Tres museos europeos muestran obras notorias en un "museo imaginario". ¿Y si todo este arte desapareciera?, se pregunta esta exposición en Fráncfort.
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Más de 80 obras notorias de las colecciones del Museo de Arte Moderno de Fráncfort (MMK), del Centro Pompidou de París y del Tate Liverpool pueden verse desde el 24 de marzo hasta el 4 de septiembre en Fráncfort. La idea de los curadores: un "museo imaginario". La exposición muestra pinturas, fotografías, objetos y videoinstalaciones, desde la década de 1920 hasta la actualidad. A lo largo de ocho estaciones, dedicada cada una a una característica del arte, las obras ponen a debate el significado y la importancia del arte. Peter Gorschlüter, curador y vicedirector del MMK, cuenta a DW en qué consiste este proyecto conjunto con sus colegas de París y Liverpool.
DW: ¿Por qué hablan de una "exposición imaginaria", si los tres museos participan con obras y colecciones reales?
Peter Gorschlüter: Si se unen tres colecciones y se las desliga de su casa original, surge una especie de metamuseo. La intención es profundizar justamente en esa idea. Queríamos dibujar un escenario futuro y ofrecerle un viaje en el tiempo al visitante. El viaje avanza hasta el año 2052, en los que los museos y el arte desaparecen de la sociedad. Y la única posibilidad de conservarlo es recordarlo.
Ese es el argumento de la novela de ciencia ficción Fahrenheit 451, de Ray Bradbury. En ella, lo que desaparece son los libros...
Fahrenheit 451 es la temperatura a la que se supone que se quema el papel. Bradbury describe un escenario futuro, en el que la literatura desaparece, prohibida, de la sociedad. Los bomberos ya no apagan fuegos sino queman libros. Y existe solo un pequeño grupo de rebeldes que comienzan a aprenderse obras literarias de memoria con el fin de preservarlas para generaciones futuras. Nosotros tomamos prestado ese escenario y nos preguntamos: ¿Qué pasaría si el arte desapareciera de la sociedad? ¿Qué echaríamos de menos? ¿Qué perderíamos? ¿Qué características, qué cualidades, qué potencialidades tienen las artes plásticas?
Se han inspirado en una obra publicada en 1952, o sea, tras la Segunda Guerra Mundial. ¿Creen que hemos llegado hoy al punto de que el arte podría perder relevancia, sea por razones políticas (como en la novela) o tecnológicas (como el auge de los nuevos medios masivos)?
Los acontecimientos de los últimos meses podrían tener ese significado. La exposición la concebimos, en principio, como un escenario de ciencia ficción. Comienza con una fotografía del fotoperiodista húngaro Paul Almásy, quien fotografió el museo del Louvre cuando fue evacuado ante la amenaza nazi en 1942. Entonces no se desmontaron completamente las obras de arte, sino que solo se sacaron de sus marcos, que quedaron colgando en las paredes. La intención era poder rearmar el museo luego, tal y como había sido.
La amenaza al arte no es hoy una ficción. Basta con ver todo lo que ha destruido el llamado Estado Islámico en Siria o Irak. O, cuando el presidente iraní visita Italia y el Gobierno italiano empaca sus esculturas antiguas para no provocar. O cuando los auditores aseguran que deberíamos cerrar los museos por no ser rentables, como en Leverkusen, aquí mismo en Alemania. Son todos hechos que no tienen conexión pero expresan un estado de ánimo.
Ustedes desarrollan, en la exposición, ese escenario del arte que desaparece. ¿Cómo funciona?
Al final de la exposición, el arte, ciertamente, desaparece. La exposición se reabre pero las obras han desaparecido. Se sustituyen por personas que las recuerdan. En nuestro sitio web, visitantes de todas las edades y de cualquier procedencia pueden postularse para personificar una obra de arte de la exposición y representarla, en vivo, durante el fin de semana de cierre, el 10 y 11 de septiembre. Entonces cualquiera podrá recorrer la exposición y, en lugar de las obras y objetos, hallará personas que los recuerden y cuenten lo que allí hubo.
Arte durante el Holocausto
Fueron testigos del horror y lo convirtieron en arte. El Museo Histórico Alemán acoge una muestra procedente del Yad Vahem, la institución oficial israelí constituida en memoria de las víctimas del Holocausto.
Imagen: Collection of the Yad Vashem Art Museum, Jerusalem
El color de los guetos
¿Puede ser hermoso el horror? La exposición "Arte durante el Holocausto" muestra cómo algunos artistas encerrados en guetos y campos de concentración documentaban y creaban grandes obras de arte basadas en el horror, mientras los nazis estaban cometiendo los mayores crímenes de la historia de la humanidad. En la imagen: "Una calle en el gueto de Lodz", del superviviente al Holocausto Josef Kovner.
