La cancelación del Congreso Mundial de Móviles (MWC) en Barcelona no es una reacción exagerada o irracional a la amenaza que representa el coronavirus. De hecho, es bastante responsable.

Año a año, el evento reúne alrededor de 100 mil visitantes y expositores de todo el mundo, además del personal de la organización. Una gran parte de los expositores viene de China, porque ese es el país que actualmente lidera el mercado mundial en la fabricación de componentes de telefonía y comunicaciones, así como también en el campo de los sistemas operativos y las aplicaciones.

Y si una gran mayoría de expositores del país fabricante más importante ya se están retirando, el organizador también puede pensar en la seguridad del evento. Dada la actual situación de emergencia sanitaria mundial, la cancelación del MWC es ciertamente la solución más responsable. 

El viaje es más peligroso que el evento en sí

No hay nada más efectivo que los megaeventos internacionales para acelerar la propagación de una enfermedad como esta. Casi todos los asistentes vuelan desde diferentes partes y comparten la cabina del avión con 300 a 500 pasajeros, durante muchas horas.

Y hay muchas maneras de propagar un virus altamente infeccioso en el camino: las manijas de los trenes y autobuses, las máquinas para comprar boletos, los carros de equipaje, las manijas de las puertas de los taxis, el bufé de la sala de desayunos de los grandes hoteles o incluso el ascensor. Las formas de contagio por el coronavirus son incontrolables.  

¿Debería cancelarse el Carnaval también?

No, el MWC no se puede comparar con un carnaval. Miles de turistas viajan solamente por ese motivo a Río de Janeiro, Nueva Orleans o Renania (Alemania), pero estos siguen siendo eventos culturales locales, aunque cuenten con miles o incluso millones de participantes. A diferencia de las grandes ferias internacionales, los carnavales son menos eficaces como punto de propagación mundial de virus peligrosos.

De todas maneras, se le aconseja a los participantes de este tipo de eventos que también tengan cierta precaución. Por ejemplo, evitar las multitudes, lavarse las manos regularmente y no repartir muchos besos. Por cierto, los que tienen síntomas de resfriado deben estar en la cama y no en la calle. 

¿Y qué pasa con la gripe?

"Tendríamos que cancelar las principales ferias internacionales cada vez que haya una epidemia de gripe", podría decir alguien. Y eso parece plausible a primera vista: la gripe puede ser altamente peligrosa y eso lo experimentó la humanidad tras la Primera Guerra Mundial. En pocos meses murieron más personas debido a la Gripe Española que a causa de la guerra. 

Pero la comparación entre la actual epidemia del coronavirus y la gripe no corresponde. La gripe es un virus muy conocido e investigado, que puede ser combatido con una vacuna. La ola anual de gripe no puede ser contenida por medidas de cuarentena y la enfermedad puede producirse en cualquier momento y lugar.

La situación es diferente con la actual epidemia de coronavirus, ya que este sigue estando geográficamente limitado, con pocas fugas que se mantienen bajo control por la cuarentena. Tal vez aún se pueda evitar una pandemia. Por último, China ahora está llevando a cabo una represiva política de cuarentena sin precedentes. Es muy pronto para afirmar que esta no funcionará.

Y todavía no hay mucha experiencia con el nuevo virus: ¿Puede causar efectos tardíos? ¿Qué tan alto es el número de casos de infección no identificados? ¿Qué tan baja es realmente la tasa de mortalidad?

Antes de que estas preguntas sean finalmente respondidas, solo una puede ser la actitud correcta: es mejor optar por lo seguro y evitar ir a uno o dos eventos importantes, porque una vez que los virus se esparcen, ya no pueden ser capturados.

(ju/er)

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