famosos por su humor. Deutsche Welle conversó con una de las cabezas detrás de esta estrategia publicitaria.
(Tuit: "Sí, estas son las zapatillas con el diseño del BVG. Sí, sirven como abono anual. No, ni siquiera con ellas está permitido subir los pies a los asientos de enfrente.")
Deutsche Welle: ¿Cuándo mira por primera vez la cuenta de Twitter después de levantarse?
Peter Wittkamp: Hoy mi colega está a cargo de las plataformas y empieza a trabajar a las 8:30 de la mañana. Manejamos tres redes: la página de Facebook del BVG, así como sus canales de Instagram y YouTube. Reaccionamos a los comentarios de las personas. Sobre todo en Twitter, el diálogo con los usuarios es rápido y está cargado de humor.
¿Cómo nació la idea de impulsar con una buena porción de humor las redes sociales del BVG?
Berlín probablemente es la ciudad más ruda y atrevida de Alemania, aquí no hace falta usar palabras rebuscadas. Además, para la BVG siempre ha sido importante el trato personal, directo y honesto con los clientes.
(Tuit: "En la imagen: U2 y un par de músicos.")
Las respuestas graciosas y creativas en las redes sociales han llamado la atención positivamente. ¿También hay límites?
Definitivamente. Jamás rebasaríamos un límite: el racismo, el sexismo y burlarnos de gente a la que le va mal. Eso es algo que nunca haríamos. Si alguien se queja porque el autobús se retrasó dos minutos, nos permitimos responder con un poco de humor y escribir algo así como: "¿Y para decirnos eso sacaste tu celular?” En cambio si el autobús lleva 20 minutos de retraso, es otra cosa. Entonces reaccionamos de forma más cuidadosa.
¿Qué impacto ha tenido esa actitud sobre los clientes?
Para el departamento de recursos humanos se ha vuelto mucho más fácil encontrar trabajadores. También el resto del personal de plantilla aprecia que todo sea un poco más relajado. En Twitter, por ejemplo, siempre hemos recibido muchas críticas duras, pero ahora se nos permite responder con humor.
Hoy el BVG sacó a la venta zapatillas deportivas junto con Adidas, que sirven como boleto. Desde el domingo la gente acampó frente a las tiendas para comprar un par. Eso hace algunos años probablemente no hubiera sido posible…
Bueno, en este caso hay que diferenciar entre los amantes de las zapatillas deportivas y el BVG, aunque se trate de dos cosas que se complementan muy bien. Probablemente también se podrían diseñar unas zapatillas de Deutsche Welle en cooperación con Adidas y limitarlas a cien ejemplares. Estoy convencido de que sería igual de exitoso. Hay gente que colecciona este tipo de zapatillas para uso personal o para revenderlas. Y el hecho de que además venga incluido un abono anual fue la cereza del pastel.
Peter Wittkamp es experto en marketing y trabaja como editor de redes sociales para la Compañía de Transporte de Berlín BVG y el programa de televisión "Heute Show”.
Maximiliane Koschyk (VT/ERS)
La experiencia de visitar Berlín en miniatura
A los pies de la famosa torre de TV de Berlín hay una nueva atracción: Little Big City Berlin. Allí se resumen ocho siglos de historia con figuras y presentaciones interactivas.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. von Jutrczenka
Cara a cara con la cuadriga
En el edificio ubicado en la base de la torre de TV en la plaza que los berlineses llaman con cariño "Alexa" es posible ahora encontrar historias y anécdotas de la capital alemana desde la Edad Media hasta la actualidad. Gracias a su escala de 1:24 quedan a la vista detalles que en general no se ven. Nunca estaremos tan cerca de la cuadriga de la Puerta de Brandeburgo, por ejemplo.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Kalaene
Marlene, Albert y Federico
Este mundo en miniatura no solo presenta los acontecimientos más relevantes de la historia de Berlín, sino que muestra también a los residentes más reconocidos de la ciudad, desde el rey prusiano Federico el Grande, pasando por la actriz Marlene Dietrich (quien nació y murió aquí), llegando a Albert Einstein, quien vivió en la ciudad durante 18 años, hasta que los nazis asumieron el poder.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. von Jutrczenka
Glamour y gangsters
Los años veinte fueron de duros contrastes en Berlín y estuvieron marcados por la hiperinflación y el alto desempleo, por un lado, y por la autoindulgencia y la vida al borde de lo permitido, por el otro. Ya en esa época, los fotógrafos de prensa tenían mucho qué inmortalizar en la capital alemana.
Imagen: DW/A. Kirchhoff
Incendio del Reichstag
El incendio del Reichstag en 1933, provocado por los nazis, fue un pretexto decisivo en su estrategia para tomarse el poder total e instalar la dictadura.
Imagen: DW/A. Kirchhoff
Ciudad dividida
Hay muchas escenas vívidas de la era post Segunda Guerra Mundial en Berlín. Una que se volvió icónica es la imagen del discurso que John F. Kennedy dio en 1963 frente al ayuntamiento, en Schöneberg. Si das margen a la imaginación, incluso puedes creer que estás en medio de la multitud escuchando el mensaje de solidaridad que Kennedy lanzó en plena Guerra Fría: "Ich bin ein Berliner."
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Pedersen
En Berlín se come currywurst
Pero el día a día no queda fuera, de ninguna manera. El bar Konnopke's, ubicado en la intersección de Schönhauserallee y Eberswalderstrasse es toda una institución. En 1960 se convirtió en el primer bar de snacks en Berlín Oriental en servir salchichas con una salsa especial picante, una preparación conocida como currywurst. Aún puede hallarse ahí. En el mismo lugar, pero con un nuevo edificio.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Pedersen
Noches de Kreuzberg
Una de las áreas que ganó fama en Berlín Oriental fue el distrito de Kreuzberg. En los 80, bohemios y díscolos se congregaron en torno a la plaza Heinrichplatz. Entre los muchos pubs y clubes que abrieron allí sus puertas se encontraba el SO 36, a la izquierda de la fotografía. En realidad no estaba exactamente en la Heinrichplatz, sino a la vuelta de la esquina, en la Oranienstrasse.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Pedersen
Margot, Erich y el palacio que no existe
Erich Honecker, el hombre más poderoso de la antigua Alemania Oriental, y su esposa, Margot, son testigos prominentes de una era desaparecida y figuran frente a un paisaje que ya no existe. Hablamos del Palacio de la República, conocido popularmente como la "tienda de lámparas de Erich" debido a sus lujosas luminarias y donde se reunía el Parlamento de la RDA. Ese lugar fue demolido en 2008.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Kalaene
Testigos en miniatura
El encanto de este mini Berlín también radica en que están involucradas personas que protagonizaron los hechos reproducidos en la exposición, como por ejemplo Sunny Müller, quien, el 9 de noviembre de 1989, fue con su madre a la Puerta de Brandeburgo, donde alguien le ayudó a subirse a ese muro que estaba cayendo.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Pedersen
Una visita para luego otra visita
La exhibición montada a los pies de la torre de TV está concebida para una visita de una hora. Los edificios y las figuras, creadas en una impresora 3D, son complementados con audio e imágenes. Little Big City es una aternativa de diversión para los visitantes si es que quieren evitar un día lluvioso, aunque también puede servir como un acicate para animarse a recorrer la ciudad real.