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El mundo musical alemán, a la caza de talentos

4 de febrero de 2010

Los idealistas opinan que la industria discográfica debería centrarse en la calidad de los artistas en lugar de preocuparse tanto por las ganancias. ¿Puede el talento sacarla de la crisis que la azota desde hace años?

A pesar de ser una de las primeras en sacar provecho a la revolución digital, la industria de la música está a la búsqueda estrategias creativas que le permitan ponerle coto a los llamados “piratas” de Internet o, por lo menos, mantenerse a su altura en la lucha por los consumidores. A juicio de algunos analistas del sector, el sector debería invertir en la promoción de aquello que no puede ser digitalizado: la experiencia en vivo.

Seguramente hay un amplio espectro de mecanismos disponibles para proteger las ganancias de las empresas en el mundo del espectáculo, pero muchos expertos– en la tarima y tras bastidores– coinciden en que la única manera de salir bien parados de esta crisis y generar dividendos considerables consiste en regresar a las raíces de este negocio; es decir, al hallazgo de intérpretes con talento y al desarrollo de repertorios atractivos.

La peor de las crisis

El organizador de conciertos Marek Lieberberg.Imagen: AP

“La industria de la música nunca se ha encontrado en peor estado que ahora”, comentaba hace poco el organizador de conciertos alemán Marek Lieberberg en la última edición del mayor congreso para trabajadores de la industria discográfica, el MIDEN (siglas que aluden en francés al Mercado Internacional del Disco y de la Edición Musical), celebrado en Cannes, Francia. Según las estadísticas más recientes de la Asociación Federal para la Industria Alemana de la Música, las ventas han descendido en un 4,7 por ciento desde 2008 y en un 41 por ciento desde 1999.

“Yo creo que la disfunción más grande radica en la dificultad de las compañías discográficas para conseguir nuevos artistas”, decía Lieberberg, agregando que el talento “parece haberse secado y necesita ser estimulado”. No faltarán los músicos que lo contradigan, pero la afirmación de Lieberberg viene respaldada por su experiencia: él fundó su agencia en Frankfurt del Meno hace más de cuarenta años, enfocando sus esfuerzos a los festivales al aire libre. Lieberberg organiza Rock am Ring y Rock im Park, dos eventos que tienen lugar paralelamente, atraen cada año a los grupos de rock más exitosos del mercado y se encuentran entre los eventos musicales a cielo abierto más importantes de Europa.

Rock am Ring 2009, un gran evento musicla sobre el circuito de Fórmula Uno de Nurburgo.Imagen: dpa/PA

Internet no es suficiente

Edgar Berger, director ejecutivo de Sony Music Alemania.Imagen: © POOL 360 Medias - Image & Co / MIDEM 2010

Por un tiempo, algunos cazadores de talentos cifraron sus esperanzas en portales de autopromoción como myspace.com. A sus ojos, ellos servirían de filtro y facilitarían la labor de distinguir entre músicos diletantes y “verdaderos artistas” con potencial para vender discos. Pero ese fue un sueño de corta duración. “Si uno se fija bien, en todo el mundo hay menos de media docena de grupos o cantantes que afloraron en Internet y alcanzaron la fama”, asegura Edgar Berger, director ejecutivo de la división de Sony Music para Alemania, Suiza y Austria.

“Son precisamente las compañías más grandes las que están invirtiendo cantidades significativas de dinero en nuevos talentos”, subraya Berger, quien, como Lieberberg, insiste en que el retorno a las raíces– al valor de los artistas y su repertorio– no es sólo un gesto de responsabilidad, sino la manera de sobrevivir en tiempos económicamente inestables. Berger está convencido de que sinergias dentro de la industria –como la del promotor de conciertos más grande del mundo, Live Nation, y la vendedora de tickets Ticketmaster, anunciada la semana pasada en Estados Unidos, la llevarán a un “renacimiento”.

Desde luego, con ganancias de aproximadamente 110 millones y 300 millones de euros, respectivamente, el dueño de la agencia de conciertos Marek Lieberberg y el ejecutivo de Sony Music están hablando desde una posición privilegiada: ambos cuentan con recursos suficientes para afrontar el riesgos que supone invertir en nuevos talentos.

El gran mercado alemán

Las ventas de soportes musicales– éstos incluyen también las canciones en formato MP3 compradas vía Internet en tiendas virtuales– en Alemania representan el 6,6 por ciento de las ventas globales. Eso convierte al país en el cuarto mercado más grande del mundo en lo que al negocio de la música se refiere. Estados Unidos es el primero, con 36,2 por ciento, y seguido de Japón (16,6 por ciento) y Gran Bretaña (10,2 por ciento).

Berger sostiene que, al contrario de lo que ocurre en Estados Unidos, en Alemania los consumidores de música todavía compran discos compactos. Éstos constituyeron el 81 por ciento de los soportes musicales que en 2008 salieron de las tiendas- un nivel que se ha mantenido constante en los últimos cinco años. De ahí que el CD siga siendo una prioridad en las agendas de los ejecutivos de la industria musical alemana. Lo que está por verse es si la búsqueda de la próxima superestrella viene regida por criterios más artísticos que mercantiles.

Autor: Kate Owen/ Evan Romero-Castillo

Editora: Luna Bolívar Manaut

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