1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

El ministro alemán de Ayuda al Desarrollo, Dirk Niebel, deplora la impunidad existente en Guatemala

30 de mayo de 2010

El ministro alemán de Ayuda al Desarrollo, el liberal Dirk Niebel, habló con DW-WORLD sobre su viaje a Haití, República Dominicana y Guatemala, dentro de su primer recorrido por América Latina.

El ministro de Ayuda al Desarrollo, Dirk Niebel y el presidente de Guatemala, Álvaro Colom.Imagen: picture-alliance/dpa

Dirk Niebel, secretario general del Partido Liberal Demócrata (FDP) hasta el 2009, asumió la cartera de Ayuda al Desarrollo en el nuevo gabinete de Angela Merkel. Criticado al inicio de su gestión por su cercanía con el sector privado, el político, de origen modesto y proveniente de Hamburgo, defiende en conversación con DW-WORLD su visión de interesar a inversionistas en proyectos en países en desarrollo que generen empleos como la mejor estrategia de combate a la pobreza. En todo caso tampoco la tradicional ayuda al desarrollo ha tenido los resultados esperados, sobre todo en África, en donde durante décadas ha permitido gobernar a élites poderosas y corruptas.

Niebel llegó proveniente de su primer recorrido por Centroamérica y el Caribe, que lo llevó a Haití, República Democrática y Guatemala. Cuatro meses después del terremoto que dejó un saldo de 220.000 muertos, el ministro encontró en Haití un panorama todavía desolador. Niebel inauguró varios campamentos que servirán para reubicar a más de 1,3 millones de damnificados. La última estación de su viaje fue Guatemala en donde se entrevistó con el presidente Alvaro Colom y donde comprometió 8 millones de euros para la formación universitaria de indígenas guatemaltecos. En conversación telefónica con DW-WORLD, el ministro habló sobre las impresiones de su viaje.

DW-WORLD: Señor ministro, ¿nos podría dar más detalles de la ayuda a Guatemala?

Dirk Niebel: Se trata de un compromiso de 8 millones de euros provenientes de fondos públicos para mejorar la formación de los habitantes indígenas de Guatemala, particularmente en las regiones rurales. El proyecto será puesto en marcha a través de la Universidad Rafael Landívar (URL) con la que tenemos una cooperación desde hace tiempo. Esos recursos se destinarán para financiar becas para la formación de estudiantes indígenas y de bajos recursos, la formación de maestros, así como la construcción y la renovación de instalaciones escolares. Creemos que la formación educativa es clave para la participación ciudadana y el compromiso social, que son una base importante en la conformación de una sociedad democrática.

¿Qué impresión tuvo usted en Guatemala?

Tras las conversaciones con el presidente, Álvaro Colom, constaté su disposición a emprender reformas, pero hace falta una mayor capacidad para implementarlas. Un país en el que diariamente ocurren 18 asesinatos y un 98 por ciento de los delitos permanecen impunes corre el gran peligro de colapsar. Es urgentemente necesario satisfacer las necesidades básicas de la población si se toma en serio el papel de Estado, las autoridades tienen mucho por hacer.

¿Cuáles son los puntos clave de la ayuda al desarrollo en Latinoamérica, precisamente en países como Guatemala?

Los puntos clave de la nueva política alemana hacia Latinoamérica todavía se están debatiendo. Queremos una mayor efectividad en la cooperación con otros países. Sabemos que no podemos desarrollar a un país desde afuera, por lo que necesitamos como aliado a toda una región orientada al desarrollo. Otorgamos un alto valor a que el gobierno y la élite de un país asuma la responsabilidad sobre su propio pueblo, por eso necesitamos un liderazgo que demuestre tener buen gobierno. Esa es una precondición para la cooperación alemana y los criterios al ofrecer ayuda. Queremos que haya estructuras democráticas. En general estamos convencidos de que un Estado de derecho puede consolidarse sólo con la participación activa de la población. Para ello es importante fortalecer a los grupos civiles como la Iglesia y las fundaciones políticas, para que a través de la educación y la generación de ingresos derivada del crecimiento económico podamos combatir la pobreza de manera conjunta.

¿En qué otro país latinoamericano busca Alemania promover proyectos de cooperación?