Imagen: Collection of the Yad Vashem Art Museum, Jerusalem
Melancolía en el exilio
Por primera vez, 100 obras del memorial Yad Vashem son expuestas en el Museo Histórico Alemán. En la muestra exponen 50 artistas, 24 de los cuales fueron asesinados por los nazis. Entre ellos Felix Nussbaum, uno de los artistas destacados que murió en Auschwitz en 1944. Su famoso cuadro "El fugitivo", muestra su desesperación en el exilio. Lo pintó en 1939 en Bruselas.
Imagen: Collection of the Yad Vashem Art Museum, Jerusalem
"¿Vida o teatro?"
Otra artista conocida en Alemania por varias de sus retrospectivas es Charlotte Salomon. Es la autora de una trágica historia acerca de su propia vida, la de una berlinesa de origen judío. Su obra "¿Vida o teatro?", construida a modo de ópera, está compuesta por más de 700 ilustraciones. En 1943 fue deportada al campo de concentración de Auschwitz desde su exilio, en el sur de Francia.
Imagen: Collection of the Yad Vashem Art Museum, Jerusalem
El sueño de una "Muchacha en el campo"
Menos conocida es su historia: Nelly Toll sobrevivió con su madre en la ciudad ocupada de Lviv, escondidas por una pareja de amigos cristianos. En un espacio muy reducido, Nelly fue capaz de pintar, entre otras cosas, este gouache. A sus 81 años, voló desde EE.UU con motivo de la inauguración de la exposición.
Imagen: Collection of the Yad Vashem Art Museum, Jerusalem
"Sendero entre los barracones"
Leo Breuer luchó para el Káiser en la Primera Guerra Mundial. En 1934, un año después de que Hitler llegara al poder, el artista emigró a La Haya y, posteriormente, a Bruselas, donde pudo seguir trabajando y exponiendo. En 1940 fue deportado al campo de St. Cyprien y, de ahí, a Gurs. En Gurs debujó y pintó con acuarela cómo era la vida en los campos. Leo Breuer murió en Bonn en 1975.
Imagen: Collection of the Yad Vashem Art Museum, Jerusalem
"Una primavera" en el campo de Gurs
En el sudeste de Francia, en el campo de concentración de Gurs, el fotógrafo y delineante de Chernivtsi (Ucrania), Robert Bodek, y con el diseñador textil vienés, Kurt Conrad Löw, dibujaron esta tarjeta de felicitación. En 1941 Bodek fue deportado primero al campo de Les Milles, en la región de Aix-en-Provence, y luego a Auschwitz, donde fue asesinado en 1942.
Imagen: Collection of the Yad Vashem Art Museum, Jerusalem
"Entrada trasera" del gueto de Theresienstadt
Bedřich Fritta es uno de los artistas más famosos de la exposición. En Theresienstadt dirigía el estudio de diseño donde se preparaba el material de propaganda oficial. Fritta y sus colegas dibujaron en secreto los horrores de los guetos. En 1944 fueron descubiertos. Fritta murió en Auschwitz. Tras la liberación de Theresienstadt aparecieron 200 de sus obras, enterrados u ocultas en paredes.
Imagen: Collection of the Yad Vashem Art Museum, Jerusalem
"Llegada de un transporte a Theresienstadt"
Leo Haas no sólo es conocido porque hizo una serie de obras sobre la vida en el campo de Theresienstadt con Bedrich Fritta. En Sachsenhausen, en el marco de la "Operación Bernhard", tuvo que reproducir billetes falsos de los Aliados. Sobrevivió y adoptó a Tomáš, el hijo de su amigo y pintor asesinado Fritta. Después de la guerra, Haas recuperó 400 obras que había escondido en Theresienstadt.
Imagen: Collection of the Yad Vashem Art Museum, Jerusalem
"Se acabó la canción"
Pavel Fantl también perteneció al círculo de artistas de Theresienstadt, a pesar de que por haber estudiado medicina, dirigió el hospital para enfermos de tifus del campo de concentración. Al igual que Fritta, fue descubierto, torturado y deportado a Auschwitz. En enero de 1945 recibió un disparo durante una marcha de la muerte. Consiguió sacar 80 de sus dibujos de Theresienstadt.
Imagen: Collection of the Yad Vashem Art Museum, Jerusalem
"El golpeado"
Antes de la guerra, Jacob Lipschitz era profesor en el Instituto de Arte de Vilna. En 1941 tuvo que trasladarse al gueto de Kaunas. Allí se unió a un grupo de artistas que documentó la vida secreta del gueto. Lipschitz murió en marzo de 1945 en el campo de Kaufering. Su esposa y su hija regresaron al gueto de Kaunas después de la guerra y rescataron sus pinturas, ocultas en el cementerio.
Imagen: Collection of the Yad Vashem Art Museum, Jerusalem