Varios sucesos hacen temer la obstrucción de un brazo de mar que es vital para el comercio petrolero; el último es un turbio incidente descrito por Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos como un “acto de sabotaje”.
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Muy pocos saben a ciencia cierta lo que ocurrió o no ocurrió el domingo (12.5.2019) en el golfo de Omán, frente a las costas de Fuyaira, uno de los siete territorios conocidos en conjunto como los Emiratos Árabes Unidos. Pero bastó con que ese Estado y Arabia Saudita denunciaran una "operación hostil” contra dos buques petroleros saudíes, un barco mercante noruego y un carguero emiratí en la zona para que el precio del crudo Brent, punto de referencia en los mercados europeos, franqueara el umbral de los setenta dólares por barril.
Arteria del comercio mundial
El suceso tuvo lugar demasiado cerca del estrecho de Ormuz como para no prestarle atención; ese brazo de mar es vital para el comercio del "oro negro”. Cerca del treinta por ciento del crudo transportado de un rincón del mundo a otro debe pasar por esa angostura, según la Administración de la Información Energética de Estados Unidos; en la primera mitad de 2018 fueron 17,4 millones de barriles diarios, es decir, casi un quinto del consumo mundial de petróleo, de acuerdo con las cifras manejadas por la consultora especializada Vortexa.
El estrecho de Ormuz, que también es importante para el transporte de gas líquido proveniente de Qatar, comunica a Estados muy disímiles: Arabia Saudita, Irán, los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait e Irak. En su punto más angosto, no mide ni cincuenta kilómetros. Y los dos cauces –el de ida y el de venida– que permiten la circulación de los grandes tanqueros tienen apenas tres kilómetros de ancho, respectivamente. Eso hace que esa masa de agua sea relativamente fácil de vigilar. Aun así, el miedo a su obstrucción es grande.
Sanciones y secuelas
Mientras los analistas debaten las probabilidades de que el "acto de sabotaje” del 12 de mayo haya sido orquestado por Irán, Israel u otro país con grandes intereses geopolíticos y económicos en la región, un portaviones estadounidense va en camino a esas aguas y la Casa Blanca sigue buscando reducir al mínimo los ingresos petroleros iraníes. La respuesta de Teherán no se ha hecho esperar: el mayor general iraní Mohammad Bagueri advirtió recientemente que el estrecho de Ormuz podría ser cerrado totalmente.
Bagueri trajo a colación ese escenario como una posible respuesta a la intensificación de las sanciones de Washington contra Teherán; Estados Unidos sostiene que Irán viola el acuerdo nuclear al que llegó con los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y Alemania, y aplica medidas punitivas unilateralmente contra ese país. "Si nuestro petróleo no es transportado por el estrecho de Ormuz, ninguna otra nación transportará su petróleo por ahí seguramente”, dijo Bagueri, según la agencia de noticias ISNA.
(erc/ers)
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Historia de la Revolución Islámica (02.2018)
A comienzos de 1979 fue derrocado el último shá de Persia, Mohammad Reza Pahlevi. Los invitamos a recordar ese suceso en esta galería de imágenes.
Imagen: akairan.com
Regreso a Teherán
El 1º de febrero de 1979, el Ayatolá Jomeini volvió de su exilio parisino hacia Teherán y fue recibido con júbilo por la gente. Durante años, criticó al sha de Persia y a su élite política debido, según el Ayatolá, a la represión de personas que pensaban diferente, por la fuerte “occidentalización” de Irán y por su estilo de vida lujoso y decadente.
Imagen: akairan.com
Esperando al líder religioso
Cerca de cuatro millones de iraníes celebraron la llegada de Jomeini en las calles de Teherán. Las manifestaciones masivas en contra del sha de Persia ya llevaban cerca de un año. Desde agosto de 1978, las huelgas generales de la oposición paralizaban la economía del país.
Imagen: Getty Images/Afp/Gabriel Duval
El sha abandona Persia
Ya el 16 de enero de 1979, el sha Reza Pahlevi había abandonado Irán. Poco antes, en la conferencia de Guadalupe, había perdido el apoyo de los gobiernos occidentales, que estaban a favor de un diálogo con Jomeini. El presidente estadounidense Jimmy Carter le ofreció al sha permanecer en EE. UU., lo que este aceptó.
Imagen: fanous.com
El fracaso del primer ministro
El sha había nombrado a Schapur Bachtiar, uno de los líderes del opositor Frente Nacional (FN), como primer ministro interino para tranquilizar a sus rivales, pero sin éxito. Bachtiar fue excluido de su partido porque aceptó el cargo. Los otros miembros del FN ya habían acordado trabajar solo con Jomeini.
Imagen: akairan.com
Discurso en el cementerio
Jomeini dijo a su llegada a Teherán que no reconocía el gobierno de Bachtiar. Desde el aeropuerto viajó al cementerio central de la capital iraní, donde pronunció un discurso ante cientos de miles de personas. Le quitó legitimidad a la monarquía y al Parlamento, y anunció que tomaría el Gobierno de Irán en sus manos.
Imagen: atraknews.com
Disturbios en todo el país
En Teherán y otras ciudades de Irán se produjeron violentos enfrentamientos entre los revolucionarios y los adeptos al sha de Persia. Los disturbios eran graves y el Ejército declaró un toque de queda, pero casi ningún iraní hizo caso.
Imagen: akairan.com
Primer ministro de la transición
El 5 de febrero de 1979, Jomeini nombró a Mehdi Bazargan, del Frente Nacional, como primer ministro de la transición. Parecía que el clero iba a cooperar con la oposición, de corte liberal. Sin embargo, pronto se produjeron conflictos entre ambas partes y Bazargan renunció el 5 de noviembre de 1979 como respuesta a la toma de rehenes en la embajada de EE. UU. en Teherán, tolerada por Jomeini.
Imagen: akairan.com
El pueblo iraní festeja
Luego del nombramiento de Barzagan, miles de personas salieron a la calle para apoyar al gobierno de transición. El Ejército anunció que no se inmiscuiría en la lucha por el poder, con lo cual Schapur Bachtiar perdió todo el respaldo. Tuvo que huír de su casa, perseguido por adeptos de Jomeini que estaban armados. En abril de 1979 se exilió en Francia.
Imagen: akairan.com
Saludo militar
Una unidad de élite de la Fuerza Aérea iraní saluda al ayatolá Jomeini. La Fuerza Aérea iraní tuvo un rol central en la victoria de la revolución porque dio acceso a los ciudadanos a sus depósitos de armas. El 9 de febrero se produjo un último levantamiento de la Guardia Imperial, que atacó una base del Ejército.
Imagen: Mehr
Derrocamiento de la monarquía
Las luchas armadas entre la Guardia Imperial y la población iraní aumentaron y el 11 de febrero de 1979 el caos reinaba en todo Irán. Los revolucionarios ocuparon el Parlamento, el Senado, el canal estatal de televisión y otros organismos estatales. Poco después se dio a conocer que la monarquía había sido derrocada. En Irán se festeja el 11 de febrero como el “Día de la Revolución Islámica”.