Tenemos en total 75 países llamados "socios" con los que trabajamos de manera intensa en la cooperación bilateral, adicionalmente mantenemos un diálogo con otros 21 Estados sobre programas de cooperación regional. Entre estos últimos se encuentra la República Dominicana y Haití. En la región fronteriza entre ambos países existe un proyecto de protección de recursos que he prologado durante dos años más a través del financiamiento de un millón de euros. Es un proyecto de carácter urgente que tiene la finalidad de proteger las reservas de agua que suministran a la población de agua potable y sirve para la generación de energía eléctrica. Queremos proteger esas reservas acuíferas y a la vez promover la generación de energías renovables.

Acaba usted de estar en Haití, ¿se está avanzando en la reconstrucción?

Fue muy impresionante estar en Haití, la reconstrucción avanza, aunque muy lentamente. Adicionalmente la élite del país no trabaja con una mentalidad orientada al desarrollo, están acostumbrados a pensar sólo en sí mismos. Algunas cuestiones podrían avanzar más rápido por eso urgí al gobierno a que registre a las organizaciones civiles presentes en el país y que no se obstaculice la entrada de materiales urgentemente necesarios. Ya desde antes del terremoto, el gobierno de Haití mostraba una serie de deficiencias por las que dejó de pertenecer al grupo de países asociados con los que trabajamos.

¿Se mantiene pese a la crisis la promesa anunciada el 31 marzo pasado de otorgar ayudas de casi 10 mil millones de dólares para la reconstrucción de Haití?

La Conferencia de Donantes adoptó claros compromisos. Con este millón de euros para el proyecto en Haití y República Dominicana, Alemania aumentó dicha cantidad. También estamos financiando la construcción de un centro de salud y dos escuelas en un orfanato de la organización SOS Kinderdorf, o sea que estamos destinando adicionalmente 1,3 millones de euros. Pero el dinero no es el problema decisivo, creo que hay dinero disponible en Haití, lo importante es que tan rápido llegan los recursos a los destinatarios y cuánto se pierde en el trayecto a través de la corrupción.

¿Cómo se puede cambiar esta situación?

Subrayando una y otra vez la necesidad de llevar a cabo un buen gobierno. Al margen de la conferencia de donantes en Nueva York se acordó la conformación de un Comité para la Reconstrucción, integrado por supervisores internacionales y del gobierno haitiano, que debía decidir sobre el curso del plan para la reconstrucción del país y en qué, cuándo y cómo serían empleados los recursos. Dicho comité no ha asumido funciones. Durante mis conversaciones con el primer ministro (Jean-Max Bellerive) lo urgí para que este comité comience a trabajar cuanto antes.

¿Cuáles son las prioridades de la ayuda alemana al desarrollo?

Lo que queremos es que nuestros países "socios" en la medida de lo posible salgan adelante sin nuestra ayuda, es decir, que impulsen con sus propios recursos su propio camino de recimiento. Queremos una mayor participación de las empresas alemanas y otorgar micro-créditos que posibiliten la creación de una base industrial integrada por pequeñas y medianas empresas. La mejor estrategia de combate a la pobreza es indiscutiblemente la generación de ingresos y para ello son necesarias tanto educación básica como capacitación.

¿Ha llegado con usted una nueva política a la ayuda al desarrollo que promueve una mayor participación de las empresas en la cooperación con estos países?

El gobierno federal a dejado en claro que quiere fortalecer la participación de la iniciativa privada en la política al desarrollo. Mientras más escasos los recursos públicos, más urgente se vuelve el motivar a empresas a participar con inversiones. No queremos hacer actos caritativos sino hacer inversiones que promuevan el desarrollo. Con una buena idea queremos movilizar recursos privados para que en los países en cuestión se produzca una dinámica que genere crecimiento y empleos.

¿Hay algún ejemplo que pueda usted mencionar?

Mi ejemplo favorito fue iniciado por el anterior gobierno y se trata de la primera y única fábrica de cemento existente en Namibia. Fue creada con una inversión directa de 254 millones de euros realizada por una empresa familiar proveniente de Baden-Württemberg (al sur de Alemania). Tan sólo en la fase de construcción fueron generados 1.500 empleos temporales. El próximo año la fábrica comenzará a funcionar y dará trabajo a otras 2.000 personas más. Esta inversión, que fue realizada con créditos blandos y recursos propios, ha generado una enorme dinámica de desarrollo en toda la región y la seguirá teniendo.

Autora: Eva Usi

Editora: Emilia Rojas

Ir a la siguiente sección Descubra más
Ir a la siguiente sección Tema del día DW

Tema del día DW

Ir a la siguiente sección Más de DW