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El mundo naufraga en sobornos

12 de diciembre de 2017

El pago de sobornos sigue siendo un rancio pan de cada día en muchos negocios internacionales. Una sospecha involucra a empresas alemanas, en el marco del caso del submarino ARA San Juan.

Symbolbild Wirtschaftskriminalität
Imagen: Imago/blickwinkel

La tragedia del submarino argentino ARA San Juan amenaza con tener repercusiones más allá del país e incluso del continente americano. En el marco de las informaciones que han salido a relucir en este caso, dos empresas alemanas aparecen mencionadas bajo una luz no muy favorable: de acuerdo con la radio de Baviera (BR) y del estudio de la cadena ARD en Sudamérica, es posible que Ferrostaal y EnerSys-Hawker hayan pagado sobornos para participar en la reparación del submarino, concretamente para obtener un contrato por un monto superior a los 5 millones de euros, para el suministro de baterías.

El que esté libre de pecado…

Por el momento, se habla de sospechas, que distan de ser hechos comprobados. Lo que sí es una realidad es que el pago de sobornos no es algo excepcional en el ámbito de los negocios, tampoco en Alemania. El exfiscal Wolfgang Schaupensteiner, especialista en prevención de  la corrupción, señaló en un programa de la cadena de TV ZDF que prácticamente no hay campo que esté libre de ella.

Y los daños son cuantiosos. La Oficina Federal de Investigación Criminal los cifró en por lo menos 358.000.000 de euros en 2014. La cantidad real probablemente sea aún mayor, porque los casos que salen a la luz son la minoría.

Más allá de las fronteras

El fenómeno del pago de sobornos está extendido igualmente en el campo de los negocios internacionales. Tan grave es el asunto que la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos elaboró una Convención para Combatir el Cohecho de Servidores Públicos Extranjeros en Transacciones Comerciales Internacionales, a la que se han adherido entretanto todos los miembros de la OCDE y también algunos países ajenos a ella, entre los que se cuentan Argentina y Brasil.

¿Qué resultado ha tenido? Dispar, podría decirse. Según Transparencia Internacional, en 27 países no se dictó hasta 2016 ninguna sanción. Solo en Estados Unidos y Alemania hubo una cantidad considerable. En el caso germano, se dictaron 13 sentencias en 2015. Pero Transparencia Internacional critica que el informe oficial sobre la persecución judicial de empresas alemanas que sobornan en el exterior las mantiene en el anonimato y por lo general no se hacen públicas las sanciones.

No obstante, en los últimos años han salido algunos casos a la luz. Uno de ellos fue protagonizado por Ferrostaal, empresa que ahora niega cualquier responsabilidad en el negocio de la venta de baterías para el submarino argentino y asegura haber actuado solo como intermediario, según informa BR.

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